Barcelona 2040 JOSEP MARIA MONTANER
Al final de su libro El viaje imposible. El turismo y sus im¨¢genes, el antrop¨®logo Marc Aug¨¦ se plantea c¨®mo ser¨¢ el Par¨ªs del futuro y lo sit¨²a precisamente en el 2040: una ciudad dominada por la productora Disney, en la que s¨®lo vivir¨ªan comparsas de la ciudad tematizada. La inteligente sugerencia de Aug¨¦ podr¨ªa trasladarse a Barcelona: ?c¨®mo ser¨¢ Barcelona, no en el cercano y espectacular 2004, sino en el 2040? Imaginemos un futuro, a veces ut¨®pico, casi siempre dist¨®pico; hagamos prospectiva. En el 2040, la poblaci¨®n que viva en Barcelona habr¨¢ disminuido notablemente: por debajo del mill¨®n de habitantes, cifra a la que cada d¨ªa se suma otro mill¨®n que viene a trabajar en el sector de los servicios y otro mill¨®n de visitantes que se acerca a la ciudad de las compras y de la gran concentraci¨®n de espect¨¢culos -auditorios, teatros, cines, centros de ocio-. Y eso que una cuarta parte de los barceloneses recibe alg¨²n tipo de subvenci¨®n para poder sobrevivir en una ciudad mod¨¦lica y car¨ªsima: descuentos en los alt¨ªsimos alquileres en las ¨¢reas monumentales, ayudas econ¨®micas en los geri¨¢tricos, primas para funcionarios... Gran parte de la ciudad ha quedado totalmente tematizada. Ciutat Vella es un n¨²cleo cultural con bibliotecas, museos y tiendas de arte y dise?o; sus residentes subvencionados constituyen una muestra de ciudad multicultural, con cupos de representantes de cada etnia. El Ensanche alterna su car¨¢cter de barrio de oficinas con importantes n¨²cleos de residencias para ancianos, incluyendo, a la manera norteamericana, algunas superislas tranquilas que est¨¢n vedadas a los menores de 70 a?os. Gr¨¤cia mantiene su esp¨ªritu alternativo, totalmente subvencionado por la Administraci¨®n. Poblenou, la Villa Ol¨ªmpica y el Front Mar¨ªtim se han especializado en industrias limpias, adecuadas para visitas diarias de p¨²blico, y en zonas residenciales con alto porcentaje de ni?os y j¨®venes. La monta?a de Montju?c es una gran ¨¢rea de cultura y parques. El Poble Sec y Sants concentran la mayor parte de los hoteles. Les Corts y Sarri¨¤ est¨¢n dedicados a equipamientos universitarios y de investigaci¨®n. S¨®lo Nou Barris mantiene la diversidad sin tematizaci¨®n que era t¨ªpica a finales del siglo XX, ya que en el resto de la ciudad hist¨®rica y tur¨ªstica la funcionalidad est¨¢ totalmente planificada y todo ha sido monumentalizado. La facilidad demostrada en Barcelona para realizar r¨¦plicas ha llevado a disponer en el frente mar¨ªtimo de otra Pedrera y de otro Palau de la M¨²sica para visitas del turismo masivo. La Sagrada Familia, ya terminada, es el m¨¢s importante parque de ocio de la ciudad, gestionado por un consorcio formado por Disney, la CNN, el Episcopado y el Ayuntamiento. Siguiendo esta l¨®gica, el acceso a la ciudad est¨¢ controlado con peajes obligatorios que se pagan a trav¨¦s de todos los medios de transporte. Para favorecer el comercio y un medio ambiente descontaminado, la ciudad est¨¢ casi toda reservada a los peatones. De esta manera, los problemas sociales, econ¨®micos y medioambientales se han trasladado a las periferias, en las cuales siguen dominando las autopistas, con coches y camiones y donde los embotellamientos son colosales. Barcelona es una ciudad en la que todo acontecimiento est¨¢ previsto y controlado. Los atascos y la densidad del tr¨¢fico han aumentado -aunque ahora sea en microbuses el¨¦ctricos, taxis robotizados, bicicletas, cintas transportadoras y escaleras mec¨¢nicas- por los tres millones de personas que la recorren cada d¨ªa: altavoces en las playas advierten de cualquier incidencia; en las
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