Una final de la NBA sorprendente
San Antonio Spurs pone el juego interior y New York Knicks la velocidad de sus talentos
Cuando esta madrugada comience a jugarse la Final de la NBA en el Alamodome de la ciudad tejana de San Antonio (3.00, Canal +), habr¨¢ sobre la pista dos finalistas inesperados: los Spurs y los Knicks de Nueva York. Dos equipos sorprendentes cuyo viaje a la gloria ha sido m¨¢s rico en ense?anzas y experiencias que, incluso, la misma consecuci¨®n del t¨ªtulo. Los dos conjuntos han llegado al final por caminos distintos: los Spurs (que consiguieron la ventaja de campo en el ¨²ltimo partido de la Liga Regular) han barrido, literalmente, de la pista a equipos como los Lakers de Los ?ngeles o los Blazers de Portland. Los Knicks que entraron en los playoffs ocupando la octava y ¨²ltima plaza de la Conferencia Este y eliminando a equipos favoritos como los Miami Heat o los Indiana Pacers.
La qu¨ªmica de los Spurs
La cohesi¨®n interna de los Spurs (un concepto que muchos entrenadores llaman "qu¨ªmica de equipo") es la mejor de toda la NBA. Incluso mejor que aquella temporada en la que los Spurs consiguieron nada menos que 62 victorias en la Liga Regular. Pero en aquel equipo jugaba Dennis Rodman y, como se?ala correctamente David Robinson, pivot titular de San Antonio: "Dennis Rodman y la palabra qu¨ªmica no pueden ir juntos en la misma frase". Sin embargo los Spurs comenzaron la corta campa?a 98-99 con un paso muy vacilante: en los primeros 15 partidos, el equipo llevaba 9 derrotas acumuladas. Su defensa era buena pero el ataque era muy irregular. Las se?as de identidad del juego del equipo estaban indefinidas: no sab¨ªan si jugaban baloncesto r¨¢pido o baloncesto control y el contraataque apenas exist¨ªa. Las habituales cr¨ªticas comenzaron a llover sobre la franquicia. Unos recurr¨ªan a la peremne etiqueta de equipo blando que casi se ha convertido en una especie de eterno segundo apellido para el conjunto de San Antonio.
Y en medio de la crisis, el t¨¦cnico Popovich hizo dos cambios de personal que han resultado ser fant¨¢sticos: dej¨® al base Jaren Jackson en el banco y convirti¨® al duro veterano Mari Elie en base titular y el p¨ªvot reserva Will Perdue se recuper¨® de una grave lesi¨®n de tobillo. Perdue rebotea, bloquea, tapona y juega m¨¢s all¨¢ de la falta para ayudar a su equipo: justo lo que los Spurs necesitaban para sacudirse la etiqueta de "blandos".
Esos cambios galvanizaron a los Spurs en ambos lados del campo y los resultados no se hicieron esperar: de un 6-9 en los primeros 15 encuentros de Liga, San Antonio pas¨® a un 31-4 en los siguientes 35 partidos. El paso por los playoffs parece un tornado tejano: 11-1.
Los Spurs poseen un gran talento para el juego en transici¨®n y lo ponen en pr¨¢ctica cada noche. Duncan y Robinson, junto al reserva Perdue, crean una excepcional defensa interior. Avery Johnson o Antonio Daniels atacan constantemente el bal¨®n; y Elie, Sean Elliott y Jaren Jackson presionan en las alas. Cuentan con la seguridad de tener las espaldas cubiertas en su canasta propia, en la que las Torres Gemelas Duncan y Robinson intimidan, taponan y rebotean ferozmente.
Los imprevisibles Knicks
Esperando todo tipo de obst¨¢culos en el que ha sido un glorioso pero imprevisible viaje al ¨¦xito, los Knicks de Nueva York se han convertido en el primer equipo en la historia que partiendo como n¨²mero 8 en las eliminatorias de playoff, ha llegado a la final. En el camino se han dejado un general manager despedido (Ernie Grunfeld), un presidente con su credibilidad seriamente afectada (David Checketts) y un entrenador (Jeff Van Gundy) al que se le ha estado buscando sustituto desde el primer d¨ªa de competici¨®n. Los Knicks llegaron a la final por ¨²ltima vez en 1994. Aprovechando que Michael Jordan decidi¨® jugar durante 18 meses al b¨¦isbol, Nueva York lleg¨® a la eliminatoria decisiva por el t¨ªtulo frente a otro equipo tejano: Houston. Los Knicks sucumbieron ante los Rockets de Hakeem Olajuwon.
Los pron¨®sticos de los expertos auguran que la historia se repetir¨¢ y que otro equipo tejano volver¨¢ a batir a los Knicks. Pero, por lo visto en las ¨²ltimas seis semanas, Nueva York ha demostrado tener fuerza mental, agresividad defensiva y un poco de suerte. No van a poder contar con Patrick Ewing para batallar contra el m¨¢s completo hombre alto (Robinson) de la NBA. El poderoso alero Larry Johnson es muy dudoso, aquejado de una lesi¨®n de tobillo. Pero aunque ambos jugadores son valiosos, son lentos en el juego ofensivo de los Knicks. De modo que, sin ellos, el equipo tiene otras opciones que le hacen parecer un conjunto totalmente diferente. Un equipo m¨¢s joven, m¨¢s r¨¢pido y con esp¨ªritu ganador. La transformaci¨®n del equipo dirigido por Jeff Van Gundy ha sido muy refrescante. Nueva York ya no es aquel equipo predecible y r¨ªgido en sus esquemas en el que sus principales armas eran, b¨¢sicamente, sus codos afilados. Esta vez, Nueva York presenta jugadores como Latrell Sprewell, Marcus Camby o Chris Childs que juega a gran velocidad y ejecuta el contraataque buscando canastas sencillas. De ese modo tan simple, batieron a Miami (en el ¨²ltimo segundo del quinto partido), dominaron a los Hawks de Atalanta y minimizaron a los favoritos Pacers de Indiana en cinco encuentros.
PEl ritmo r¨¢pido de juego es el mejor modo de utilizar los talentos de Sprewell y Houston, sus principales anotadores. En ataque, los Knicks buscan a Sprewell como buscaban a Ewing hace cinco temporadas. El controvertido jugador (expulsado el a?o pasado de la NBA por agredir a su t¨¦cnico) explota en la canasta contraria y utiliza el contraataque para conseguir penetraciones f¨¢ciles.
El desequilibrio m¨¢s evidente en esta final se llama Tim Duncan. Y con el a?adido de David Robinson, los Spurs pueden demoler a los Knicks en el juego interior. Pero todas las ventajas de los tejanos se terminan en este punto. Y los Spurs est¨¢n lejos de ser el equipo imbatible que resulta inexpugnable a cualquier rival. Ewing lo ha descrito con acierto: "En esta era post-Jordan, nadie consigue asustarme".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.