El tr¨ªo Undrop pone toques m¨ªsticos y "hippies" a su segundo disco
El grupo hispano-sueco descubierto en un anuncio televisivo publica "Boomerang"
El guitarrista y cantante sueco Tomas Rundquist (28 a?os); su hermano, el bater¨ªa Steffan (33), y el bajista abulense Antonio Crespo (34) se hicieron famosos en nuestro pa¨ªs hace un par de a?os gracias a una canci¨®n, Train, y a un anuncio de Pepsi en que el p¨²blico simulaba enmendarles la plana cuando se dispon¨ªan a tocar. El tiempo ha pasado y Undrop, tras fichar por una compa?¨ªa discogr¨¢fica multinacional, pone en circulaci¨®n su segundo elep¨¦, titulado Boomerang, grabado en Espa?a y en el que contin¨²a dando rienda suelta a sus ideas de car¨¢cter extremadamente positivo, un pel¨ªn m¨ªstico y decididamente neo-hippy.
En las oficinas de su nueva compa?¨ªa, y al calor de unos vasos de leche, el tr¨ªo comenta que se conocieron cuando, seg¨²n Rundquist, llegaron a un pueblecito de ?vila "en un ovni de la marca Volkswagen y all¨ª nos encontramos a Antonio. Nos hac¨ªa falta un bajista y le fichamos... Bueno, tambi¨¦n lo hicimos porque su madre nos invitaba a comer todos los d¨ªas". La uni¨®n funcion¨® y Antonio Crespo les acompa?¨® en una aventura musical que les ha llevado de visita por pa¨ªses de todo el mundo, hasta que Carlos Gal¨¢n, alma de su anterior compa?¨ªa discogr¨¢fica, les consigui¨® la oportunidad del anuncio citado. Eso les abri¨® las puertas del p¨²blico espa?ol, que correspondi¨® comprando alrededor de cuarenta mil copias de su primer elep¨¦. Tal vez por eso decidieron fijar la residencia en Espa?a; por eso y, dicen, "porque somos vegetarianos y aqu¨ª hay mucha variedad de fruta". En su segunda producci¨®n discogr¨¢fica, el grupo no ve m¨¢s innovaciones que las que aporta una sustancial mejora en las condiciones de grabaci¨®n: "Hemos tenido mucho m¨¢s tiempo para estar en el estudio, as¨ª que el resultado es que el elep¨¦ est¨¢ mucho m¨¢s trabajado que el anterior".
Influencias
El ¨¢lbum, que cuenta con un irresistible primer sencillo -la canci¨®n que le da t¨ªtulo-, as¨ª como con otras composiciones -Love, Free- que tambi¨¦n inciden en el concepto de buen rollito que les caracteriza, contiene resonancias del viejo esp¨ªritu de los a?os sesenta: "En este disco, y en nuestra m¨²sica en general, tratamos de tener influencias orientalistas y psicod¨¦licas, como los Beatles o Khula Shaker. Por eso hay arreglos celtas y ecos de m¨²sica hind¨²". No obstante, la constante sexo-drogas-rock'n'roll que marc¨® la d¨¦cada gloriosa del siglo que concluye no tiene nada que ver con lo que este grupo propugna. En palabras de Steffan: "Las cosas han cambiado mucho y yo soy de la opini¨®n de que el alcohol y las drogas son venenos que no me ayudan a hacer lo que m¨¢s me gusta en esta vida: m¨²sica. Yo llevo tocando desde los catorce a?os. Si me hubiera estado metiendo drogas desde entonces ahora estar¨ªa muerto".
Entre las m¨²ltiples an¨¦cdotas que jalonan su vida en la carretera, y quiz¨¢ una de las que defina su pasi¨®n por Espa?a -los dos suecos hablan un m¨¢s que correcto espa?ol-, est¨¢ una referida a una actuaci¨®n en Alemania. "Una vez tocamos en Rostock y tuvimos que salir corriendo de all¨ª, dejando los instrumentos y todo, porque nos quer¨ªan pegar los skinheads acus¨¢ndonos de ser comunistas. Nosotros les dec¨ªamos que somos apol¨ªticos, pero ellos replicaban que por nuestra ropa se notaba que ¨¦ramos comunistas. As¨ª es el norte de Europa: basta con que te vistas de una forma determinada para que te quieran pegar. Nosotros preferimos el sur". Lo prefieren a pesar de la bromita a la que se ven sometidos en todas sus actuaciones: "Cada vez que comenzamos a tocar Train siempre hay varios que levantan la mano". Ser¨¢ tal vez para comentarles que el bajo entra tarde.
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