Latinoam¨¦rica pide un tratamiento de igualdad como socio comercial de Europa y EEUU

ENVIADOS ESPECIALESLa primera cumbre de la Uni¨®n Europea (UE) y los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe concluy¨® ayer en R¨ªo de Janeiro con el compromiso de sellar una alianza entre los dos continentes, aunque no han faltado las voces cr¨ªticas desde las filas latinoamericanas que reclaman una relaci¨®n en pie de igualdad entre los dos bloques. La Declaraci¨®n de R¨ªo y la enumeraci¨®n de 55 prioridades para la acci¨®n en los ¨¢mbitos pol¨ªtico, econ¨®mico y cultural son el resultado que queda de una reuni¨®n calificada de hist¨®rica por numerosos asistentes.

Latinoamericanos y europeos se disponen a trabajar para la creaci¨®n de una gran ¨¢rea de libre comercio en la que viven unos 500 millones de personas. Unos y otros han exhibido un alto grado de consenso en todas las declaraciones y comunicados oficiales, especialmente a la hora de criticar las causas de los desequilibrios y la profunda crisis econ¨®mica y social que afecta a Am¨¦rica Latina. Un ejemplo de ello lo dieron ayer los presidentes de Francia, Jacques Chirac, y Chile, Eduardo Frei, quienes subrayaron la necesidad de un sistema financiero "m¨¢s estable, m¨¢s seguro y m¨¢s eficaz", que no est¨¦ al albur de los especuladores. "La cumbre ha producido los resultados esperados", resum¨ªa el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Manuel Mar¨ªn, al referirse a los avances en puntos concretos con los que se ha llegado a R¨ªo de Janeiro, como el inicio, antes de fin de a?o, de negociaciones entre la UE y el Mercosur y Chile, el programa de reconstrucci¨®n de los pa¨ªses centroamericanos afectados por el hurac¨¢n Mitch, el camino recorrido hacia una zona de libre cambio entre la UE y M¨¦xico o el comienzo en julio de las negociaciones de paz en Colombia.

Pero tambi¨¦n ha quedado claro que no todos los asistentes a la cumbre quieren imprimir el mismo ritmo al proceso de negociaci¨®n. El primer ministro portugu¨¦s, Ant¨®nio Guterres, admiti¨® que Espa?a y Portugal quer¨ªan ir m¨¢s lejos, y anunci¨®, al igual que hizo Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que ambos pa¨ªses intentar¨¢n dinamizar los trabajos durante la presidencia portuguesa de la UE, en el primer semestre del a?o 2000. "Hay que trabajar r¨¢pido para que Estados Unidos no tome la delantera", dijo.

Los dirigentes de los 48 Estados representados en la cumbre han dejado por escrito su voluntad de trabajar por la liberalizaci¨®n de las relaciones comerciales, en paralelo entre los distintos bloques y al mismo ritmo que la nueva Ronda del Milenio de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Frente a las palabras grandilocuentes y los objetivos ambiciosos, algunos presidentes, como el argentino Carlos Menem y el uruguayo Julio Mar¨ªa Sanguinetti, llamaron la atenci¨®n sobre algunos de los obst¨¢culos en las relaciones entre la UE y Am¨¦rica Latina. Menem critic¨® con dureza la pol¨ªtica de subsidios agr¨ªcolas, que calific¨® de "anacr¨®nica". La Declaraci¨®n de R¨ªo aplaude el paquete de medidas adoptado por el G-7 para "el alivio de la deuda destinadas a los pa¨ªses pobres altamente endeudados", y el presidente colombiano, Amdr¨¦s Pastrana, pidi¨® un paso m¨¢s para el perd¨®n de la deuda de los pa¨ªses con una econom¨ªa que ha estado seriamente afectada por cat¨¢strofes naturales. El venezolano Hugo Ch¨¢vez, con un discurso populista y cautivador, abog¨® por una confederaci¨®n de Estados latinoamericanos y por la celebraci¨®n de "un refer¨¦ndum continental para lograr un continente unido, porque sino la globalizaci¨®n nos arrastrar¨¢".