"La negociaci¨®n del Gobierno con ETA es un ejemplo de c¨®mo no tratar asuntos de Estado"
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Algunos ven en Josep Antoni Duran Lleida, nacido en Alcampell (Huesca) hace 47 a?os, el rostro m¨¢s n¨ªtido del pospujolismo. Pero el l¨ªder de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya no quiere entrar en este tema. Uni¨® ha decidido cerrar filas con sus socios de Converg¨¨ncia al menos hasta que pasen las auton¨®micas de oto?o. Pregunta. Resultar¨¢ curioso verle, como n¨²mero ocho de la lista de CiU, intervenir en los m¨ªtines de las auton¨®micas justo antes que Jordi Pujol, el n¨²mero uno.
Respuesta. Mi principal aportaci¨®n a la campa?a no ser¨¢ en funci¨®n del lugar que ocupe en la lista, sino del lugar que ocupo realmente en el esquema de la coalici¨®n, y en cualquier caso como presidente del comit¨¦ de gobierno de uno de los dos partidos.
P. Lo de ser n¨²mero dos, ?est¨¢ definitivamente cerrado?
R. S¨ª, definitivamente. Creo, adem¨¢s, que no tiene sentido abrirlo ahora porque podr¨ªa ser instrumentalizado por la oposici¨®n en sentido contrario al que podr¨ªan pretender los que de buena fe y desde CDC quisieran modificar el status y que Duran fuera en el n¨²mero dos. Es un tema cerrado y reitero mi profunda vocaci¨®n de no volverlo a abrir porque s¨¦ que comportar¨ªa problemas a la coalici¨®n, y Duran y Uni¨® no deben comportar ninguno.
P. Lo que s¨ª se ha convertido en un problema para la coalici¨®n han sido los resultados de CiU en las municipales.
R. No esperaba estos resultados. Quiz¨¢ un ligero descenso de la coalici¨®n, pero m¨¢s d¨¦bil del que se ha producido. Nadie puede esconder que ¨¦stos no son unos resultados positivos, pero seguimos siendo la primera fuerza municipal. Los electores nos han mandado un mensaje clar¨ªsimo. Unos electores, por otra parte, muy inteligentes y muy complacientes con nosotros, porque no nos abandonan en favor de otra fuerza pol¨ªtica, sino que se inclinan por la abstenci¨®n. Para m¨ª el elemento m¨¢s importante, tanto en Catalu?a como en Espa?a, es la abstenci¨®n, que se traduce en una apat¨ªa creciente de los ciudadanos respecto a la actual direcci¨®n del sistema democr¨¢tico. Y eso implica un cambio de reglas de juego.
P. Pero el cuento de la lechera que preve¨ªa la direcci¨®n de CiU no se ha cumplido. Si se ganaban las municipales, dec¨ªan ustedes, se sal¨ªa con buen pie para las auton¨®micas, que por eso se celebrar¨¢n en oto?o. De momento no se cumple ni la primera parte del cuento.
R. El calendario por el que finalmente opt¨® el presidente de la Generalitat no es el mismo que yo hubiera hecho, aunque desde que lo decidi¨® es tambi¨¦n el m¨ªo. Hab¨ªa opiniones diferentes. Yo pens¨¦ que las elecciones municipales pod¨ªan ser un factor positivo para los socialistas, porque era evidente que las principales ciudades de Catalu?a dif¨ªcilmente cambiar¨ªan de manos. No acepto los resultados como una hecatombe o como un precedente de apocalipsis de la coalici¨®n. Bajamos un poco en el conjunto de Catalu?a y hay un gran descenso en Barcelona, donde cre¨ªamos tener m¨¢s posibilidades.
P. Maragall y los socialistas ven estos resultados como el principio del fin de CiU.
R. Ojal¨¢ ellos basen su estrategia electoral en esta creencia. Ser¨¢ el pr¨®logo de su fracaso. Raimon Obiols, un hombre con criterio y experiencia, ya advirti¨® en la noche electoral a su partido: "Atenci¨®n, que ¨¦ste no es un resultado extrapolable a las elecciones al Parlament". Y ¨¦sta es mi opini¨®n. Los socialistas han ganado en anteriores ocasiones las municipales y en poco tiempo han perdido las del Parlament con mayor¨ªa absoluta de CiU.
P. El PP ha cumplido con el pacto de legislatura y ahora ustedes llegan a la recta hacia las auton¨®micas obligados a escenificar diferencias con ellos.
R. Sab¨ªamos que en CiU ser¨ªa dif¨ªcil presentar un acuerdo con el PP a no ser que lo fundament¨¢ramos en unos compromisos concretos. Y optamos por esta v¨ªa. Aznar, una vez cumplidos, se ha limitado a hacer su discurso, a decir: "Yo ya he cumplido mis compromisos y los otros [CiU] todav¨ªa tienen el compromiso de seguir respald¨¢ndome". Aznar ha sido cicatero en el reconocimiento de lo decisivo de nuestro grupo. Esto nos ha hecho da?o, sin duda, pero me niego a situarlo como eje central del an¨¢lisis de nuestros resultados. Los frutos de nuestra colaboraci¨®n para Catalu?a y para Espa?a est¨¢n ah¨ª.
