Aznar plantea una pol¨ªtica de cohesi¨®n social en torno al empleo, la sanidad y las pensiones

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desgran¨® ayer el discurso m¨¢s conciso y gen¨¦rico de los tres que ha ofrecido en debate del estado de la naci¨®n. Dur¨® apenas 48 minutos, y no fue casual. Quiso evitar a toda costa la sensaci¨®n cansina de debates anteriores, en los que no se cortaba al enumerar los logros de sus ministerios. En su balance final de legislatura, el jefe del Ejecutivo proclam¨® que es posible alcanzar "la ambiciosa meta del pleno empleo", y anunci¨® que, como primera medida, su Ejecutivo se dispone a crear hasta el a?o 2002 un total de 1,3 millones de nuevos puestos de trabajo. En esta l¨ªnea, ofreci¨® a la oposici¨®n acuerdos inconcretos sobre empleo, sanidad y pensiones como eje central de una nueva pol¨ªtica de cohesi¨®n social. Tambi¨¦n enunci¨® la corresponsabilidad auton¨®mica, el terrorismo y la justicia. Y se neg¨® rotundo a romper la caja ¨²nica de la Seguridad Social

El primer debate de la naci¨®n con Aznar de presidente, los d¨ªas 11 y 12 de junio de 1997, fue calificado como "extenso y monocorde" porque se alarg¨® 60 minutos. El entonces l¨ªder socialista, Felipe Gonz¨¢lez, le replic¨® durante hora y media. El a?o pasado la intervenci¨®n de Aznar se prolong¨® 75 minutos y fue tildada de "larga y pl¨²mbea". Jos¨¦ Borrell, que era candidato a la Presidencia del Gobierno, le respondi¨® en 50 minutos. Aznar ten¨ªa preparado para ayer un mon¨®logo inicial de 45 minutos. Esta vez el gui¨®n previsto, que el presidente sigui¨® hasta en las comas, se le escap¨® por muy poco. El jefe del Ejecutivo acudi¨® al mediod¨ªa al Congreso con la idea de poner en pr¨¢ctica de verdad el primer debate general de pol¨ªtica del pa¨ªs. El tono de su disertaci¨®n fue comedido porque, seg¨²n fuentes del Ejecutivo, se reservaba el sarcasmo o la iron¨ªa para las r¨¦plicas de la tarde, especialmente las dirigidas al secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia.

En su primera alocuci¨®n Aznar destac¨® la estabilidad vivida estos a?os por su Gobierno gracias a los apoyos parlamentarios de sus socios nacionalistas. Y a continuaci¨®n esboz¨® algunas de las "reformas modernizadoras" emprendidas por el Ejecutivo del PP para garantizar el bienestar de la sociedad. En ese contexto incluy¨® que "Espa?a ha asumido la responsabilidad que le corresponde como pa¨ªs europeo y occidental en el conflicto de Kosovo"; que con "el nacimiento del euro hemos sido protagonistas de uno de los pasos m¨¢s decisivos en la construcci¨®n de la Uni¨®n Europea"; la Agenda 2000; la supresi¨®n del servicio militar obligatorio; la consolidaci¨®n del sistema de sanidad p¨²blica, "que a partir de este a?o se incluye ¨ªntegramente en los Presupuestos Generales del Estado; y, sobre todo, la creaci¨®n de empleo.

Aznar presumi¨® ayer mucho de los puestos de trabajo generados: 1,2 millones en lo que va de legislatura; medio mill¨®n en el ¨²ltimo a?o. Y se atribuy¨® haber superado, por primera vez, los 14 millones de afiliados a la Seguridad Social. Luego a?adi¨® que el empleo, la sanidad y las pensiones deben constituir los ejes de una nueva pol¨ªtica de cohesi¨®n social consensuada con todo el arco parlamentario. Dijo incluso que el pleno empleo es un objetivo posible, "un objetivo que podemos alcanzar", y anticip¨® que, por lo pronto, el Gobierno del PP, caso de que renueve mandato, crear¨¢ 1,3 millones de nuevos puestos de trabajo, si bien modernizando el mercado laboral.

Fue el principal mensaje que quiso dejar al Congreso en este debate de pol¨ªtica general, quiz¨¢s el ¨²ltimo de la actual legislatura. Aunque no tard¨® en adentrarse por uno de los asuntos que m¨¢s quer¨ªa resaltar. El presidente considera especialmente relevante que Espa?a ya no padezca el azote del terrorismo como hace un a?o, justo cuando se cumple el primer aniversario del ¨²ltimo asesinato de ETA, el del edil Manuel Zamarre?o. "Hoy, a diferencia de otras veces, no tenemos que empezar el debate del estado de la naci¨®n condenando asesinatos terroristas recientes. Debemos felicitarnos, porque ha sido la en¨¦rgica afirmaci¨®n del Estado de Derecho y de los valores democr¨¢ticos, por parte de todos, lo que lo ha hecho posible". Aunque tambi¨¦n se reserv¨® cierta cautela: "ETA no ha renunciado definitivamente al uso de la violencia ni se ha disuelto".

