Estimado se?or Pesc:
Va a llegar usted al cargo en un buen momento. Por ello, una vez -?qu¨¦ menos!- que est¨¦ encarrilada una paz que va a resultar m¨¢s compleja de construir que haber hecho la guerra, no demore excesivamente su cambio de despacho de la OTAN al Consejo de Ministros de la UE. Desde su nuevo puesto ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil convencer a los europeos de que si buscan en serio autonom¨ªa han de gastar m¨¢s, y sobre todo mejor, en seguridad. Adem¨¢s de alto representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n (Pesc) de la UE, usted ser¨¢ secretario general del Consejo de Ministros, lo que le permitir¨¢ tener una amplia influencia en casi todos los asuntos de la UE. Aunque cuente con un adjunto, seleccione para llevar usted personalmente todos los temas que tengan algo que ver con la dimensi¨®n exterior. Tras Kosovo, la atenci¨®n se centra en la diplomacia y la seguridad comunes, pero en este mundo son cada vez m¨¢s importantes las cuestiones monetarias, financieras y comerciales, terrenos en los que la UE es ya una potencia. A medida que desarrolle el contenido de su pr¨®xima actividad, tendr¨¢ usted la oportunidad de ir creando una acci¨®n exterior de la UE aut¨¦nticamente integrada. Naturalmente, para ello tendr¨¢ que contar con la colaboraci¨®n de los Estados -son ellos los que mandar¨¢n sobre usted- y de la presidencia de turno, pero tambi¨¦n de la Comisi¨®n, y en especial de su pr¨®ximo presidente, Romano Prodi, que ha decidido partir las competencias en materia exterior de su instituci¨®n, para ejercer ¨¦l mismo la coordinaci¨®n.
Ser¨ªa tambi¨¦n una buena ocasi¨®n, aunque generar¨¢ resistencias de todo tipo, para que los Estados que son a la vez miembros de la UE y de la OTAN tuvieran un mismo representante permanente, un mismo embajador, en ambas organizaciones (con la UEO ya va a pasar cuando se integre en la Uni¨®n Europea). Si as¨ª fuera, podr¨ªa a la vez recuperarse la vieja idea de que tal representante tuviera categor¨ªa ministerial, o de vicepresidente, en su propio pa¨ªs. Y, claro est¨¢, si la Pesc aspira a hacer honor a su nombre, lo que habr¨ªa que hacer, en vez de dar un asiento permanente a Alemania en un reformado Consejo de Seguridad de la ONU, es lograr que Francia y el Reino Unido renuncien a tal posici¨®n en nombre de un representante ¨²nico de la UE. Es un poco un sue?o, pues ni Par¨ªs ni Londres van a querer renunciar a esta importante baza de poder.
Dada su condici¨®n actual de secretario general de la OTAN, se?or Pesc, designado y espa?ol, podr¨ªa convencer a nuestro Gobierno de que, aunque aportar 1.200 soldados a la fuerza internacional que se est¨¢ desplegando en Kosovo es un esfuerzo, es demasiado reducido: similar al de un pa¨ªs mucho m¨¢s peque?o como es Dinamarca. Si no est¨¢ dispuesta a contribuir con m¨¢s tropas, Espa?a debe buscar aportar valor a?adido, de dos formas por lo menos: llevando un contingente amplio de la Guardia Civil (pues va a hacer falta, como en Bosnia, ese tipo de cuerpos a medio camino entre polic¨ªa y militar), y contribuyendo, dada la experiencia acumulada por Espa?a en El Salvador y otros lugares, a desarmar al guerrillero ELK (Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n de Kosovo) y convertirlo en una polic¨ªa local.
Una ¨²ltima y atrevida sugerencia respecto a la labor de reconstrucci¨®n en Kosovo y los Balcanes. Hay previsi¨®n de habilitar fondos para estos fines en las perspectivas financieras de la UE. Mas si ¨¦stas no alcanzaran y si se quisiera preservar los equilibrios presupuestarios en la Uni¨®n y en los Estados miembros, podr¨ªa crearse un impuesto especial de solidaridad con los Balcanes -un impuesto europeo o una suma de iguales impuestos nacionales si no se atreven a dar tal paso-, por un tiempo limitado, al estilo del que los alemanes han venido pagando para la modernizaci¨®n de los l?nder del Este. Sobre todo esto, indudablemente, ya habr¨¢ comenzado usted a reflexionar. Atentamente.
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