La campa?a pol¨ªtica lleva al matrimonio Clinton por caminos separados
El presidente Bill Clinton estar¨¢ hoy en el palco del estadio Rose Bowl de Pasadena, California, animando a la selecci¨®n femenina de f¨²tbol en la final del Campeonato Mundial contra China, pero a su lado no se encontrar¨¢ Hillary, que el martes arranc¨® en una gira por el Estado de Nueva York y hoy descansa en Washington; ella se dedica al oficio de precandidata al Senado. La distancia de 4.600 kil¨®metros que separa a los dos no es puramente f¨ªsica.
De aqu¨ª a las elecciones del 2000, la intenci¨®n del presidente, que hoy concluye un viaje de cuatro d¨ªas por algunas de las zonas m¨¢s pobres de EEUU, es la de dignificar, en la medida de lo posible, su balance de ocho a?os en la Casa Blanca; no sus logros pol¨ªticos -el papel internacional que ha desarrollado o la buena marcha de la econom¨ªa-, sino una imagen deteriorada en el aspecto personal por la huella dejada por los esc¨¢ndalos de Gennifer Flowers, Paula Jones y Monica Lewinsky. Adem¨¢s, el presidente tiene que hacer el favor a Al Gore de dejarle que marque distancias con ¨¦l en su campa?a presidencial. De aqu¨ª a las elecciones de noviembre del 2000, el objetivo de Hillary Clinton -salvo que d¨¦ la gran sorpresa y tome la decisi¨®n contraria- es preparar lo mejor posible la lucha para conseguir un esca?o en el Senado por el Estado de Nueva York. En la formidable batalla que librar¨¢ -si los dos, como est¨¢ previsto, formalizan su candidatura- con el alcalde de la ciudad, el republicano Rudolph Giuliani, Hillary necesitar¨¢ distanciarse de ciertas pol¨ªticas de su marido.
El mi¨¦rcoles lleg¨® el primer aviso, cuando el propio Clinton reconoci¨® que su mujer -que a¨²n no hab¨ªa formado el comit¨¦ exploratorio de su candidatura- podr¨ªa estar en desacuerdo con las medidas de reforma del programa de salud para ancianos y discapacitados conocido como Medicare y sus repercusiones presupuestarias en los hospitales de Nueva York.
"No me sentir¨¦ ofendido. As¨ª es como funciona la democracia", dijo Clinton, anticipando pr¨®ximos choques pol¨ªticos con Al Gore y Hillary y defendiendo la necesidad de que las diferencias lleguen a los ¨¢mbitos p¨²blicos. "Ser¨ªa un mundo terrible si estuvi¨¦ramos de acuerdo en todo", dijo.
Para suavizar la tensi¨®n y tratar de acortar distancias, Hillary tuvo que decir el jueves en Cooperstown, Nueva York, que, cuando se formalice su carrera hacia el Senado, estar¨ªa "encantada" de recibir ayuda de Bill. La frialdad de ambos har¨¢ posible que el presidente pida el voto para ella en un Estado con una enorme afiliaci¨®n dem¨®crata y que se deje utilizar como punching ball cuando Hillary necesite distanciarse de la Casa Blanca. Es una m¨ªnima compensaci¨®n de lo sufrido por la primera dama, que hasta el verano defend¨ªa que el caso Lewinsky era una conspiraci¨®n de la extrema derecha. Despu¨¦s de que el presidente admitiera que pas¨® lo que pas¨® con la becaria, Hillary no se ha permitido una sola cr¨ªtica en p¨²blico, pero a diversas publicaciones ha llegado, a trav¨¦s del testimonio de amigos de confianza, la furia y la humillaci¨®n sufridas, al tiempo que la firme voluntad de no dejar que sus enemigos pol¨ªticos -los de ambos- puedan aprovechar las ventajas del esc¨¢ndalo que llevar¨ªa consigo una separaci¨®n. Eso facilita que las aspiraciones pol¨ªticas de Hillary y las necesidades de Bill les permitan, por el momento, tomar caminos apropiadamente opuestos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.