Fue entonces cuando Aznar record¨® sus conocidas tesis de que esa renuncia a la violencia terrorista es un triunfo de la sociedad en general, del Estado de Derecho, del tes¨®n de los ciudadanos, del esp¨ªritu de Ermua, del imperio de la ley. Aznar recalc¨®: "Los terroristas no hab¨ªan calculado que a los vascos, y al conjunto de los espa?oles, no les pod¨ªa someter con la brutalidad de la fuerza". El presidente del Gobierno cree, eso s¨ª, que ahora hay motivos para la esperanza de una paz verdadera. Relat¨® c¨®mo hab¨ªa autorizado los contactos de sus interlocutores con los de ETA y reiter¨® que los criterios del Gobierno en esas conversaciones no han variado un ¨¢pice del punto d¨¦cimo del Pacto de Ajuria Enea: final dialogado y sin condiciones pol¨ªticas.

Aznar rebati¨® las cr¨ªticas de inmovilismo que le hace el PNV al Gobierno central por su actitud en el proceso de paz. Rememor¨® las iniciativas emprendidas hasta ahora: facilitar el regreso de quienes se encuentren en el extranjero sin causas pendientes; su voluntad de continuar una pol¨ªtica penitenciaria "din¨¢mica, flexible y consensuada, acorde, en todo caso, con el final de la violencia" y conforme a lo aprobado en el Congreso.

En este paquete de medidas reparadoras de la paz en Euskadi Aznar integr¨® la solidaridad y el reconocimiento a las v¨ªctimas del terrorismo y sus familiares. El presidente del Gobierno y del PP se mostr¨® seguro de que el proyecto de ley superar¨¢ las diferencias surgidas entre los partidos y encontra-

r¨¢ su tramitaci¨®n en este periodo de sesiones ya en extinci¨®n. Aznar recogi¨® en ese tramo de su discurso el simbolismo del Estatuto de Gernika para lanzar un llamamiento a la colaboraci¨®n institucional y al reencuentro constitucional: "La pretensi¨®n de desbordar el marco estatutario, con acuerdos irreconciliables con la democracia constitucional y parlamentaria que nos dimos en 1977, es una aventura irresponsable que s¨®lo puede generar graves da?os a la sociedad vasca".

El presidente aprovech¨® para aludir al pol¨¦mico escenario de pactos poselectorales que se vive en Euskadi: "No podemos frustrar las esperanzas de los ciudadanos vascos, que acaban de expresarse en las urnas. Todas las fuerzas pol¨ªticas tenemos que encontrar f¨®rmulas y acuerdos que respondan con la mayor fidelidad a la voluntad de los electores en cada uno de los territorios hist¨®ricos y en cada una de las ciudades y pueblos. Serviremos mejor a la sociedad vasca respetando su pluralismo".

Finalizado el apartado m¨¢s espec¨ªfico del Pa¨ªs Vasco, Aznar retorn¨® a la ambig¨¹edad de la pol¨ªtica general. Compendi¨® el consenso constitucional y estaturario, ahora en su 20 aniversario en Euskadi y Catalu?a, para adentrarse en otro de los grandes ejes de su discurso: la corresponsabilidad auton¨®mica. El presidente, que s¨®lo fue interrumpido seis veces con aplausos comedidos de los diputados de su grupo parlamentario, ensalz¨® en ese momento que la "transformaci¨®n verificada en estas dos d¨¦cadas es mucho m¨¢s profunda de lo que nadie pudo suponer". Aznar sostiene que ese hito, el del desarrollo auton¨®mico de Espa?a, es un acierto que no deber¨ªa estar en permanente discusi¨®n.

No m¨¢s reivindicaciones

Aznar defiende que "ha terminado el tiempo de la reivindicaci¨®n competencial". Que es posible el ejercicio pleno de la responsabilidad de gobierno. Que ahora las autonom¨ªas deber¨ªan volcarse en mejorar los servicios que prestan a los ciudadanos. Que deben cooperar m¨¢s y gastar con m¨¢s eficacia. Y que tendr¨ªan que descentralizar algunas de sus atribuciones en los ayuntamientos.

Aventur¨® que no ve viable que en el futuro sistema de financiaci¨®n auton¨®mica se puedan imponer sacrificios asim¨¦tricos en las distintas Administraciones. Y no lo aceptar¨¢ porque quiere implicar a las autonom¨ªas en el plan de estabilidad y crecimiento que obliga a todos a alcanzar el super¨¢vit presupuestario en el 2002. Objetivo para el que invit¨® de nuevo a sus socios nacionalistas a pactar los Presupuestos del pr¨®ximo ejercicio. A cambio se permiti¨® ofrecer un ambicioso plan de inversiones para los pr¨®ximos siete a?os por importe de 16 billones de pesetas.

Dicho esto, rescat¨® la oferta "al primer partido de la oposici¨®n" de un pacto para arreglar los desaguisados de la justicia y reiter¨® su oferta de acuerdos gen¨¦ricos que incluyan el Pacto de Toledo sobre las pensiones, el empleo y la sanidad. Pero advirti¨®, principalmente a sus socios nacionalistas vascos y catalanes,que el Gobierno del PP no est¨¢ dispuesto a permitir que se rompa la caja ¨²nica de la Seguridad Social.