"Hacemos un arte emocional de lo que sucede en el cuerpo"
"Nosotros siempre hemos podido ense?ar nuestras obras en China y en todo el mundo y nos han entendido", explican al un¨ªsono estas dos personas que forman un mismo artista. A partir de hoy y hasta el 29 de agosto mostrar¨¢n sus ¨²ltimas creaciones en la amplia sala de las Atarazanas de Valencia, que re¨²ne las 40 obras de la exposici¨®n Gilbert & George, organizada por el Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana. El soporte fotogr¨¢fico sobre el que desarrollan una intensa actividad pict¨®rica sigue siendo el origen de sus obras, pero en la ¨²ltima d¨¦cada han introducido temas nuevos conforme han ido "profundizando" en sus emociones. Han experimentado con todo aquello de lo que est¨¢n hechos, y as¨ª, en su af¨¢n de incomodar y jugar libremente, no han tenido reparos en servirse de "la orina, el sudor o las heces", a veces a trav¨¦s de visiones agresivamente ampliadas, en sus coloridas creaciones. Enfundados en sendos trajes id¨¦nticos, de corte brit¨¢nico, Gilbert (Italia, 1943) y George (Inglaterra, 1942) adoptan una expresi¨®n hier¨¢tica que apenas difiere de la que esbozan en sus enormes cuadros, en los que aparecen como modelos, lo que es muy habitual en esta pareja que se inici¨® bajo los preceptos del body art y el pop art.
Ese rechazo al elitismo, paralelo a la reticencia que les provoca su inclusi¨®n en el arte popular, lo justifican en relaci¨®n a otros: "Si el arte minimal y el abstracto no son populares, el nuestro es normal, no es que sea popular". Insisten en que las cosas est¨¢n cambiando, aunque ellos no: ellos y su obra evolucionan "como el ser humano". "No queremos crear nada nuevo, ninguna obra nueva, queremos evolucionar como los seres humanos, no cambiar radicalmente, porque nos gusta nuestra forma, es una forma visual basada en el negativo fotogr¨¢fico que habla al espectador", dicen sentados bajo los arcos transversales de la Atarazanas, antiguo astillero g¨®tico.
De una amabilidad exquisita trufada de continuas iron¨ªas, la pareja, que se interrumpe y complementa al hablar continuamente, sin contradecirse, se?ala que los museos ya no pueden permitir tener las salas vac¨ªas como suced¨ªa en d¨¦cadas anteriores. "En los a?os setenta hab¨ªa un arte muy elitista, la gente entraba en los museos y s¨®lo dec¨ªa "humm, muy bueno", pero cuando hablamos ahora con la gente joven del barrio, nos hablan de desempleo, de drogas, de sexo, y si est¨¢n interesados en ir a ver una exposici¨®n de arte no les podemos mandar a ver cuadros que no tienen ninguna conexi¨®n con la realidad".
Gilbert y George se conocieron siendo estudiantes de Arte en la Academia de Saint Martin en el Londres de 1967. Desde entonces trabajan juntos en la capital brit¨¢nica en un proceso creativo que les ha llevado en los ¨²ltimos a?os a ejercer una gran influencia sobre una nueva generaci¨®n de artistas. Reunidos en la exposici¨®n Sensaci¨®n, que se celebr¨® en la Royal Academy de Londres, estos j¨®venes creadores suscitaron una agria pol¨¦mica al emplear temas y referentes escabrosos. Hab¨ªa material humano escatol¨®gico, secreciones, desnudos, ¨®rganos sexuales expl¨ªcitos y dislocados.
"Eso se dice, que somos precursores de estos artistas, pero no s¨®lo son brit¨¢nicos, hay de otras muchas partes tambi¨¦n", apuntan Gilbert y George, traicionando, aunque sea por un instante, el distanciamiento y la frialdad con la que hablan de su obra y de s¨ª mismos. "Antes hab¨ªa una aproximaci¨®n est¨¦tica al arte, el arte por el arte. Nuestra aproximaci¨®n es emocional y eso ha influido tambi¨¦n fuera. Nosotros siempre utilizamos la expresi¨®n de arte por la vida, no por el arte", contestan. La ¨²nica diferencia exterior entre Gilbert y George es el distinto color de las botas y de las corbatas.
