Delicioso y peligroso paseo por Madrid
El peligro me acecha desde que salgo de mi casa. Si decido cruzar el paseo del Rey por el paso de cebra se?alizado, de milagro no me atropella uno de los coches que salen a toda pastilla del t¨²nel de la M-30. Pero si subo por la calle de Ir¨²n rodeando el parque, me arriesgo a que me pueda caer encima alguno de los pinos que languidecen y se desmoronan lentamente, ?nadie responsable solucionar¨¢ esta cat¨¢strofe ecol¨®gica? Caminando, llego al paseo de San Vicente, y para cruzarlo por el sem¨¢foro me juego de nuevo el tipo, porque los coches contin¨²an pasando sorteando a los sufridos peatones. Cuando llego a la plaza de Espa?a puedo disfrutar de sus jardines destartalados y de las numerosas parafernalias que monta el Ayuntamiento, con sus casetas de objetos variados, exhibiciones y dem¨¢s.
Contin¨²o por la Gran V¨ªa sorteando los obst¨¢culos de publicidad, quioscos cutres de helados, las numerosas motos aparcadas en la acera, y, con suerte, no me atropella una de las motos que circulan tan libremente por las aceras, ?tendr¨¦ mala suerte? Voy y tropiezo con un se?or que baja en su bicicleta a toda pastilla, claro que tengo yo la culpa por mirar el minicasino de los trileros. En Callao, el peligro acecha duramente, aqu¨ª est¨¢n los carteristas, ladrones y asaltantes de todo lo que huele a dinero; estos asaltantes son archiconocidos por los comerciantes, la gente de la zona y por la misma polic¨ªa, en su mayor¨ªa argelinos exiliados que visten ropa de marca y con buen aspecto, muchos tienen una cicatriz que les atraviesa la cara de lado a lado, esta marca se la hacen con un cuchillo por un ajuste de cuentas.
Llego a Mesonero Romanos, esquina con Gran V¨ªa, donde est¨¢n acondicionando un edificio; aqu¨ª me encuentro con el cami¨®n hormigonera, que me deleita con su ruido, me aromatiza y vaporiza con su deliciosa raci¨®n de polvo; yo, educadamente, le respondo con un toque de tos al¨¦rgica, me pongo fatal como un vulgar al¨¦rgico al polvo, bronqu¨ªtico o asm¨¢tico maltratado madrile?o m¨¢s. ?Existir¨¢ esa persona humana que de verdad resuelva estos problemas cotidianos? Estamos en elecciones municipales.-
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