UPN-PP gobernar¨¢ en solitario Navarra con el apoyo externo socialista

La Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), socio del PP, gobernar¨¢ en solitario la comunidad foral de Navarra con el apoyo externo de los socialistas. ?ste es el principio de acuerdo que, para garantizar la gobernabilidad institucional "frente al empuje nacionalista", ratificar¨¢n hoy las direcciones de ambos partidos. De esta manera, Miguel Sanz seguir¨¢ siendo el presidente de Navarra, y su compa?era Yolanda Barcina ser¨¢ la alcaldesa de Pamplona, mientras que un socialista presidir¨¢ el Parlamento.

Los resultados electorales del pasado d¨ªa 13 se lo pusieron muy dif¨ªcil al secretario general y candidato a la presidencia por parte del PSN-PSOE, Juan Jos¨¦ Lizarbe, en su intento de formar un Gabinete alternativo al de la derecha. Mientras los socialistas apenas manten¨ªan sus once esca?os en la C¨¢mara navarra, la UPN-PP avanz¨® de 17 a 22 y los partidos nacionalistas de siete a once. Con esa fractura pol¨ªtica y la reiterada promesa de no firmar acuerdo alguno con Euskal Herritarrok (EH), la marca electoral de Herri Batasuna (HB), que dispone de ocho parlamentarios, se hac¨ªa imposible cualquier alternativa a la UPN que excluyese a EH. Por eso Lizarbe ha acabado asumiendo al pie de la letra las recomendaciones de la Ejecutiva Federal del PSOE trasladadas a una delegaci¨®n navarra en la reuni¨®n del pasado lunes en Madrid.

El PSN ha rechazado las dos carteras, Trabajo y Medio Ambiente, para un Gobierno de coalici¨®n que le ofreci¨® el presidente en funciones de Navarra, Miguel Sanz, pero garantiza a su formaci¨®n la estabilidad mediante un "acuerdo de investidura", en palabras del propio Lizarbe.

Esto supone una interlocuci¨®n prioritaria en los sucesivos documentos presupuestarios de la legislatura y en todas aquellas cuestiones esenciales para la defensa de la identidad de Navarra "como comunidad diferenciada", seg¨²n los protagonistas del acuerdo.

De esta forma, el PSN se abstendr¨¢ en el procedimiento de designaci¨®n del presidente de Navarra, regulado por el art¨ªculo 29 del Amejoramiento del Fuero. Una abstenci¨®n que evitar¨¢ que entre en juego el procedimiento autom¨¢tico, que da la presidencia al candidato de la lista m¨¢s votada.

El automatismo del art¨ªculo 29 es un sistema denostado por toda la C¨¢mara, pero cuya desaparici¨®n no ha podido ser a¨²n negociada con el Estado. La abstenci¨®n del PSN permitir¨¢ a la UPN acceder al poder en la tercera votaci¨®n, con mayor¨ªa simple de 22 votos, y eludir¨¢ el "tortuoso proceso", record¨® ayer Lizarbe, que demorar¨ªa desde julio hasta septiembre la constituci¨®n del nuevo Gobierno.

El principio de acuerdo fue adoptado el martes, pocas horas antes de que Lizarbe, acompa?ado de otros dirigentes del PSN, rompiera una incomunicaci¨®n de 20 a?os con la izquierda nacionalista y se reuniera con dirigentes de EH. Una reuni¨®n protocolaria que respond¨ªa al mandato del comit¨¦ regional de mantener un hilo de di¨¢logo con todas las fuerzas parlamentarias.

Sanz desvel¨® ayer que ha tenido ya "varios contactos marcados por la discreci¨®n" con los dirigentes del PSN. Unos contactos secretos hasta ahora y que han corrido paralelos a la ronda p¨²blica de conversaciones sostenidas estos d¨ªas con las restantes fuerzas de la oposici¨®n.

El acuerdo UPN-PSN prev¨¦ tambi¨¦n la abstenci¨®n socialista en la elecci¨®n del alcalde de Pamplona, seg¨²n confirm¨® ayer Sanz. As¨ª, Yolanda Barcina ser¨¢ la primera mujer que rija la ciudad gracias a los doce votos de la UPN-PP y las cuatro abstenciones del PSN frente a los once votos en su contra.

La direcci¨®n socialista y la regionalista deben ahora distribuirse diversos cargos institucionales, entre los que destaca la presidencia del Parlamento foral, que podr¨ªa recaer de nuevo en Lola Eguren, miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE; el senador auton¨®mico por Navarra o la presidencia de la Mancomunidad de Servicios de la Comarca de Pamplona.

El PSN no quiere dejar el flanco de la oposici¨®n parlamentaria en manos de EH, la tercera fuerza en Navarra y la segunda en Pamplona, y por ello ha decidido quedarse en ella, aunque garantizando la estabilidad institucional a la UPN. Ello le permitir¨¢ jugar a dos bandas: sostener al Gobierno, por un lado, y liderar la oposici¨®n condicionando sus pol¨ªticas desde fuera, por otro.