El m¨¢s ecl¨¦ctico
El S¨®nar de 1999 ha vuelto a batir sus propios registros, unos registros que en la madrugada del domingo sus organizadores consideraron adecuados al modelo de festival que quieren organizar. Para Enric Les Palau, Ricard Robles y Sergio Caballero, "mantener el festival en esta medida es nuestro reto", despreciando con esta frase la posibilidad de convertir el S¨®nar en una rave (fiesta tecno) multitudinaria. Esa voluntad de no desmadrar un certamen que a¨²n podr¨ªa crecer es lo que ha convertido al S¨®nar en lo que es. Y quiz¨¢ tambi¨¦n por ello , adem¨¢s de por una programaci¨®n en la que se conjugan el riesgo con las bazas seguras, el S¨®nar ya ha conseguido, en s¨®lo seis ediciones, lo que todo festival desea lograr: crear una marca. El p¨²blico acude sin conocer a los artistas cuyas actuaciones seguir¨¢, pero convencido de que si ¨¦sos est¨¢n en la programaci¨®n es porque merecen la pena. De igual manera, los artistas pueden actuar ante un p¨²blico mucho m¨¢s numeroso del que en realidad les corresponde. Hoy en d¨ªa el S¨®nar puede presentar a un reba?o de ovejas balando y seguro que el p¨²blico asistir¨¢ a la boutade en masa y sin rechistar. Por fortuna, los organizadores conocen su capacidad de seducci¨®n, pero procuran no malgastarla para que su festival mantenga un prestigio que ya hace a?os ha traspasado las fronteras del pa¨ªs.
Adem¨¢s, y como gran logro de esta edici¨®n, el S¨®nar ha irrumpido en el eclecticismo, logrando con ello atraer a un p¨²blico no estrictamente tecno. Fruto de ello han sido las poses y actitudes rockeras que se pudieron ver en la primera jornada, -?cuando se hab¨ªa o¨ªdo antes un fuck you bramado desde un escenario electr¨®nico?-, as¨ª como la sonoridad salsera que invadi¨® la Mar Bella en la segunda noche. Sabedores de que el festival ha de ser m¨¢s cre¨ªble por su heterodoxia, convencidos de que el integrismo electr¨®nico s¨®lo interesa a calvos con gafas que no tienen amigos y que las verdades existen s¨®lo para cuestionarlas, los responsables del S¨®nar ha huido del fundamentalismo, en el que, por otra parte, nunca hab¨ªan ca¨ªdo.
Y lo pueden hacer, porque el S¨®nar se ha convertido en un est¨®mago que todo lo digiere, que todo lo neutraliza, que todo lo hace suyo. El festival se adelanta a los tiempos, y que, gracias al eclecticismo, este S¨®nar ha sido el menos moderno de sus seis ediciones. Y eso es estupendo, porque lo situar¨¢ por encima de los vaivenes de las modas.
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