J¨®venes a la caza del primer empleo
Se han convertido en una nueva especie de buscadores de pepitas de oro. Son miles de j¨®venes que todos los d¨ªas llaman a las puertas de un mercado laboral en el que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil introducirse. Una situaci¨®n que eleva, en Catalu?a, al 40% las estimaciones sobre el paro juvenil. Uno de los debates permanentes que giran en torno a la cuesti¨®n del empleo juvenil es si los estudios garantizan con mayor facilidad un puesto de trabajo. La opini¨®n de los expertos indica que las probabilidades aumentan a medida que lo hace la formaci¨®n. En este sentido, el soci¨®logo Pere J¨®dar afirma: "La inserci¨®n la tienes asegurada cursando una carrera universitaria, ya que se doblan y hasta se triplican las opciones". Tambi¨¦n una investigaci¨®n de la Fundaci¨®n Encuentro, elaborada en 1996, insiste en que los estudios constituyen un factor clave para lograr empleo. As¨ª, se constata que los trabajadores espa?oles han elevado en 22 puntos su nivel de formaci¨®n en los ¨²ltimos 10 a?os. Esto ha comportado que el porcentaje de personas con un perfil educativo bajo, es decir, sin estudios o con el graduado escolar, vaya en retroceso en el mercado laboral a favor de aqu¨¦llas que completan los estudios secundarios, la formaci¨®n profesional o que han pasado por las aulas universitarias. Un punto clave de esta pol¨¦mica se centra en medir la efectividad de la educaci¨®n superior, que cada vez atrae a m¨¢s estudiantes, con vistas a un posterior ¨¦xito laboral. Uno de los casos m¨¢s significativos es el de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). Esta instituci¨®n asegura, seg¨²n una encuesta propia, que tres de cada cuatro de sus alumnos obtiene empleo en menos de seis meses. Aunque los resultados hablan por s¨ª solos, la duda se plantea en lo relativo a la calidad de estos trabajos. S¨®lo el 36% de los estudiantes consigue un contrato estable; a pesar de ello, m¨¢s del 60% cobra entre 100.000 y 200.000 pesetas mensuales. No obstante, el sondeo, dirigido por el profesor J¨®dar, no dice nada del horario laboral ni si el titulado esta ocupado en el campo profesional propio de su especialidad acad¨¦mica. A pesar de estos datos esperanzadores, Carles, que desde hace uno de sus 24 a?os disfruta de la condici¨®n de licenciado en Humanidades, no lo ve tan claro. "Muchas veces te planteas que sacarte una carrera no merece la pena porque laboralmente se nos ignora", lamenta. Por el contrario, el profesor J¨®dar insiste en que "la Universidad no es una f¨¢brica de parados", aunque reconoce que "el mercado de trabajo desconoce qu¨¦ hacer con la gente preparada". Para mejorar las salidas profesionales de los titulados superiores, J¨®dar reclama "nuevos mecanismos" para fomentar el contacto entre la Universidad y la empresa, dos instituciones que "est¨¢n aisladas mutuamente". Adem¨¢s, este soci¨®logo apuesta por buscar "v¨ªas m¨¢s imaginativas" cuando los estudiantes llevan a cabo las pr¨¢cticas. En este punto tambi¨¦n coincide Carles, quien considera que, actualmente, esta figura convierte a los j¨®venes "en mano de obra barata". En el extremo opuesto, se encuentran Lorena y Amalia, dos j¨®venes de 18 y 17 a?os, respectivamente, que decidieron aparcar sus estudios sin ir m¨¢s all¨¢ del graduado escolar. Ambas trabajan desde hace apenas unos meses en el comercio, y son conscientes de las dificultades que han tenido que superar para franquear el umbral de entrada al mercado laboral. "La edad es un impedimento importante para buscar empleo porque hasta que no llegas a la mayor¨ªa de edad es dif¨ªcil conseguir que te contraten y pasas un par de a?os en blanco", comenta Lorena, que se muestra satisfecha con su ocupaci¨®n de cajera. Por su parte, Amalia, que trabaja en una panader¨ªa, se?ala que la timidez y la falta de confianza en uno mismo tambi¨¦n son factores que obstaculizan el ingreso en el mundo del empleo. "A m¨ª me daba verg¨¹enza tratar con el p¨²blico y me ve¨ªa incapaz de hacerlo, pero ahora, poco a poco, gracias al apoyo de mis compa?eros, me siento cada vez m¨¢s capacitada para este oficio", asegura la joven. No obstante, entre las barreras que un joven tiene que superar para lograr un empleo, el problema de la experiencia profesional se lleva la palma. "El mercado pide unas cosas absurdas, como que una persona que acaba de estudiar tenga experiencia", declara J¨®dar. Los j¨®venes que aspiran a un puesto de trabajo aceptan esta situaci¨®n con resignaci¨®n y descontento. Carles, que hace unos siete meses que busca una ocupaci¨®n, lamenta: "Es un muro imposible de saltar contra el que nos estrellamos, que s¨®lo sirve para dejarnos fuera del mundo laboral". En este sentido, el profesor J¨®dar reclama: "Las empresas deber¨ªan tener un coj¨ªn para absorber a los titulados sin experiencia, porque quiz¨¢ al principio no rindan al 100%, pero al cabo de unos meses dominan el oficio a la perfecci¨®n". A pesar de todo, la encuesta de la UPF demuestra que los licenciados que acumulan cierto ejercicio laboral tienen unas probabilidades de ¨¦xito mayores que quienes no lo poseen. Una de las soluciones que, cada vez con m¨¢s frecuencia, practican los afectados por este problema es la de ampliar su formaci¨®n. M¨¢s del 50% de los graduados de la UPF optan por seguir estudiando. "El aumento de la formaci¨®n s¨®lo consigue aplazar la cuesti¨®n de la experiencia y, adem¨¢s, no necesariamente va ligado a un incremento de las expectativas de ¨¦xito laboral", asegura J¨®dar.
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