Siguen los regalos orejiles
C¨¦sar Rinc¨®n cambi¨® los papeles. A su primer toro, que ten¨ªa faena, no lo tore¨® como el animal merec¨ªa. A su segundo, que era un toro que alg¨²n d¨ªa caz¨® ratones y posiblemente ara?aba, se empe?¨® en torearlo exponi¨¦ndose. Anduvo perdido en ese toro. Parece mentira que un torero con la experiencia de Rinc¨®n tarde en darse cuenta el papel real que debe tomar ante los toros. Si en su primer toro vio que no ofrec¨ªa dificultades, ah¨ª es donde debi¨® entregarse. Es inconcebible, porque ante un toro que, como decimos, casi mord¨ªa, no se puede tomar el papel de legionario. Manuel Caballero tore¨® a gusto a un toro de buena embestida. Pero como el animal era inv¨¢lido total, tuvo que hacer de enfermero, esto es, torearlo suave, con mimo. Y a su segundo no acab¨® por dominarlo. S¨®lo al final apunt¨® alg¨²n natural de calidad. Ahora bien, le salva que lo mat¨® de una gran estocada.
Criado / Rinc¨®n, Caballero, Barrera
Toros de Juan Manuel Criado, pobres de cabeza. Los tres primeros manejables. 5? y 6? complicados. El 4? un marrajo. C¨¦sar Rinc¨®n: tendida, dos descabellos (aplausos); dos pinchazos, bajonazo (aplausos). Manuel Caballero: ca¨ªda, descabello (oreja); estocada (dos orejas). Vicente Barrera: estocada (dos orejas); estocada en el brazuelo, contraria (aplausos). Tolosa. ?ltima de feria. Media entrada. Caballero y Barrera salieron a hombros.
Los naturales que instrument¨® Vicente Barrera a su primer toro fueron en todo momento de gran enjundia. L¨¢stima que luego se dedicase a dar p¨¢bulo a la ganader¨ªa con el toreo de rodillas, pases circulares y dem¨¢s embauques. En su segundo, toda su labor se puede centrar en que quiso y no pudo. Donde s¨ª quiso y pudo fue en un espadazo en el brazuelo que hac¨ªa tiempo no ve¨ªamos que se realizase con tan mal estilo.
Con relaci¨®n a las orejas que han sobreabundado en la Feria de Tolosa, es un reflejo de lo que pasa en las ferias de segunda y tercera categor¨ªa, y a¨²n en las de primera, dejando fuera de las dos o tres donde se exige lo que realmente hay que exigir. O sea, que el verano viene de rebajas.
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