Bot¨¢nico y Jesuitas: manipular o morir
La dilatada, virulenta y provinciana campa?a desarrollada contra la Universidad de Valencia por el hecho de ser la instituci¨®n propietaria del Jard¨ªn Bot¨¢nico y haberse opuesto en su d¨ªa al proyecto de construcci¨®n de tres torres en los terrenos de Jesuitas ha alcanzado, en este verano finisecular, un c¨¦nit asombroso. Campa?a impulsada por un rotativo que basa su negocio en la mentira, la manipulaci¨®n y la descalificaci¨®n a ultranza de todo aquello que parece contrario a sus intereses, en este caso les sirve, adem¨¢s, para mostrar su enemistad y odio contra quien representa la racionalidad, el estudio, la reflexi¨®n... cualidades que no caben en esp¨ªritus estrechos. Cualquier motivo les es ¨²til: hace unos meses fue la biblioteca del campus de Tarongers. El ¨²ltimo exabrupto de la largu¨ªsima serie arranca en portada, pasa por la columna de su due?a y directora, y concluye en dos p¨¢ginas completas, adornadas con profusi¨®n de fotograf¨ªas. En la coordinadora Salvem el Bot¨¤nic, Recuperem Ciutat siempre hemos pensado que no val¨ªa la pena considerar estos ataques viscerales ni polemizar con dicho medio, pero somos conscientes de que mucha gente, por fortuna cada vez m¨¢s, complementa su lectura con otros peri¨®dicos cabales de la ciudad, aunque no siempre tiene el contraste informativo a su alcance, sorprendi¨¦ndonos en pluma de columnistas de otros medios, hasta donde puede llegar a impregnar su discurso. Por ello deseamos hacer p¨²blicas algunas reflexivas consideraciones. Decir que el Bot¨¢nico quedar¨¢ oculto por las obras del edificio de investigaci¨®n anexo al Jard¨ªn, que se llevan a cabo en la calle Quart por iniciativa de la Universidad, y decir que se est¨¢ levantando "dentro" del jard¨ªn (como si fuera a costa de sus parterres) supone una enorme manipulaci¨®n por cuanto, hasta hace muy pocos a?os, exist¨ªan all¨ª mismo una alquer¨ªa hist¨®rica y otros edificios de viviendas algo m¨¢s modernos (de inicios y mediados del pasado siglo) edificados al conformarse el Raval de Quart y por tanto de coexistencia probada con las plantaciones del Jard¨ªn. Inmuebles en muy precario estado por una dilatada afecci¨®n de retiro de l¨ªneas impuesta por la obsesi¨®n circulatoria del Ayuntamiento -que al fin y al cabo orden¨® su demolici¨®n- y por una expectativa equivocada de parangonar a los Viveros en su relaci¨®n con la ciudad. Inmuebles que, salvo la alquer¨ªa que formaba parte del recinto del Bot¨¢nico, fueron expresamente adquiridos por la Universidad para sustituirlos -sin merma apreciable de los espacios ajardinados- por una dotaci¨®n adecuada al servicio de la investigaci¨®n, la difusi¨®n y el mantenimiento de este centro universitario. Para los manipuladores gr¨¢ficos y literarios de la vol¨¢til memoria de sus confiados lectores, de nada sirve que se pruebe geom¨¦trica y matem¨¢ticamente que el edificio que actualmente se construye es inferior en superficie, en altura y en volumen a aquellas viejas construcciones, ni que se verifique que sus dimensiones externas nada tienen de excepcionales pues se someten a las exigencias de Cultura integradas en el planeamiento y que rigen por igual en el resto de parcelas que envuelven a la iglesia de Sant Miquel i Sant Sebasti¨¤, ni que se atestig¨¹e la legitimidad hist¨®rica de la construcci¨®n que participa de la misma base que deslegitima la pretensi¨®n de edificar un hotel en un espacio concebido originalmente como libre y ajardinado. Por si alguien tiene dudas, aclaremos que, con el edificio de Investigaci¨®n, nadie roba sol y ventilaci¨®n al Bot¨¢nico -acaso se le devuelve protecci¨®n y