"Madrid extrav¨ªa, agota; es un laberinto duro de patear"
Ignacio Garc¨ªa-Vali?o, zaragozano de 30 a?os, es uno de los novelistas con mayor proyecci¨®n de entre las generaciones j¨®venes, pero ¨¦l se apresura a aclarar que no tiene "nada de posmodernista"; en realidad, le entusiasmar¨ªa tumbarse en el campo, rodeado de su compa?era, ni?os y animales por doquier. El contacto con los cr¨ªos, en horario matinal, no le falta: ejerce de orientador psicopedag¨®gico itinerante por los colegios p¨²blicos del valle de Sabi?¨¢nigo, en el Alto Arag¨®n, aunque en septiembre -la novia obliga- se trasladar¨¢ a Arganda del Rey. Por la tarde se encierra a escribir, pero a¨²n le quedan fuerzas para indagar en geograf¨ªas noct¨¢mbulas, a juzgar por el conocimiento que demuestra de la noche madrile?a en Una cosa es el silencio, su m¨¢s reciente novela. Pregunta. ?La noche de Madrid tiene m¨¢s aroma literario que el d¨ªa?
Respuesta. Digamos que me permit¨ªa crear un universo m¨¢s cerrado. La noche simboliza un territorio m¨¢s salvaje: se puede gritar, pasearse desnudo por la calle y todo tipo de cosas raras. Una cosa es el silencio se circunscribe a una sola noche para acentuar la sensaci¨®n de deterioro, del sue?o y del cansancio. Y as¨ª, seg¨²n pasan las p¨¢ginas, Madrid va adquiriendo un tono cada vez m¨¢s vaporoso.
P. Ce?irse tanto en el tiempo, ?era un reto estil¨ªstico?
R. Era una forma de reflejar el flujo de la conciencia. El tiempo va haciendo mella en Sergio y Juan, los protagonistas, embarcados en la b¨²squeda est¨¦ril de una vieja amiga, Sara, hasta que la noche adquiere rasgos de pesadilla. Pero la vida es as¨ª: lo importante es buscarse.
P. ?Aprovech¨® su etapa de estudiante de Psicolog¨ªa para doctorarse en la noche de la gran ciudad?
R. ?Claro! Me sorprend¨ªa mucho ese urbanismo extra?o en el que los barrios aparecen apretados unos a otros, como pegados con cola. Madrid extrav¨ªa, agota; es un laberinto duro de patear. Pero este atributo laber¨ªntico encajaba muy bien con el laberinto existencial de los personajes.
P. Su obra anterior, La caricia del escorpi¨®n, fue finalista del Premio Nadal de 1998. ?Se escribe m¨¢s agarrotado despu¨¦s de un galard¨®n as¨ª?
R. Los premios dejan una cierta resaca incompatible con la creaci¨®n. Confieso que sent¨ª alivio cuando lleg¨® la vuelta al mundo cruel y el reencuentro con mis fantasmas... Adem¨¢s, la gira con la ganadora del a?o pasado, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, hab¨ªa sido pesadillesca. Luc¨ªa es solipsista, acapara compulsivamente todos los micr¨®fonos y parte de la premisa de que los dem¨¢s no existimos...
P. Y ahora, ?con qu¨¦ anda?
R. Con una novela muy ambiciosa sobre la vida y muerte de S¨®crates. Mi logia es m¨¢s el estoicismo griego que la posmodernidad.
Una cosa es el silencio. Ediciones Destino. 246 p¨¢ginas. 2.200 pesetas.
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