Gan¨® Jos¨¦ Tom¨¢s toreando
Aunque parezca mentira, todav¨ªa -aquella bonita palabra que dec¨ªa Unamuno- se torea en algunas plazas. Es el caso de la de Alicante, donde ayer se volvi¨® a abrir la puerta grande para que saliera Jos¨¦ Tom¨¢s con todos los honores. Cort¨® el de Galapagar dos orejas que pudieron haber sido tres y, sin exagerar, cuatro. Tres seguro porque en su primero la petici¨®n fue mayoritaria pero el presidente no quer¨ªa deshacer el empate que hasta el momento figuraba en el marcadador donde casi al t¨¦rmino de la primera parte, es decir, el tercer toro, Ponce y Tom¨¢s estaban empatados a una oreja.
Pero la tarde, visto lo visto hasta ese momento y en su reanudaci¨®n, pod¨ªa haberse quedado en un mano a mano entre el de Chiva y el madrile?o. Y eso porque Rinc¨®n pech¨® con los dos garbanzos negros, inv¨¢lidos y descastados, dentro de lo que en l¨ªneas generales fue el encierro de Victoriano del Rio, que hoga?o tuvo incluso sangre santacolome?a, pero eso fue antes de que el mercado lo coparan los productos Domecq. Y como tales se comportaron los animales.
Del R¨ªo / Rinc¨®n, Ponce, Tom¨¢s
Toros de Victoriano del R¨ªo, terciados y justos de fuerzas. El 1?, manso; el 4?, pitado en el arrastre; 3? y 6?, nobles y con m¨¢s casta.Varios sospechosos de afeitado. C¨¦sar Rinc¨®n: estocada (ovaci¨®n); bajonazo (ovaci¨®n). Enrique Ponce: estocada (oreja); tres pinchazos y estocada (ovaci¨®n). Jos¨¦ Tom¨¢s: estocada (oreja y fuerte petici¨®n); pinchazo y estocada (oreja). Sali¨® a hombros. Plaza de Alicante, 22 de junio, 4? de la Feria de Hogueras. Casi lleno.
Lo que tambi¨¦n ocurri¨® es que lucieron de distinta forma seg¨²n las manos. Indudablemente, Enrique Ponce puede poner, y ha puesto franquicias, por su saber hacer. Todo espectador, y no digamos aficionados que lo han visto mucho, tiene sus faenas en la cabeza. Las ver¨®nicas aseadas, revoleras bellas, doblones para abrir faena de muleta, los desmayados, la suerte descargadilla, un tren entre toro y torero y mucha gracia con una pizca de facilidad pinturera. Pues la franquicia funciona porque hoy es el torero m¨¢s imitado por muchos aspirantes. Y lo que es peor, por muchas llamadas figuras.
Ayer, donde Ponce se pon¨ªa pinturero, Tom¨¢s lo hac¨ªa con gracia innata. Donde Ponce met¨ªa el pico de la muleta, Tom¨¢s lo hac¨ªa con la bamba. Donde el n¨²mero uno se separaba para no mancharse, Tom¨¢s se ce?¨ªa hasta no dejar sitio. En una palabra; ayer donde Jos¨¦ Tom¨¢s tore¨® no lo hizo nadie m¨¢s. No es menos cierto que el madrile?o goz¨® del mejor lote. Pero aplic¨® distintas faenas a sus dos oponentes.
Con el tercero abri¨® faena por estatuarios desde los medios sin rectificar un mil¨ªmetro. Sigui¨® con la mu?eca desmayada y al natural, gan¨¢ndole siempre terreno al animal, lo llev¨® hasta detr¨¢s de la cadera, ligando los muletazos. Hizo un cambio de manos por detr¨¢s para el recuerdo y sigui¨® templando la embestida y mandando sobre el albero.
Y si torear es parar, templar y mandar, as¨ª lo hizo Jos¨¦ Tom¨¢s. Adem¨¢s, mat¨® de estocada y la plaza era un manicomio que ped¨ªa las dos orejas pero el presidente neg¨® la suya.
Con el que cerr¨® plaza, se estir¨® a la ver¨®nica. Se desmonter¨® el banderillero Emilio Fern¨¢ndez y aquello promet¨ªa. Tom¨¢s volvi¨® a demostrar que lo hecho anteriormente no era espejismo sino marca de la casa.
Se llev¨® la franela a la zurda y, aunque los naturales salieron un poco m¨¢s trompicados, no perd¨ªan el empaque. Con la derecha entr¨® mejor el animal y all¨ª lo hizo lucir Tom¨¢s. Lamentablemente, pinch¨® en la suprema pero al segundo intento lo consigui¨® y gan¨® salir en volandas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.