silencio- ni vistas hist¨®ricas a la ciudadan¨ªa, justo al contrario de lo que ocurre en el otro caso. El Bot¨¢nico no quedar¨¢ oculto a la vista, por ese flanco sur, m¨¢s de lo que lo estuvo durante su propia historia, originada en 1802 y desde ese momento acompa?ada por unos inmuebles que permanecieron en pie hasta que el compromiso rehabilitador de la Universidad puso manos a la obra siguiendo un plan integral archiconocido e incluso alabado por quienes ahora denostan esta construcci¨®n. Manipulaci¨®n aviesa es tambi¨¦n comparar la actitud de la Universidad levantando sus instalaciones de investigaci¨®n, con su oposici¨®n al proyecto de las tres tristes torres. La m¨¢xima instituci¨®n cultural valenciana promueve una iniciativa p¨²blica, que ser¨¢ un servicio p¨²blico a la ciencia y a los ciudadanos, y no persigue el beneficio econ¨®mico. Ya sabemos que enriquecerse no tiene por qu¨¦ ser ilegal, pero mal asunto si se entiende la ciudad y el urbanismo desde una perspectiva mercantilista, que s¨ª es la que alienta las construcciones de manera integral con el colegio, para acceso y juegos, ajardinados, libres de edificaci¨®n, que facilitan y recrean la visi¨®n no s¨®lo del Bot¨¢nico, sino del conjunto hist¨®rico y monumental que le rodea. La aburrida cantinela de que esta coordinadora ha mantenido un total silencio sobre el anexo cient¨ªfico de la calle Quart, coexiste en el tiempo con otras cr¨®nicas donde, en cambio, se dice que s¨ª lo apoya abiertamente. Profesionales del periodismo. Ya hace a?o y medio que, con motivo de la concesi¨®n de licencia de obra a la Universidad, se emiti¨® un comunicado de prensa en el que se felicitaba a la ciudad de Valencia y a la propia Universitat por poder finalmente llevar a cabo un proyecto que era considerado necesario y urgente para la labor investigadora, apoyado por la financiaci¨®n de la Comunidad Europea y que estuvo paralizado y a punto de suspenderse debido a las presiones auspiciadas desde el desdichado rotativo a que nos referimos. Simult¨¢neamente, mientras este peri¨®dico regurgitaba esa especie de traca final, otros diarios de la ciudad centraban su atenci¨®n en los informes t¨¦cnicos que, desde la Direcci¨®n General de Patrimonio de la Generalitat, rechazaban contundentemente la conveniencia de edificar un hotel en la esquina Fernando el Cat¨®lico-Petxina, dentro del antiguo patio de Jesuitas. Est¨¢ por realizar alg¨²n tipo de estudio psico-sociol¨®gico acerca de las causas y efectos de un fen¨®meno como ¨¦ste en una sociedad como la valenciana. Un pueblo libre y culto necesita disponer de ¨®rganos de expresi¨®n que le ayuden a conocer, comprender y mejorar la sociedad en que vive, procurando informaci¨®n y discerniendo opini¨®n. Mejores o peores, perfectibles como todo ente terrenal, s¨®lo nos resta distinguir aquellos que tienen por bandera la utilizaci¨®n de cualquier medio para vender sus ejemplares y crear a su alrededor la atm¨®sfera de un poder medi¨¢tico que colme la vanidad y deseo de influencia de sus propietarios, pretendi¨¦ndose eternos e intocables. Y, en consecuencia, no comprarlos.
Josep Pasqual Requena es miembro de la Coordinadora Salvem el Bot¨¤nic-Recuperem Ciutat.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Ecologismo
- Monumentos
- Valencia
- Ecologistas
- Parques y jardines
- Comunidad Valenciana
- Areas urbanas
- Universidad
- Patrimonio hist¨®rico
- Organizaciones medioambientales
- Prensa
- Ayuntamientos
- Educaci¨®n superior
- Patrimonio cultural
- Vivienda
- Sistema educativo
- Ideolog¨ªas
- Protecci¨®n ambiental
- Medios comunicaci¨®n
- Cultura
- Educaci¨®n
- Urbanismo
- Administraci¨®n local
- Arte