Dulces derrotas
SEGUNDO BRU Deber¨ªa titular por lo que se refiere a los socialistas porque si miramos hacia IU, hacia la izquierda hundida, all¨ª no tienen duda sobre el car¨¢cter tel¨²rico de su desmoronamiento pero no se aclaran con el epicentro. Entre los que votan como conejos y la guerra balc¨¢nica que acaba intempestivamente cualquier dislate es bueno para ocultar no tanto la cruda realidad sino las causas a las que cabr¨ªa poner remedio, comenzando por el mayor lastre que sufren, o sea Anguita, ¨²ltimo responsable de una campa?a que culmina en el vergonzoso mensaje televisivo donde sin empacho ni rubor se aclaraba el eje central de la misma: PP + PSOE = PPOE. Majader¨ªa que ni siquiera es original sino que procede en l¨ªnea directa de la m¨¢s pura tradici¨®n de la Internacional Comunista, concretamente del V Congreso de la Komintern, seg¨²n la cual hab¨ªa que combatir tanto al fascismo como a la socialdemocracia porque ¨¦sta no era m¨¢s que "socialfascismo". V¨ªsperas del siglo XXI Zin¨®viev (y por ende, Stalin) cabalgan de nuevo en la presidencia federal de IU, tras cuyo rotundo fracaso y posteriores pantomimas dimisionarias queda al menos una conclusi¨®n evidente: IU no es, hoy por hoy, m¨¢s que la marca electoral, el envase con que presenta su producto ante las urnas el PCE. Y quienes de buena fe le han acompa?ado como socios en la asim¨¦trica coalici¨®n imagino que empezar¨¢n a tener clara su condici¨®n de compa?eros de viaje, de sputniki, por emplear la terminolog¨ªa de ¨¦poca adecuada con el demencial revival pol¨ªtico orquestado por Anguita. Mirando hacia la otra orilla uno entiende la m¨¢s que aparente satisfacci¨®n con que el PSOE, en Ferraz, acoge los resultados. Se acortan las distancias y, en el mejor momento del gobierno popular, en el a?o del euro, de la supresi¨®n de la mili obligatoria, de la rebaja de impuestos y la ca¨ªda del paro, el PP sigue sintiendo en su nuca el aliento socialista. Pero aqu¨ª parece que en la comisi¨®n gestora del PSPV -que administra el injustificable estado de excepci¨®n (en valiente y certera definici¨®n de P¨¦rez Casado) bajo el que viven los socialistas valencianos- no quieren enterarse de su desastre electoral. De que Zaplana ha conseguido 70.000 votos y 235 concejales m¨¢s y ellos 37.000 votos y 118 concejales menos que en 1995. Que Asunci¨®n obtiene menos votos que la hasta la fecha desconocida Rosa D¨ªez, menos votos que en las municipales y que la diferencia global de cuatro puntos en las europeas aqu¨ª se triplica y la brecha parlamentaria con el PP se acrecienta notablemente. Pese a lo cual se proclaman satisfechos e imparables, amparados por la ficci¨®n estad¨ªstica de 12 d¨¦cimas y los tres diputados regalo del Sr. D"Hont. Algunos conf¨ªan, no s¨¦ si en vano, que la direcci¨®n del PSOE sea consciente del agujero negro, como Estefan¨ªa lo ha calificado, que supone lo de aqu¨ª para los intereses generales socialistas y que sepan, y act¨²en en consecuencia, que lo que ocurra en nuestro pa¨ªs es demasiado importante para dejarlo en manos del canibalismo tribal aut¨®ctono, aut¨¦ntico plomo en las alas del socialismo espa?ol. Si aqu¨ª no se cambia de pol¨ªtica, de modos y estilos de hacer pol¨ªtica -y el reciente menosprecio de Asunci¨®n a Lapiedra promete lo peor- si no se canta la palinodia y se erradica el sectarismo imperante, ser¨¢ precisa mucha insulina para que el PSPV, con tanta dulce derrota, no acabe pereciendo -y con ¨¦l las expectativas socialistas de volver a la Moncloa- de diabetes electoral.
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