"La enfermedad del fax es el mal contempor¨¢neo de los periodistas"
Juan Cruz Ruiz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948) es su mejor cliente. Ayer entr¨® en la liber¨ªa Lagun, en San Sebasti¨¢n, y agot¨® en un periquete todos los ejemplares a la venta de su libro El peso de la fama (EL PA?S-Aguilar). Acto seguido, los regal¨® a sus amistades, un gesto que se repite como un ejercicio de afabilidad espont¨¢nea. Pese a atender a mil frentes a la vez -periodista, editor, columnista, tertuliano de radio y escritor-, ha abierto un hueco para ejercer de entrevistador. Sentado delante de 21 personajes c¨¦lebres, Juan Cruz desentra?a los misterios de la fama. ?l, sin embargo, renuncia a ser etiquetado como un famoso: "S¨®lo soy circunstancialmente interesante para algunas personas", afirma Juan Cruz. El peso de la fama es, al mismo tiempo, un alegato period¨ªstico. Pregunta. Usted tiene una concepci¨®n rom¨¢ntica del periodismo. Respuesta. S¨ª, porque no se puede ser de otra manera. El periodismo, si se toma en serio, tiene que ser asumido como la parte m¨¢s importante de la vida de quien lo ejerce, pues es una materia muy delicada que siempre tiene que ver con la vida de los dem¨¢s, y esto me merece mucho respeto. P. Manuel Rivas censura la extremada dependencia del periodista al fax, y su nulo apego a la realidad que le rodea. R. Tiene toda la raz¨®n. Y justamente ¨¦l, que es un escritor importante y notorio, demuestra con su trabajo lo contrario. No conozco periodista que trate m¨¢s de estar con las gentes de su entorno. Sus reportajes son un ejemplo de ese trabajo, como lo son los de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s. Ciertamente, la enfermedad del fax es el mal contempor¨¢neo de los periodistas. P. Desempe?ando tantas tareas profesionales, sorprende de usted escucharle hablar del periodista en primera persona. R. Yo me siento un periodista. Es que no me siento otra cosa. Donde mejor me encuentro es dentro de una redacci¨®n. Todos los temas que tocamos los periodistas son grandes historias, aunque al d¨ªa siguiente se queden en la nada. Siempre me gust¨® eso desde ni?o. Ha habido compa?eros que me han reprochado ser tan estajanovista, pero es dif¨ªcil explicarles que es quiz¨¢s la manera m¨¢s sensata que tengo de ser feliz. La responsabilidad del periodista es completa, porque su trabajo implica al medio en que trabaja, al p¨²blico al que se dirige y a s¨ª mismo. Los periodistas tenemos que asumir el riesgo de lo que decimos porque cada d¨ªa hay menos contrafuertes en la sociedad para demostrar si acertamos o nos equivocamos. P. Puesto que critica tanto el egocentrismo y la vanidad de los periodistas espa?oles, ponga un ejemplo de periodismo mod¨¦lico. R. El periodismo anglosaj¨®n, porque elimina de sus obsesiones el mercadeo de las declaraciones, porque contrasta los hechos y se refiere menos a las opiniones. All¨ª, el personaje es noticia porque ha hecho algo, no porque haya dicho algo. P. ?Los periodistas tambi¨¦n porf¨ªan por la fama? R. Por supuesto. Y eso ha sido en los ¨²ltimos tiempos por culpa de los medios audiovisuales, dado que ha sido uno de los elementos de distorsi¨®n m¨¢s importantes de la figura del periodista. La gente cree que ser periodista es escribir columnas y estar permanentemente en las tertulias. P. ?Cu¨¢ndo se toma conciencia de que alguien ha sido atrapado por el diablo de la fama y ha quedado sepultado por ella? R. El famoso siempre piensa que el equivocado es el otro y que siempre tiene raz¨®n. Se olvida del pasado de lucha que haya tenido que librar para alcanzarla. Lo peor de la fama es que te quita la memoria. Es como una porcelana vac¨ªa. P. ?La fama puede ser premeditada? R. Hay gente que lucha por ser famosa, pero esos nunca llegan a ser famosos. Suelen terminar mal, como Mario Conde. P. ?De la selecci¨®n de 21 personajes famosos que ha entrevistado, qui¨¦n es el que le ha impactado m¨¢s? R. Emilio Lled¨®, por su capacidad de pensar y de extraer de un asunto abstracto [la fama] toda una reflexi¨®n sobre la vida cotidiana. Y Rafael Azcona, que siempre ha mantenido un anonimato total. P. ?Y le ha defraudado alguien?. R. Ninguno, porque yo no quer¨ªa hablar de ellos, sino del concepto de la fama. Ahora, el lector les juzgar¨¢. P. ?Y c¨®mo le han descrito la lucha interna por huir de la fama? R. Tiene que ver mucho con la defensa de la intimidad y con la sabidur¨ªa. Contra m¨¢s sabio es un personaje menos se deja atrapar por las consecuencias perversas de la fama. La sabidur¨ªa o el conocimiento o el estudio hace que cambie la conducta de las personas. Se da siempre la coincidencia de que los sabios son los m¨¢s sencillos, como en el caso de Fernando Savater. Cuando m¨¢s sabe, menos solemne es.
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