La Domus Aurea de Ner¨®n regresa al itinerario romano tras 20 a?os de restauraci¨®n
Roma festeja con lecturas cl¨¢sicas y cine la reapertura de 32 salas del palacio imperial
Era una mansi¨®n de f¨¢bula que ocupaba ocho veces la extensi¨®n del palacio de Buckingham, decorada con frescos, paneles de alabastro y mosaicos delicad¨ªsimos. Para construirla, en el a?o 64 despu¨¦s de Cristo, el emperador Ner¨®n hubo de desalojar palacios y viviendas en un amplio radio en torno al Coliseo de Roma. De aquella espl¨¦ndida Domus Aurea, glosada por artistas e historiadores, queda apenas un pu?ado de ruinas, decoradas con frescos milagrosamente intactos, que acaban de ser rehabilitadas, tras 20 a?os de trabajos, por el Ministerio de Cultura italiano.
La Ciudad Eterna se celebra a s¨ª misma en estos deslumbrantes restos del pasado rescatados a la incuria y al abandono gracias a un desembolso de unos 400 millones de pesetas. De las 150 salas recuperadas, apenas un tercio del palacio, s¨®lo se pueden visitar 32 a partir de ma?ana. La historia no ha sido comprensiva ni con el emperador Ner¨®n ni con su delirantemente bella morada. Cuando el emperador muri¨®, en el a?o 69 despu¨¦s de Cristo, sus sucesores dieron ¨®rdenes de destruir la Domus Aurea, que fue en poco tiempo sepultada por las Termas del emperador Trajano. La Casa de Oro qued¨® sumergida en las entra?as de la vieja Roma, y para encontrarla hoy es obligado descender a esas fr¨ªas profundidades de la historia. Lo que ha quedado al alcance de los visitantes es s¨®lo una peque?a porci¨®n de aquella inmensidad de ocho hect¨¢reas, que pose¨ªa un jard¨ªn poblado con fieras salvajes y hasta un inmenso lago artificial, situado en el espacio que ocupa hoy el Coliseo.
El palacio de Ner¨®n fue objeto de un primer intento de restauraci¨®n entre 1969 y 1978, pero hubo de ser cerrado por problemas de seguridad en la zona. Poco despu¨¦s se inici¨® la segunda y definitiva fase de rehabilitaci¨®n, que deber¨¢ continuar durante varios a?os m¨¢s. Pero el palacio no parece dispuesto a revelar ninguno de sus enigmas. A estas alturas se ignora casi todo sobre el sentido de la distribuci¨®n y el uso que se daba a cada sala.
"Los restos que se abren al p¨²blico no eran la zona habitada de la Domus", explica el profesor Adriano de la Regina. "La hip¨®tesis m¨¢s razonable es que estas habitaciones fueran un gran museo". Un lugar donde el emperador Ner¨®n mand¨® colocar para admiraci¨®n de todos estatuas de la Grecia antigua, que fueron despu¨¦s expuestas en el Foro de la Paz, construido por el emperador Vespasiano.
No hay huellas, en ninguna de las 150 salas rehabilitadas, de ba?os o cocinas o puertas, dependencias y detalles imprescindibles en una casa habitada. No hay restos tampoco del sorprendente mecanismo giratorio instalado, dicen, en el techo del comedor, que lanzaba sobre los invitados imperiales una lluvia de perfume y p¨¦talos de rosa.
Imaginaci¨®n
"Tendr¨¢n que hacer un gran esfuerzo de imaginaci¨®n para comprender c¨®mo era verdaderamente la Domus Aurea", explicaba ayer la ministra italiana de Cultura, Giovanna Melandri, satisfecha, sin embargo, de una reapertura que es s¨®lo el pre¨¢mbulo de un ambicioso plan de recuperaci¨®n de toda el ¨¢rea arqueol¨®gica en torno a las Termas de Trajano. Previsiones aparte, el descenso a la Domus Aurea, lejos de ser decepcionante, es un viaje deslumbrante hacia el pasado. En las b¨®vedas alt¨ªsimas se pueden contemplar a¨²n restos de frescos maravillosos en los que, dice la leyenda, se inspiraron artistas del Renacimiento, como Rafael, o Pinturicchio, para realizar sus propias obras. La Domus Aurea fue descubierta a mediados del siglo XV, y desde entonces se convirti¨® en meta frecuente de artistas y curiosos, los primeros en admirar la t¨¦cnica de Fabullus, el artista al que se deben la mayor¨ªa de los estucos y pinturas de la Casa de Oro neroniana.
En las salas principales, como la deslumbrante sala octogonal, m¨¢rmoles delicados sustitu¨ªan a las decoraciones pict¨®ricas y los mosaicos. Un derroche de riqueza s¨®lo comparable al lujo de los palacios orientales que Ner¨®n quiso trasladar a este "palacio que resplandec¨ªa con el brillo del oro", como lo describi¨® S¨¦neca. De todo aquel esplendor no queda nada m¨¢s que la magnificencia de arcos y b¨®vedas, es decir, el esqueleto arquitect¨®nico apenas revestido con el color de los frescos. "Pero no hay que olvidar que se trata de una obra de restauraci¨®n no terminada. Hemos restaurado apenas 1.200 metros de paredes con frescos de los 30.000 descubiertos", a?ade La Regina, un profundo conocedor de la Domus Aurea.
La apertura de la Domus Aurea, que ser¨¢ inaugurada oficialmente hoy por el presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, en un acto al que asistir¨¢n varios ministros de Cultura europeos, ha sido subrayada con un programa festivo organizado por el Ayuntamiento de Roma que se inici¨® ayer con la proyecci¨®n en la Piazza del Popolo de la pel¨ªcula Quo Vadis, a la que ten¨ªan previsto asistir dos nerones hist¨®ricos, Peter Ustinov y Alberto Sordi.
Hoy, adem¨¢s de una lectura de poes¨ªa cl¨¢sica en el Museo Altemps de la capital, la entrada a los museos de la Ciudad Eterna ser¨¢ gratis, mientras ma?ana, la Domus Aurea quedar¨¢ abierta al p¨²blico, aunque las visitas tendr¨¢n que hacerse en peque?os grupos y tras rigurosa reserva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.