Los sonidos del tr¨®pico protagonizan la segunda noche del S¨®nar
El festival barcelon¨¦s recupera el "tecno" pre-Internet de Aviador Dro
La segunda noche del S¨®nar 99, el viernes, acab¨® reiterando que ecl¨¦ctico es la palabra que mejor califica el festival en esta sexta edici¨®n. Con un programa marcado por el calor del tr¨®pico, artistas como Tikiman, Roger S¨¢nchez y P-18 pusieron la nota t¨®rrida en una noche seguida por m¨¢s de siete mil personas que s¨®lo se quisieron marcharse de la Mar Bella cuando el d¨ªa hizo aparecer las primeras gafas de sol entre los espectadores m¨¢s previsores.
Pero antes de que el calor musical ba?ase los cuerpos en la Mar Bella, el S¨®nar tambi¨¦n tuvo un recuerdo para los abuelos, que en la edad de la electr¨®nica apenas sobrepasan la treintena. Aviador Dro y sus Obreros Especializados, uno de los introductores del catecismo digital en Espa?a, se sintieron recuperados ante una concurrencia enternecida por el tecno pre-Internet de la hist¨®rica formaci¨®n madrile?a. Servando y los suyos se tomaron a pecho su presencia en el S¨®nar y desempolvaron para la ocasi¨®n alguna de sus hist¨®ricas canciones, escenificadas con un vestuario que les hac¨ªa parecer a los m¨²sicos astronautas de la Agencia Espacial de Gab¨®n. Toda una delicia retro-kitsch y prefuturista. Ya metidos en la nocturnidad y despu¨¦s que m¨¢s de 6.000 personas pasaran por el CCCB, el hip-hop se reivindic¨® en el S¨®nar con Solo los Solo, autores de uno de los mejores discos nacionales del g¨¦nero esta temporada. Su actuaci¨®n qued¨® bastante lastrada porque las bases de los temas apenas se o¨ªan y se perd¨ªa todo el matiz en favor de las tres voces que Juan Solo capitaneaba. As¨ª las cosas, se constat¨® una vez m¨¢s que el hip-hop en directo sigue siendo s¨®lo apto para creyentes, pues los dem¨¢s mortales dif¨ªcilmente soportan m¨¢s de diez minutos de taladro verbal sobre un ritmo pelado.
M¨¢s tarde ya se pudo escuchar alg¨²n comentario del tipo: "No me esperaba esto del S¨®nar". Lo pronunci¨® una joven que iba a ver a Laurent Garnier y se encontr¨® con que en la pista central de la Mar Bella sonaba ?una versi¨®n de Tot¨® la Momposina! S¨ª se?or, era La verdolaga en versi¨®n de P-18, una formaci¨®n cubano-francesa que hace m¨²sica latina con barniz electr¨®nico. Diez personas en escena tocando metales, percusi¨®n, guitarra ac¨²stica y bajo, y con voces femeninas al frente: en un festival electr¨®nico no se puede ser m¨¢s iconoclasta. Los P-18 se marcaron una actuaci¨®n estupenda y sonora que hizo bailar a los que aborrecen el integrismo del chip. Y fueron muchos.
Entretanto, en la terraza del pabell¨®n, el proyecto Tikiman hac¨ªa que los relojes se detuviesen con un dub electr¨®nico compuesto para perder el mundo de vista. Bob Marley hubiese estado feliz all¨ª. M¨²sica lenta en la que parece que nunca pasa nada, reggae en el trasfondo, electr¨®nica tropical, densidad y graves, muchos graves.
Luego fue Laurent Garnier quien regal¨® a la audiencia un set de drum & bass que lo alej¨® de su tradicional estilo. Y tambi¨¦n acab¨® d¨¢ndole al dub & reggae, por cierto. Convertido en un Springsteen de la cabina, Laurent gesticulaba mientras pinchaba, escenificando cada cambio, cabeceando con el ritmo y comport¨¢ndose como una verdadera estrella. Result¨®n, el franc¨¦s.
Y tambi¨¦n lo fue Roger Sanchez, el rey del house latino, que puso el broche de oro a una noche en la que el S¨®nar fue tropical y latino.
Era la segunda noche de S¨®nar -que acaba en la madrugada de hoy-, la noche caliente, la noche del frote. El asunto iba de latino, de ritmo para el cuerpo y para la evasi¨®n.
[Ayer por la ma?ana, la instalaci¨®n art¨ªstica multimedia Love me tender, consistente en una habitaci¨®n en la que se ped¨ªa al p¨²blico que se colocara un consolador y copulase con animalitos de peluche, no funcionaba por problemas t¨¦cnicos. Se estaba trabajanado para ponerla de nuevo a punto]
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