La hora de la madurez

Las nuevas competencias del Tratado de Amsterdam otorgan al Parlamento Europeo la mayor tasa de poder que ha tenido hasta ahora. No s¨®lo en materia legislativa, sino tambi¨¦n para vetar al candidato a presidente de la Comisi¨®n. La C¨¢mara saliente le ha usurpado a la que surgir¨¢ hoy de las urnas la oportunidad de ejercer por primera vez ese derecho. El actual Parlamento, que forz¨® en primavera la dimisi¨®n del Colegio de Comisarios, logr¨® que Romano Prodi, designado por los Quince para sustituir al dimitido presidente Jacques Santer, fuera investido como nuevo presidente bajo los poderes del Tratado de Amsterdam, sin esperar a la nueva legislatura. Para muchos ha sido la ¨²ltima prueba de la inmadurez por la que siempre ha destacado el Parlamento Europeo. La madurez es la gran asignatura pendiente de una c¨¢mara que sigue siendo refugio de pol¨ªticos en declive o purgados en sus partidos pol¨ªticos. O simplemente en tr¨¢nsito hacia tareas de m¨¢s relieve, como parece el caso de la ex ministra espa?ola de Agricultura Loyola de Palacio, candidata a ocupar una silla en la Comisi¨®n Europea.

El Parlamento hizo caer a la Comisi¨®n, acusada de corrupci¨®n y mala gesti¨®n. Logr¨® as¨ª que desapareciera del debate p¨²blico el gran problema del Parlamento: su propia corrupci¨®n. Los parlamentarios son famosos por el abuso que muchos de ellos hacen a trav¨¦s del cobro de dietas y de sueldos para sus colaboradores. Un problema que no ha desaparecido en la ¨²ltima legislatura y del que deber¨¢n ocuparse las se?or¨ªas que desde el pr¨®ximo 21 de julio constituir¨¢n la nueva C¨¢mara. La quinta elegida por sufragio universal.