Un grupo de supuestos empresarios textiles estafa m¨¢s de 3.000 millones con falsas ventas
Un grupo de empresarios textiles ha demostrado c¨®mo lograr m¨¢s de 3.000 millones sin vender un hilo. El distribuidor de los productos de estos empresarios cobraba por adelantado en los bancos los pagar¨¦s firmados a 140 d¨ªas por supuestos clientes que hab¨ªan comprado una mercanc¨ªa inexistente. Con el dinero anticipado por los bancos, los empresarios textiles se lo entregaban nuevamente a sus falsos clientes para que pagasen parte de sus deudas correspondientes a los pagar¨¦s a fin de mantener su solvencia en los bancos. Con este sistema consiguieron hasta 3.000 millones.
La Brigada Provincial de Delitos Econ¨®micos sigui¨® este hilo hasta detener a siete supuestos empresarios implicados en la estafa a los bancos, seg¨²n la versi¨®n policial. Uno de los v¨¦rtices de esta supuesta estafa se hallaba situado, seg¨²n la polic¨ªa, en la empresa Anpra Gesti¨®n, con sede en Madrid. Tiene como administrador ¨²nico a J.S.B. y un objeto social consistente en la gesti¨®n de cobros y deudas y la expedici¨®n de facturas. En concreto, en 1998 hizo facturas contra la empresa textil Acolchamar, radicada en Alcoy (Alicante), por un monto de 2.500 millones. Pero facturas, seg¨²n la investigaci¨®n policial, sobre la nada.
S¨®lo a un empresario le pareci¨® sospechosa esa cifra: al distribuidor de la mercanc¨ªa de Acolchamar, la firma Miguel P¨¦rez Tormo, ubicada en Cocentaina (Alicante), que comprob¨® que tal cantidad coincid¨ªa con la misma que Acolchamar ingresaba de sus comunes clientes. Hab¨ªa una coincidencia m¨¢s. La empresa madrile?a Anpra Gesti¨®n ten¨ªa como administrador ¨²nico a la misma persona que aparec¨ªa con id¨¦ntico cargo en una docena larga de empresas clientes de Acolchamar: J.S.B. Varias de esas empresas se hallaban en Madrid. J.S.B., seg¨²n la polic¨ªa, estaba en los dos extremos de la cadena de las falsas operaciones comerciales. La teor¨ªa era que Acolchamar distribu¨ªa directamente la mercanc¨ªa a una decena larga de empresas que libraban los pagar¨¦s a 140 d¨ªas al distribuidor P¨¦rez Tormo. Esta firma solicitaba a los bancos que le adelantaran el pago de los pagar¨¦s. Los falsos clientes ten¨ªan hasta 140 d¨ªas para saldar sus deudas con los bancos. En cambio, P¨¦rez Tormo pagaba en no m¨¢s de 15 d¨ªas a la empresa textil, Acolchamar, con el dinero adelantado por los bancos. P¨¦rez Tormo nunca supervis¨® la mercanc¨ªa. En septiembre de 1998, cuando el due?o de esta firma advirti¨® que al menos 14 de los clientes que le design¨® Acolchamar para cobrarles ten¨ªan un mismo propietario, sus alarmas se dispararon. Exigi¨® una reuni¨®n con el due?o real de Acolchamar (J.G.C.) y con el falso cliente J.S.B.
Cuando P¨¦rez Tormo les exigi¨® que saldaran los 1.700 millones que le adeudaban o que le entregaran la mercanc¨ªa, ambos empresarios le explicaron que no exist¨ªa ni hab¨ªa existido nunca producto textil alguno en los cuatro a?os que ven¨ªan operando.
15 bancos afectados
P¨¦rez Tormo denunci¨® entonces esta monumental estafa, que da?¨® a 15 bancos. La polic¨ªa ve con suspicacia que P¨¦rez Tormo pidiera cr¨¦ditos para operaciones con J.G.C., un empresario de escasa solvencia al haberse visto implicado en suspensiones de pagos. Por tal raz¨®n operaba con un testaferro en Acolchamar, J.M.A.E. La polic¨ªa estima el fraude en m¨¢s de 3.000 millones, y detuvo a siete supuestos empresarios la semana pasada entre las ciudades de Madrid, Alicante, Valladolid y Ourense. J.G.C. se erige en uno de los cerebros de este plan, seg¨²n la polic¨ªa, en la medida que proporcion¨® el listado de clientes a su distribuidor, que, por otro lado, nunca distribuy¨®, sino que s¨®lo se encarg¨® de cobrar. Hasta que temi¨® dejar de cobrar por su intermediaci¨®n y lo denunci¨®. La polic¨ªa estima entre un 8% y 10% el beneficio que este distribuidor lleg¨® a percibir.
El denunciante desempe?¨® un papel fundamental en la trama en la medida en que su prestigio en los bancos aval¨® la obtenci¨®n de unos cr¨¦ditos que sin ¨¦l habr¨ªan sido denegados.
La polic¨ªa investiga d¨®nde se encuentran las connivencias entre los empresarios que tuvieron relaci¨®n con esta mara?a de sociedades sin otro objeto que estafar a los bancos.
Am¨¦n de la estafa y la falsedad documental, la polic¨ªa estima que tras esta operaci¨®n puede haber trazos de delitos contra la Hacienda p¨²blica. A.P. es considerado por la polic¨ªa como el due?o real de Anpra Gesti¨®n, y, por tanto, coautor de esta farsa empresarial.
Ning¨²n cliente de esta trama vio edredones, s¨¢banas ni toallas. Ni Acolchamar los fabric¨®, ni P¨¦rez Tormo los distribuy¨®, ni 20 clientes los compraron, ni Anpra Gesti¨®n dio materiales para fabricarlos.
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