Los jueces de Madrid abrir¨¢n un registro con todos los denunciados por maltrato dom¨¦stico

Los jueces de Madrid crear¨¢n un registro de delitos de violencia familiar, en el que anotar¨¢n los nombres de las personas que golpeen a sus esposas, maridos, padres o hijos. Con s¨®lo pulsar un bot¨®n de su ordenador, los magistrados conocer¨¢n al instante si el detenido es un habitual en este tipo de acciones; en caso afirmativo podr¨¢n imputarle un delito (con las medidas cautelares que ello permite) en lugar de una falta, como hasta ahora. Un nueva ley, aprobada el pasado 9 de junio, respalda ahora a los jueces para actuar con mayor severidad contra los agresores familiares.

El objetivo de esta iniciativa es ofrecer una respuesta judicial contundente contra quienes reincidan en esta pr¨¢ctica y, paralelamente, proteger a las v¨ªctimas de nuevas agresiones. El juez decano de Madrid, Fernando Fern¨¢ndez Mart¨ªn, ha redactado ya el proyecto en el que figura la creaci¨®n en los juzgados de la plaza de Castilla de Madrid de una base de datos con los nombres de las personas que peguen a sus familiares. Fern¨¢ndez ha contactado con la Agencia de Protecci¨®n de Datos para otorgar "absoluta legalidad" al futuro registro de delitos de violencia en el ¨¢mbito familiar.

El decano tiene previsto someter la creaci¨®n de esta base de datos a la consideraci¨®n de sus compa?eros en una pr¨®xima junta de jueces. Si no surge ning¨²n obst¨¢culo, el registro de violencia familiar de los juzgados de la plaza de Castilla podr¨ªa entrar en funcionamiento despu¨¦s del verano. Como fecha probable, calcula el 1 de octubre, "aunque podr¨ªa entrar antes si mis compa?eros est¨¢n de acuerdo", afirma.

Para configurar la base de datos, el decanato se servir¨¢ de todas las denuncias y atestados que lleguen a la plaza de Castilla relacionados con violencia familiar. Este trabajo se efectuar¨¢ a trav¨¦s del juzgado de guardia y de la oficina de reparto de asuntos penales, lugar en el que los abogados depositan las denuncias antes de su remisi¨®n a los juzgados.

Los funcionarios de esta oficina anotar¨¢n el nombre del agresor, el juzgado al que corresponda conocer el caso y la fecha de la agresi¨®n. Adem¨¢s, seg¨²n el juez decano, habr¨¢ un seguimiento del caso y en el ordenador se anotar¨¢ tambi¨¦n la fase judicial en que ¨¦ste se halle. Es decir, si ha sido archivado, si est¨¢ pendiente de juicio o si ya ha reca¨ªdo sentencia sobre ¨¦l.

El juez decano de Madrid asevera que tales datos ser¨¢n totalmente reservados: "Todos los datos registrados", precisa, "tendr¨¢n el car¨¢cter de reservados, y s¨®lo tendr¨¢n acceso a ellos los jueces, secretarios judiciales y el ministerio fiscal. He hablado con la Agencia de Protecci¨®n de Datos para legalizar el registro y someterlo a todos los requisitos que establece la ley para bases de datos de este tipo", agrega. ?Cuando se podr¨¢ salir de esa lista negra? "Nos someteremos estrictamente a las normas que nos dicte la Agencia", subraya el decano. Si se produce una absoluci¨®n, de inmediato, y si la sentencia es condenatoria, cuando prescriba el delito.

Reforma legal

Esta base de datos contribuir¨¢ al desarrollo del contenido de la Ley Org¨¢nica 14/1999, de 9 de junio, que supone una modificaci¨®n del vigente C¨®digo Penal de 1995 y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en materia de protecci¨®n a las v¨ªctima de malos tratos. Hasta la promulgaci¨®n de esra nueva Ley, los jueces ten¨ªan las manos casi atadas, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. La mayor¨ªa de las agresiones familiares se quedaban en meras faltas, que, a la postre, se traduc¨ªan en condenas econ¨®micas de 10.000 o 20.000 pesetas, y el acusado segu¨ªa en la calle. El juez ten¨ªa las manos atadas porque, aunque el agresor hubiese sido detenido otras veces por hechos similares, ¨¦ste pod¨ªa alegar que a¨²n no hab¨ªa sentencia firme sobre ¨¦l, lo que le imped¨ªa agravar la posible pena. A partir de ahora, sin embargo, el juez podr¨¢ convertir en delito lo que antes era una falta si teclea el ordenador y observa que el detenido que tiene delante ha sido denunciado otras veces, con independencia de la fase judicial en que se halle esa denuncia. La reforma ha afectado al art¨ªculo 153, que cambia radicalmente el panorama en este aspecto, y que establece lo siguiente: "(...) Para apreciar la habitualidad [de las agresiones familiares] se atender¨¢ el n¨²mero de actos de violencia que resulten acreditados, as¨ª como a la proximidad temporal de los mismos, con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferentes v¨ªctimas, y de que los actos violentos hayan sido o no objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores".

El nuevo art¨ªculo subraya que se entender¨¢ la "habitualidad" con independencia de que los "actos violentos hayan sido -o no- objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores".

Esta reforma legal deja, pues, las manos libres a los jueces para convertir en delito y tomar medida r¨¢pidas y contundentes contra aquellas personas "habituales" en agresiones familiares, sin que ¨¦stas puedan alegar la ausencia de sentencia firme sobre sus fechor¨ªas anteriores. De ah¨ª la importancia de la base de datos que va a crear el decanato de los juzgados de la plaza de Castilla, que permitir¨¢ a los jueces conocer de inmediato los procesos que tengan pendientes los agresores y ordenar medidas cautaleres, que pueden ir desde el ingreso en prisi¨®n hasta el alejamiento del entorno familiar.