Dialogar

DE PASADAMuchas de las miradas del acto de investidura de Rosa Aguilar como alcaldesa de C¨®rdoba se posaron en el califa de la ciudad, Julio Anguita, quien no quiso perderse la toma de posesi¨®n de su pupila. Por motivos de protocolo, Anguita acompa?¨® en el asiento a ex alcaldes de C¨®rdoba. A su derecha, el ¨²ltimo regidor de la etapa franquista, Antonio Alarc¨®n; a su izquierda, el presidente andaluz del PDNI, Herminio Trigo; un asiento m¨¢s all¨¢, el sucesor de ¨¦ste, Manuel P¨¦rez. A juzgar por la conversaci¨®n, Anguita tiene m¨¢s puntos de encuentro con Alarc¨®n que con el propio Trigo. Apenas si cruz¨® palabra con su antiguo colaborador y prefiri¨® entablar su charla con el ¨²ltimo alcalde preconstitucional, a quien por cierto le hicieron el vac¨ªo en los discursos, seg¨²n ¨¦l mismo constat¨® entre risas y bromas. Tras haber sido centro de atenci¨®n antes de empezar el acto, Anguita volvi¨® a concitar todas las miradas en el momento de la jura del cargo por los nuevos concejales. El secretario del Ayuntamiento cometi¨® un error y llam¨® al edil Antonio Parrado, quien realmente fue la primera esposa de Anguita y se llama Antonia. La concejal de IU sali¨® y prometi¨® el cumplimiento de la Constituci¨®n, pero en ese momento, tras el lapsus del funcionario y las risas de los asistentes, todos los ojos miraban al antiguo esposo quien, para disimular, dialogaba con Alarc¨®n. Y hablando de dialogar, ayer mismo se produc¨ªa una an¨¦cdota en el primer d¨ªa laborable de la nueva alcaldesa. El mensaje de la participaci¨®n ciudadana lanzado por Rosa Aguilar en C¨®rdoba durante la pasada campa?a electoral parece haber calado hondo. Con los grupos municipales de IU y el PP embalando sus enseres e intercambiando despachos, un ciudadano, carpeta bajo el brazo, a buen seguro llena de problemas, y gorra sobre su cabeza, se plant¨® en el espacio hasta ahora ocupado por IU y espet¨® tranquilamente: "Buenos d¨ªas, vengo a dialogar con Rosa". Los dos j¨®venes administrativos con que cuenta IU pasaron cierto apuro para explicarle que en ese momento no era posible ver a la alcaldesa. En su buen hacer, no queriendo enga?ar al confiado seguidor de IU, le dijeron que estaba en el despacho reunida con el resto de concejales. Y eso fue precisamente lo que el hombre no entend¨ªa, que estando all¨ª Rosa, ¨¦l no pudiera "dialogar" con ella. Ilusionante. ANTONIO FERN?NDEZ