Tamarindo, 34
Ahora que funcionarios norteamericanos del antinarcotr¨¢fico han iniciado negociaciones con uno de los mayores narcotraficantes del planeta, me refiero a Fidel Castro Ruz, para luchar contra la droga, y que Western Union, luego de treinta y siete a?os, vuelve a funcionar como oficina de correos con env¨ªos de dinero a Cuba, recu¨¦rdese que, seg¨²n cifras de la CEPAL, 800 millones de d¨®lares entran anualmente en la isla s¨®lo v¨ªa las remesas de exiliados cubanos; ahora que hasta se ha llevado a cabo en la plaza de la Revoluci¨®n una suntuosa celebraci¨®n evang¨¦lica, donde se comenta que asistieron 100.000 ciudadanos. Y que, por otra parte, el presidente de Estados Unidos descubre con asombro que Castro lo chantajea una vez m¨¢s exigi¨¦ndole que levante el embargo, que pida disculpas, y que si no lo hace destruir¨¢ todo USA con una poderosa arma bacteriol¨®gica... Este ¨²ltimo dato no es m¨¢s que la trama novelesca del norteamericano Vincent Patrick, quien acaba de publicar un libro titulado Smoke screen (Cortina de humo) en la editorial William Morrow and Co., pero la historia, seg¨²n expertos, no est¨¢ muy lejos de la posible realidad, dados los secretos que siempre han ensombrecido las investigaciones del Instituto de Biotecnolog¨ªa en La Habana. Ahora que todo esto tan aparentemente "bonito" se comenta fuera de Cuba, me pregunto una vez m¨¢s por qu¨¦ se escatima espacio en los peri¨®dicos para hablar de lo que est¨¢ ocurriendo dentro de Cuba, y socialmente lo m¨¢s importante es el caso de los ayunantes en protesta pac¨ªfica en Tamarindo, 34, en La Habana. Luego nadie venga a llenarse la boca diciendo que en Cuba la gente no hace nada contra el r¨¦gimen, lo que pasa es que no se dice. S¨ª, se?oras y se?ores, en Tamarindo, 34, domicilio de Migdalia Rosado Hern¨¢ndez, desde el d¨ªa 7 de junio, el doctor ?scar El¨ªas Biscet, Rolando Mu?oz Yobre, Marcos L¨¢zaro Torres, William Herrera D¨ªaz, Aida Vald¨¦s Santana y Leonel Morej¨®n Almagro empezaron una huelga de hambre en condiciones infrahumanas. Los huelguistas tienen como objetivo hacer cuarenta d¨ªas de ayuno en protesta pac¨ªfica contra los cuarenta a?os del dictador en el poder. Han escrito una carta a Fidel Castro pidiendo la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos. A este acto, que s¨ª es un verdadero espacio de libertad, y no lo que promueven los monigotes mercenarios (espacio de libertad es nuevo t¨¦rmino c¨ªnico, y yo dir¨ªa que hasta gracioso, que usan los escritores oficiales del r¨¦gimen cada vez que quieren justificar en el extranjero sus actitudes complacientes respecto al poder), dec¨ªa que a este acto se han sumado familiares de presos pol¨ªticos, Vladimiro Roca -uno de los periodistas encarcelados por haber escrito el documento La patria es de todos-, familiares de las v¨ªctimas del remolcador 13 de marzo, religiosos, miembros de diferentes grupos pol¨ªticos en la disidencia interna y en el exilio, personalidades independientes y, sobre todo, cosa muy interesante, mucha gente de pueblo, 500 opositores de todas las provincias de la isla con ayunos de solidaridad con un m¨ªnimo de seis horas. En su tercera semana de ayuno a tiempo completo por parte de sus iniciadores podemos hablar de un hecho realmente importante, digno de que aparezca en las portadas de los peri¨®dicos y haga la una de los telediarios. Nada consistente aparece. Durante cuatro d¨¦cadas, una gran parte del mundo y la mayor¨ªa de los Gobiernos han confundido la aut¨¦ntica Cuba con la pol¨ªtica de Fidel Castro. Cuba existi¨® desde antes como pa¨ªs de un gran esplendor cultural y econ¨®mico (en el a?o 1957 era el tercer pa¨ªs en rango de desarrollo en Am¨¦rica Latina, junto a Brasil y Argentina). Cuba no es el invento que la Revoluci¨®n y sus barbudos se empe?aron en hacer de ella. M¨¢s bien lo contrario, los barbudos cambiaron, o borraron, muchas p¨¢ginas de la historia. De los libros de texto para las escuelas y la ense?anza a las nuevas generaciones desaparecieron una enorme cantidad de nombres ilustres, y de hechos hist¨®ricos que en buena lid desvirtuaban y ganaban en importancia a aquel movimiento revolucionario, por otra parte, no fue encabezado exclusivamente por Fidel Castro, como se ha pretendido hacer creer.