"No es escatol¨®gico", se apresuran a negar cuando se usa la expresi¨®n para dar pistas sobre sus ¨²ltimos trabajos, . "Nos hemos dado cuenta de que hay una gran conexi¨®n entre las emociones y lo que estamos pensando. La pregunta es: ?d¨®nde est¨¢s t¨² dentro de tu cuerpo? En el coraz¨®n, en la sangre... Creemos que uno est¨¢ en todas partes de su cuerpo. Cuando vas al hospital y el doctor examina tu mierda, tu orina o tu sudor no te grita "esto es escatol¨®gico". Nosotros somos parte de ello y eso es lo que intentamos expresar. Intentamos hacer un arte emocional".
Un arte que no tiene ning¨²n reparo en expresarse a trav¨¦s de los cuerpos desnudos de los propios Gilbert y George, solos o acompa?ados de hombres j¨®venes en un planteamiento abierto sobre la homosexualidad. A pesar de que no les falta mucho para llegar a la sesentena, el d¨²o muestra una desinhibici¨®n que obedece, m¨¢s que a un ejercicio de exhibicionismo, a un intento de transmitir la vulnerabilidad del ser humano, comenta el comisario de la exposici¨®n, Jos¨¦ Miguel G. Cort¨¦s, director del Espai d"Art de Castell¨®. ?sta es la mayor exposici¨®n de Gilbert y George realizada en Espa?a tras la de 1987 en el Palacio de Vel¨¢zquez de Madrid.
En ese reflejo de las secreciones corporales no anida ninguna "visi¨®n pesimista" de la realidad. Al contrario. "Nos estamos moviendo en el tercer milenio de la cristiandad y ahora hay muchas m¨¢s oportunidades para la gente. Nos gustan todas las oposiciones, lo bueno y lo malo. Queremos incluir todo este mundo complejo en nuestra obra. Nuestras piezas deben dar informaci¨®n human¨ªstica. Con informaci¨®n es f¨¢cil comprender y esto lleva a la tolerancia. El resultado de todo ello es el amor, que es la fuerza m¨¢s grande de la humanidad".
"Sexo, raza, dinero y religi¨®n" es la materia con la se construye el arte, apuntan Gilbert y George, y son estos elementos combinados los que forman sus obras. "Ahora nos interesa ir a los or¨ªgenes. El esperma y los ojos, por los que todo el mundo ve, por ejemplo, nos interesan mucho. ?Y la religi¨®n?" "Inevitablemente", contestan, "en contra o a favor, cuando somos muy antirreligiosos, estamos siendo muy religiosos". Cuentan que su proceso creativo empieza "tomando bancos de im¨¢genes cada dos o tres a?os, unas 10.000 o 20.000. Paisajes, piernas, brazos, sexos... Luego van surgiendo ideas y para ello tenemos que estar con la mente en blanco, como si estuvi¨¦ramos en una bolsa negra. Y toda la creaci¨®n est¨¢ basada en el sentimiento emocional de ese d¨ªa".
Aseguran que desde 1975 no han vuelto a visitar exposiciones, "ni ir al ballet, ni al teatro". "Sabemos un poco de aqu¨ª y otro de all¨ª", explican al tiempo que responden que esa decisi¨®n la adoptaron para no tener que comprometerse, relacionarse y dialogar con los artistas. "Queremos estar aislados del mundo", aseveran. En este sentido, prefieren "mirar m¨¢s a la vida que al arte y a los artistas, y, por ejemplo, ligar con camareros o hablar con un vagabundo".
Sobre si su singular actitud y vestimenta es un truco publicitario, como sugiri¨® un cr¨ªtico ya hace a?os, Gilbert y George dicen que "da igual lo que se diga, siempre est¨¢n equivocados y al final el artista debe seguir". En este punto, ponen un ejemplo que les agrada: la carta que recibieron de un preso aficionado a sus obras, en la que escrib¨ªa que no hab¨ªa podido ir a una de sus exposiciones, pero que consigui¨® un cat¨¢logo de ¨¦sta y pod¨ªa asegurar que lo que dec¨ªan los peri¨®dicos estaba equivocado. "Si volvemos a los a?os sesenta y setenta, las galer¨ªas s¨®lo expon¨ªan c¨ªrculos, cuadrados y l¨ªneas. Es incre¨ªble, la idea de un arte m¨¢s emocional era extraterrestre", concluyen.
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