Madrid

El Club de Debates Urbanos de Madrid ha celebrado esta semana su fiesta del solsticio. El Club es un foro donde se congregan, al estilo de una comunidad de vecinos, gentes interesadas en disfrutar de un Madrid amable, hecho con mejor gusto, con m¨¢s consideraci¨®n a los mismos habitantes que al coche, forjado con proyectos que consideren antes los valores de la habitabilidad y el sosiego que el fanatismo psiqui¨¢trico de los t¨²neles, las especulaciones gigantes y la est¨¦tica kitsch. Efectivamente, los del Club est¨¢n muy enfadados con Manzano y medio envenenados con los amargos frutos de ese "¨¢rbol", seg¨²n ellos dicen. En otro cuatrienio, podr¨ªa hasta exacerbar los desaguisados que ha impuesto a la ciudad. Hace unos meses, Joaqu¨ªn Leguina, que tampoco sab¨ªa nada de urbanismo, lo primero que hizo ante la opci¨®n de ser candidato a la alcald¨ªa fue reunirse con profesores de la Escuela de Arquitectura. De los profesionales se reciben m¨¢s y mejores nociones que de los promotores o de alg¨²n asesor megal¨®mano. El proyecto perforador de la plaza de Oriente, el proyecto perforador de El Prado, los proyectos perforadores en cualquier cruce, son el tema maniaco de la direcci¨®n actual. G¨®mez-Angulo, que tom¨® interinamente el relevo de Villoria en la concejal¨ªa de Obras, es un ser m¨¢s sensible y atento. ?l mand¨® parar, cuando Villoria se vio obligado a dimitir, los trabajos del mortuorio enlosado de la Castellana. Comprend¨ªa que un paseo arbolado de tierra aplanada y bancos de piedra era m¨¢s cordial que un pasillo chapado bajo un mobiliario artificioso. No pudo, sin embargo, al fin, con el gusto funerario del alcalde, empe?ado en las l¨¢pidas, ni con la cohorte municipal que ha producido famosos adefesios por doquier. ?Seguir¨¢ pues la racha? ?Seguir¨¢ la acerba cosecha del frutal? El miedo silba en las esquinas.