Un juez pone l¨ªmites a la intervenci¨®n penitenciaria de las cartas de los etarras
El juez de Vigilancia Penitenciaria de Le¨®n, Juan Pablo Gonz¨¢lez del Pozo, asegura que no se pueden intervenir las comunicaciones de los presos etarras con la excusa de conocer sus "reacciones, estado de ¨¢nimo y opini¨®n" respecto a la detenci¨®n de dirigentes de la banda terrorista. As¨ª, advierte de que los argumentos esgrimidos por la direcci¨®n del penal de Topas (Salamanca) para justificar esa medida carecen de fundamento para vulnerar "tan dr¨¢sticamente" un derecho fundamental. Gonz¨¢lez del Pozo lo indica as¨ª en un auto en el que ordena levantar la intervenci¨®n de las comunicaciones de Ferm¨ªn Urdiain, del comando Eibar, condenado a 116 a?os de c¨¢rcel por el asesinato de un sargento de la Guardia Civil, y Manuel Idarraga, a 40 por su implicaci¨®n en la red de extorsi¨®n de ETA.
El juez recuerda que para intervenir las conversaciones y cartas de los internos hay que fundamentar tal necesidad y, adem¨¢s, avisarles "por m¨¢s que tal notificaci¨®n prive a la medida de parte de su efectividad".
La direcci¨®n del mencionado centro dio al juez tres razones para intervenir la comunicaci¨®n de los dos etarras: que siguen siendo partidarios de "la lucha armada"; que la Administraci¨®n penitenciaria tiene la obligaci¨®n de "favorecer la modificaci¨®n" de tales ideas, "en aras de procurar un acercamiento a otros medios y formas de abordar" el problema del Pa¨ªs Vasco, y que ayudar¨ªa a "obtener un adecuado y certero conocimiento de las circunstancias (...) en aras de procurar su definitiva soluci¨®n pac¨ªfica".
Gonz¨¢lez del Pozo no las estima convicentes. "El inter¨¦s pol¨ªtico por conocer y hacer acopio de datos (...), sin duda leg¨ªtimo, no puede encontrar cobertura legal", afirma, "en una medida que se prolongue en el tiempo indefinidamente (...) y cuya utilidad sea m¨¢s bien relativa". Y a?ade: "La grandeza, y (...) servidumbre del Estado de derecho exige a veces (...) amparar los derechos constitucionales de quienes (...) pretenden imponer por (...) las armas sus propias convicciones pol¨ªticas, aunque ello repugne (...) a muchos ciudadanos".
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