El campe¨®n se exhibe con goles

Una goleada y a cerrar el Camp Nou hasta agosto. El Bar?a est¨¢ acabando el curso de forma primorosa. Con un aplomo y una jerarqu¨ªa incuestionable. Le bast¨® ayer media hora para barrer al Betis, un rival demasiado enclenque y convulsionado como para oponer resistencia al actual campe¨®n. Los azulgrana bordaron el f¨²tbol durante media hora de la mano de Rivaldo, otra vez, como casi siempre, el mejor. Marc¨® un gol, particip¨® en otros dos y ya tiene lo que quiere: ha descabalgado a Ra¨²l y lidera la clasificaci¨®n del pichichi en solitario, con un gol de ventaja. El ¨²ltimo d¨ªa, tan distinto al bochorno que el Salamanca provoc¨® el a?o pasado, encerr¨® varios detalles: un homenaje a Casaus, la foto de toda la plantilla con un trofeo que acreditaba la Liga -era una copia puesto que la federaci¨®n no entreg¨® ayer el original- y la despedida de los canteranos. Celades marc¨® el cuarto gol y los hermanos Garc¨ªa Junyent, suplentes hasta el final, salieron tras el descanso. Fue un adi¨®s discreto, fr¨ªo, sin los gestos c¨®mplices de otras veces. Llegan otros tiempos.

El Bar?a dio los primeros signos de que empieza a administrar su propio talento. Ayer ofreci¨® un festival cuando quiso y como quiso. La m¨¢quina azulgrana se activ¨® al relanti y se dispar¨® justo cuando el ¨¢rbitro anul¨®, para sorpresa de muchos, un gol a Cocu por fuera de juego.

El Betis apenas opuso resistencia. Deslabazado, con poco andamiaje, se limit¨® a cumplir el tr¨¢mite del calendario. Casi parece l¨®gico: ni se jugaba nada y saben sus jugadores que Clemente tiene las horas contadas. Sin orden, sin disciplina, sin alma de bloque, el Betis desparram¨® sobre el c¨¦sped su talento sin apenas veneno.

El segundo acto fue otra historia. Rivaldo se apag¨®, el Bar?a se durmi¨® y el Betis se estrell¨® ante Hesp. Pero la cantera del Bar?a dej¨® su impronta: ?scar centr¨® y Celades cabece¨®, adelant¨¢ndose a Rivaldo, a la red. Los dos protagonistas y Roger corrieron a abrazarse. Una foto para la nostalgia. No habr¨¢ muchas m¨¢s como esas. Seguramente, ser¨¢ la ¨²ltima de una generaci¨®n perdida, de toda una ¨¦poca.