La Europa antiamericana ha equivocado a la Cuba antiimperialista de Jos¨¦ Mart¨ª con la demencial dictadura castrista. Hoy Europa no es la misma. Hoy Estados Unidos tampoco es lo que ha sido. Cuba sigue enquistada en el c¨ªrculo vicioso de un dictador que ser¨ªa capaz de provocar un conflicto mundial con tal de no dar su brazo a torcer, no cediendo un ¨¢pice de su poder absoluto. En m¨²ltiples ocasiones y con dis¨ªmiles matices, Fidel Castro ha declarado la guerra al mundo, pero el mundo se ha hecho el de la vista gorda. ?Cuba no ofrece el respeto suficiente, o Castro es percibido todav¨ªa como un resistente solitario y pobre al que hay que apoyar porque, seg¨²n ¨¦l afirma, es de izquierdas? Resistente es el pueblo cubano. Un pueblo que desde mucho antes que Fidel Castro siempre fue antiimperialista.
Para respetar y comprender a un pa¨ªs, para amarlo y poder hablar con propiedad, hay que conocer su historia, profundizar en su cultura. Es lo que hacemos los latinoamericanos (ejemplo reciente es lapel¨ªcula de Ra¨²l Ruiz, Le temps retrouv¨¦), y particularmente los cubanos, cuando nos acercamos a Europa o a Am¨¦rica. Nuestra cultura y nuestra historia no son s¨®lo las maracas, los bellos y calientes mulatas y mulatos, el tabaco, el ron y la m¨²sica para remenear el culo. Cuba es eso tambi¨¦n, y m¨¢s, una idea de la independencia nacida en la experiencia de muchos pensadores y escritores, un c¨²mulo importante de antecedentes reales que confirman que un escritor como Jos¨¦ Mart¨ª y un poeta como Juan Clemente Zenea no se inmolaron en vano. Los cubanos, como los europeos ante sus s¨ªmbolos, tambi¨¦n poseemos emblemas poderosos fundados por nuestros antepasados. Provenientes esos s¨ªmbolos de la existencia pac¨ªfica de la poblaci¨®n ind¨ªgena, quienes fueron los primeros moradores, de la honda y apasionada Espa?a, de la misteriosa y maltratada ?frica. Incluso, por la parte oriental de la isla, de la racional y al mismo tiempo sentimental Francia, o, aunque en menor cuant¨ªa de emigrantes, de la perseverante China. En lugar de avergonzarnos estamos muy orgullosos de nuestro mestizaje.
