Desde la solidez
Iberm¨²sica concluy¨® ayer su temporada de conciertos 98-99 con una combinaci¨®n de gala -Haitink, Schiff, Sinf¨®nica de Londres- en un programa dedicado a Mozart y Strauss. Fue un gran cierre. Haitink es un director que transmite una enorme seguridad. Le gustan los sonidos tensos, a la antigua usanza. Tiene energ¨ªa, mucha energ¨ªa, y sobre todo es un gran organizador de los planos sonoros. Bajo su direcci¨®n da la sensaci¨®n de que las cosas siempre est¨¢n suficientemente en su sitio. Es cuesti¨®n de veteran¨ªa, de experiencia, de dominio y especialmente de claridad. Su falta de un pellizco de fantas¨ªa queda sobradamente compensada por la ausencia de sobresaltos. Haitink es un gran mahleriano. Lo saben bien sus incondicionales. Ayer se manifest¨®, sin embargo, como un straussiano primoroso. Cre¨® en Don Quijote una atm¨®sfera evanescente, magn¨ªficamente equilibrada entre las diferentes secciones instrumentales, transparente en los cometidos solistas. La Sinf¨®nica de Londres se luci¨® m¨²sico a m¨²sico, y el violonchelista Moray Welsh incluso hizo cre¨ªble teatralmente la muerte de don Quijote, despu¨¦s de un desarrollo musical tan matizado como chispeante. Haitink alcanzaba momentos cada vez m¨¢s po¨¦ticos conforme transcurr¨ªa la obra. Strauss resplandec¨ªa en su juego de luces y sombras, y Haitink convenc¨ªa, ya lo creo que convenc¨ªa, con su clarificaci¨®n mesurada y con su lectura sin ret¨®rica.
Iberm¨²sica
Orquesta Sinf¨®nica de Londres. Director: Bernard Haitink. Piano: Andras Schiff. Mozart: Sinfon¨ªa n¨²mero 25 y Concierto para piano n¨²mero 21. Strauss: Don Quijote. Auditorio Nacional, 17 de junio.
En Mozart, el pianista h¨²ngaro Andras Schiff impuso su personalidad. Haitink, buen concertador, le dej¨® hacer, y Schiff se manifest¨® a veces ligero, a veces excesivamente correcto como en el andante, a veces brillant¨ªsimo y espectacular como en el allegro vivace. No siempre hubo una correspondencia ajustada entre solista y orquesta, pero importaba poco ante la gama creativa de Schiff y la profesionalidad de los m¨²sicos y su director, que deleitaban con un acompa?amiento nada r¨ªgido y lleno de detalles de buen gusto.
En la Sinfon¨ªa 25, Haitink exager¨® la sonoridad. La mayor¨ªa de los mozart que se hacen en la actualidad son mucho m¨¢s fr¨¢giles. Pero el director es el director, y aplic¨® su criterio con una versi¨®n m¨¢s prerrom¨¢ntica que cl¨¢sica, m¨¢s poderosa que sutil. Hubo bellos momentos, muy compactos, en el andante, y, de arriba a abajo, un clima de pulcritud.
Fue una buena despedida de temporada. Los conciertos de Iberm¨²sica siguen siendo los m¨¢s deseados de Madrid. Nadie deja una plaza sin renovar para el pr¨®ximo a?o. Por algo ser¨¢.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.