"A los pol¨ªticos les encanta alargar las palabras in¨²tilmente"
, A principios de la d¨¦cada de los sesenta, este coru?¨¦s de 65 a?os despuntaba como uno de los novelistas m¨¢s sobresalientes del realismo social con La cala, La fiebre o Por la patria y el pan. Ahora, Ram¨®n Nieto prefiere ocupar los d¨ªas, desde su refugio de El Escorial, en obras de car¨¢cter divulgativo: una biograf¨ªa de Mar¨ªa Estuardo, los fasc¨ªculos de la Cr¨®nica de 2000 a?os o una obra de teatro sobre Felipe II figuran entre sus ¨²ltimas creaciones, adem¨¢s de una historia de la literatura espa?ola en cuatro tomos ("ando con San Juan de la Cruz, acabando el primero") y dos libritos deliciosos, casi primos hermanos, sobre la pol¨ªtica y sus entresijos: Diccionario de t¨¦rminos pol¨ªticos y El lenguaje y la pol¨ªtica. "He necesitado escribir cosas de ¨¦sas que le pagan a uno", esgrime Nieto casi a modo de excusa, mientras confiesa por lo bajinis que ha empezado una nueva novela, El enciclopedista. Ser¨¢ su primera incursi¨®n en el mundo de la ficci¨®n en los ¨²ltimos 15 a?os.P. Ahora, en campa?a electoral, ?los pol¨ªticos emplean un lenguaje m¨¢s grueso?
R. En los m¨ªtines se dicen cosas m¨¢s gordas que en las entrevistas, desde luego. Con todo, intuyo que se nota m¨¢s la crispaci¨®n -un t¨¦rmino muy pol¨ªtico, por cierto- con motivo de las legislativas. Ahora, con tres procesos electorales simult¨¢neos, se genera m¨¢s confusi¨®n que otra cosa.
P. ?Los pol¨ªticos madrile?os incurren en la¨ªsmos, ejque¨ªsmos y atropellos as¨ª?
R. En general, no. Los pol¨ªticos padecen vicios universales, contagiosos, como los "a nivel de" y cosas parecidas.
P. ?Le molesta que los parlamentarios bordeen el insulto en las refriegas dial¨¦cticas?
R. Uy, era mucho peor en el siglo XIX, cuando hab¨ªa costumbre de recurrir a comparaciones animales: los diputados se llamaban "zorro", "chacal", "camale¨®n" o "cerdo". Ahora, lo m¨¢s grave a lo que se ha llegado fue el "rebuznadores" de Rodr¨ªguez Ibarra.
P. Tampoco parece demasiado ingenioso...
R. El problema reside en la p¨¦rdida de la pr¨¢ctica parlamentaria. Los discursos de la ¨¦poca de Castelar eran rebuscados; los de la Rep¨²blica, chispeantes... Ahora, la televisi¨®n proporciona el elemento de distracci¨®n que antes se encontraba en el parlamento.
P. ?Qu¨¦ vicio ling¨¹¨ªstico deplora m¨¢s?
R. Las derivaciones burdas. A los pol¨ªticos les encanta alargar las palabras in¨²tilmente: instrumentalizar, potencializar... Deben de pensar que ser rebuscados les hace m¨¢s interesantes.
P. Por cierto, ?A Coru?a o La Coru?a?
R. Yo siempre he dicho La Coru?a y creo que lo seguir¨¦ diciendo. Los nombres deben ser como se dijeron siempre.
Diccionario de t¨¦rminos pol¨ªticos y El lenguaje y la pol¨ªtica (este ¨²ltimo, a¨²n pendiente de publicaci¨®n). Ediciones Acento, colecci¨®n Flash. 96 p¨¢ginas. 550 pesetas.
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