La extrema derecha belga intenta capitalizar la crisis de la dioxina
Desconfianza hacia los grandes partidos en las legislativas de hoy
Los partidos tradicionales viven con temor las elecciones generales de hoy en B¨¦lgica. Los votos de descontento popular por la crisis desatada por la contaminaci¨®n por dioxina en los criaderos de pollo, porcino y ganado vacuno parecen destinados a marchar a los extremos del arco parlamentario. Todo indica que los ecologistas ser¨¢n los grandes beneficiados por la desconfianza general desatada en todo el pa¨ªs, pero los expertos temen que tambi¨¦n la extrema derecha saque buen r¨¦dito del voto de castigo.
El resultado de las elecciones es una inc¨®gnita absoluta. Todos los sondeos apuntan desde hace meses un claro ascenso de la oposici¨®n liberal y una ca¨ªda del voto a los partidos del Gobierno (socialcristianos y socialistas, representados en sus dos versiones flamenca y valona). Pero hasta ahora no era seguro que ese descenso, provocado sobre todo por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y por el derrumbe de la confianza en las instituciones vivido en los peores momentos del caso Dutroux, permitiera el regreso al Gobierno de los liberales, que llevan 12 a?os en la oposici¨®n.
Pese al dram¨¢tico esc¨¢ndalo de pedofilia vivido hace dos a?os, los belgas parec¨ªan ya apaciguados y dispuestos a renovar una vez m¨¢s su confianza en el poco carism¨¢tico pero respetado primer ministro, Jean-Luc Dehaene. Pero su prestigio ha ca¨ªdo en picado esta semana despu¨¦s de una larga retah¨ªla de vaivenes en las medidas de urgencia adoptadas para parar la crisis alimentaria, que no han logrado m¨¢s que agravarla.
La pr¨®xima legislatura va a vivir un incremento de las tensiones regionales. Los partidos flamencos aprobaron hace semanas una larga lista de nuevas propuestas para incrementar los poderes de Flandes en detrimento de los del Estado federal, como el traspaso de la caja de la Seguridad Social.
Pero no son tanto las generales cuanto las regionales en la ¨²nica zona biling¨¹e del pa¨ªs, Bruselas, las que servir¨¢n de term¨®metro. La extrema derecha flamenca, el partido xen¨®fobo Vlams Blok, aspira a obtener m¨¢s de la mitad de los votos, lo que har¨ªa imposible la formaci¨®n de Gobierno sin sus esca?os porque la ley exige que el Gobierno regional de Bruselas represente tanto a la mayor¨ªa del voto franc¨®fono como el flamenco.
Al Vlams Blok le basta lograr menos del 8% del total de los votos en una regi¨®n en la que el 85% de los electores votan a formaciones de habla francesa.
Para aumentar sus votos, el Vlams Blok ha fichado a un franc¨®fono, un antiguo comisario de polic¨ªa famoso por su mano dura con los inmigrantes y que fue expulsado del cuerpo al descubrirse que hab¨ªa ocultado su militancia en las juventudes de un partido neofascista.
Independentistas xen¨®fobos
Los sondeos de hace unas semanas indicaban un descenso del voto radical flamenco en Bruselas, pero la crisis de la dioxina ha devuelto las esperanzas a los independentistas xen¨®fobos. Las encuestas s¨ª vaticinan un claro aumento del Vlams Blok en su regi¨®n electoral natural, Flandes, y sobre todo en su capital econ¨®mica, Amberes, donde ya obtuvo un 35% en las anteriores elecciones municipales.
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