P. Han podido desmarcarse poco.
R. No hemos sido lo suficientemente h¨¢biles al administrar pol¨ªticamente la relaci¨®n con el Gobierno central. ?sta no debe pasar por votarle todo lo que necesite, sino por garantizar la estabilidad y la gobernabilidad. El PP en Catalu?a, incluso votando a nuestro favor, ha hecho un discurso muy duro. El insulto, a veces, y las palabras m¨¢s duras contra nosotros han venido del PP, no de los partidos de la oposici¨®n.
P. ?Le ha parecido triunfalista el discurso del PP, actualizado en la intervenci¨®n del presidente Aznar en el debate sobre el estado de la naci¨®n?
R. No comparto ese discurso ufano, este triunfalismo exagerado. No puedo negar que el balance es positivo, como representante de CiU me siento corresponsable de este balance. Se han hecho cosas positivas y Espa?a, en t¨¦rminos generales, va bien. Pero el "Espa?a va bien" no puede ir acompa?ado s¨®lo del triunfalismo del Gobierno. Espa?a tiene por delante retos muy importantes y los pr¨®ximos pueden ser a?os de sacrificios. El "Espa?a va bien" de hoy no permitir¨¢ garantizar el "Espa?a va bien" de ma?ana.
P. En ese ma?ana entra tambi¨¦n la negociaci¨®n con ETA.
R. Soy cr¨ªtico con la actitud del Gobierno en la cuesti¨®n de la negociaci¨®n con ETA. Aznar ha dado ejemplo de c¨®mo no se deben abordar ciertos asuntos de Estado. Me estremeci¨® verle cuando, en un acto de partido en plena campa?a electoral, confirm¨® las filtraciones sobre el di¨¢logo con ETA. Ello demuestra que este Gobierno sit¨²a los intereses de partido por delante de los de la sociedad y del Estado.
P. El nacionalismo de CiU siempre ha llevado la etiqueta de integrador, pero si la propuesta de pacto fiscal que ustedes piden para Catalu?a se hiciera extensible al resto de las autonom¨ªas, el Estado ir¨ªa a la quiebra.
R. Debemos buscar el reconocimiento de nuestra especificidad en los ¨¢mbitos en que realmente exista. Por tanto, continuaremos con la tradicional actitud de plantear temas de pol¨ªtica auton¨®mica, ser conscientes y aceptar que nuestros planteamiento beneficiar¨¢n al conjunto de las autonom¨ªas. Nuestro estatuto es anterior a la LOFCA. De manera que debemos buscar un sistema mixto que tenga en cuenta esta especificidad, pero tambi¨¦n el hecho de que formamos parte de una realidad global y, por tanto, criterios como la solidaridad.
P. Pero con la Declaraci¨®n de Barcelona -suscrita por el PNV, el BNG y CiU- parece que la coalici¨®n opte por radicalizar su discurso nacionalista.
R. Yo siempre he defendido que un pa¨ªs ir¨¢ adelante en la medida en que tenga cohesi¨®n social y nacional, y esta cohesi¨®n nacional no nos vendr¨¢ dada ¨²nicamente por la lengua o por la cultura, porque hay personas que viven con nosotros y que tienen una lengua o una cultura o un referente nacional distinto al nuestro. En Catalu?a hay personas cuya naci¨®n es Espa?a, y eso debe tenerse en cuenta y respetarse. Y como a m¨ª me interesa que mi pa¨ªs vaya hacia adelante, necesito la cohesi¨®n de toda esta comunidad, y no puedo hacer s¨®lo un nacionalismo identitario, de gestos, sino que debe ser un nacionalismo insultantemente pr¨¢ctico. Nuestras ideas y propuestas deben identificarse con los problemas reales de las personas. De la Declaraci¨®n de Barcelona fue m¨¢s el ruido que las nueces. Sus planteamientos hay que mantenerlos cuando corresponda. Debemos hablar de los planteamientos nacionalistas cuando corresponda, pero sobre todo debemos ser lo que somos y hemos sido siempre: una coalici¨®n nacionalista, moderada, centrada, que ha aportado estabilidad a Catalu?a y tambi¨¦n a Espa?a; que cuando hace falta una punta de radicalismo es capaz de sacarla, pero obviamente el radicalismo no forma parte del panorama, de la actitud y el comportamiento normal de nuestra coalici¨®n. Eso es lo que debemos hacer, lo que puede llevarnos y nos llevar¨¢ otra vez al camino de la victoria.
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