No alcanzar¨ªa el tiempo para enumerar los desmanes del castrismo. Hago un llamado a la memoria, cuarenta a?os de enga?o, de sacrificio, de suplicio. Cuatro d¨¦cadas neg¨¢ndole la informaci¨®n a todo un pueblo, exacerbando lo peor, un nacionalismo de pacotilla en nombre de un enfrentamiento perpetuo que hoy por hoy, en un clima de democracia, no tendr¨ªa ning¨²n pretexto ni consistencia. Cr¨ªmenes enmascarados en ajusticiamientos populares, fusilamientos, desapariciones, persecuciones y detenciones de intelectuales, religiosos y homosexuales. Proliferaci¨®n de campos de trabajo forzado (en otros pa¨ªses, esto se ha llamado campos de concentraci¨®n). Expulsiones masivas de la poblaci¨®n al extranjero por v¨ªa mar¨ªtima y a¨¦rea en ¨¦pocas de agudas crisis internas. Hundimientos masivos de seres humanos en el mar. Cuba cuenta con dos millones de exiliados. Actos internacionales de terrorismo. Interrupci¨®n c¨ªclica de las conversaciones para
la normalizaci¨®n de relaciones con el Gobierno de Estados Unidos con actividades violentas o de terrorismo. El ejemplo m¨¢s reciente lo constituyen los ¨²ltimos editoriales del peri¨®dico Granma, ¨®rgano oficial del partido comunista, el ¨²nico partido posible, donde, seg¨²n el editorialista, las organizaciones de masas (los pioneros entre ellos, es decir, los ni?os) condenan al se?or Javier Solana y a la OTAN por crimen contra la humanidad. Es conveniente se?alar que adjunto a este editorial se ha publicado tambi¨¦n un llamado a informar del contenido de esa misma acusaci¨®n a las organizaciones de masas antes mencionadas como firmantes. M¨¢s claro, ni el agua. Mientras tanto, el se?or Ricardo Alarc¨®n fue enviado a Estados Unidos para reanudar las conversaciones. Dudo de su efectividad en semejante ambiente de tensi¨®n creado por las autoridades cubanas. Ser¨¦ m¨¢s directa: siempre se nos dijo a generaciones y generaciones de cubanos, y el mundo tambi¨¦n hubo de repetirlo, que el se?or Nelson Mandela hab¨ªa sido el prisionero que m¨¢s tiempo hab¨ªa soportado en una c¨¢rcel. Con todo respeto por el presidente Mandela, pero esta afirmaci¨®n deber¨ªa ser matizada, aunque soy enemiga de comparar los horrores y unos cuantos a?os de m¨¢s no a?aden ni quitan injusticia a una causa. La verdad es que el se?or Mario Chanes podr¨ªa pretender el r¨¦cord, antiguo asaltante del cuartel Moncada, invasor del Granma y fundador del Movimiento 26 de Julio, cuando se enfrent¨® a Fidel Castro, entonces su vida dio un giro inimaginable, convirti¨¦ndose en uno de los prisioneros que m¨¢s tiempo soport¨® en una c¨¢rcel. Su celda se hallaba situada en un lugar de Cuba, y ¨¦l resisti¨® treinta a?os preso. Le sigue, en orden de duraci¨®n, el se?or Eusebio Pe?alver, invasor de la tropa del Che, negro, veintiocho a?os en una c¨¢rcel castrista. Ellos han comenzado ya a testimoniar personalmente en Italia y en el Parlamento franc¨¦s de sus experiencias.
Para terminar, como escritora cubana, en el exilio desde hace cinco a?os, pido comprensi¨®n y apoyo internacional para los huelguistas de Tamarindo, 34, quienes luchan de manera pac¨ªfica por la libertad de nuestro pa¨ªs. Ustedes, con un sencillo gesto, siendo receptivos a estas noticias pueden hacer mucho por esos ni?os, ancianos, hombres y mujeres que se encuentran entrampados en una realidad caricaturesca, desfigurada por la megaloman¨ªa y el af¨¢n de poder de un dictador que ha destruido miles de vidas y ha convertido en pesadilla el sue?o de emancipaci¨®n de varias generaciones.
De ustedes, medios de comunicaciones de todo el mundo, esperamos que el dolor de Cuba sea reconocido. Que sean identificados los verdaderos h¨¦roes de Cuba, o sea, su pueblo. Que sean autentificados los grupos de la disidencia interna y externa y los periodistas independientes dentro de la isla. Esperamos tambi¨¦n, por otra parte, que en los eventos internacionales, adem¨¢s de la opini¨®n oficial del r¨¦gimen cubano, sea escuchada la opini¨®n de los exiliados cubanos. Es ¨¦ste el verdadero sentido de este art¨ªculo: apoyar a los que luchan por la libertad en el mundo y en Cuba. Para que, en el futuro, Cuba pueda ser para todos. Como escribieron en el documento por el que fueron injustamente encarcelados los cuatro periodistas Marta Beatriz Roque, F¨¦lix Bonne, Vladimiro Roca y Ren¨¦ G¨®mez: La patria es de todos.
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