El Gobierno belga excluye por primera vez en 41 a?os a la Democracia Cristiana
El nuevo Gobierno arco iris de la federaci¨®n belga, compuesto por liberales, socialistas y ecologistas, jur¨® ayer su cargo ante el rey Alberto II. Por primera vez en 41 a?os, la Democracia Cristiana (DC) queda excluida del Ejecutivo. El hist¨®rico hecho se debe a que fue la gran perdedora en las ¨²ltimas elecciones, despu¨¦s de que la crisis de la dioxina t¨®xica acabara con los restos de su disminuido prestigio y acentuara la declinante autoestima de los ciudadanos belgas.
"Este pa¨ªs debe funcionar mejor y reencontrar su imagen en el mundo", manifest¨® Guy Verhofstadt, el l¨ªder liberal flamenco que se ha encaramado a la presidencia del Gobierno tras unas dif¨ªciles negociaciones sextipartitas (los tres grupos multiplicados por dos; es decir, por sus facciones valona y flamenca) que obtuvieron el visto bueno durante los congresos del fin de semana. El acuerdo de coalici¨®n se extiende tambi¨¦n a los Ejecutivos de Flandes, la comunidad francesa y la regi¨®n valona, aunque no todav¨ªa a la regi¨®n de Bruselas, porque los ecologistas de la capital no se sent¨ªan ayer suficientemente representados. El formador del Gobierno regional, el socialista Fran?ois Xavier de Donnea, les dio ayer 24 horas de pr¨®rroga para que decidan. El calendario previsto se ha cumplido en todos los dem¨¢s casos; entre otras razones, por la presi¨®n que representaba la inminencia de la Fiesta de Flandes, el d¨ªa21, ante la que los partidos se tem¨ªan radicalizaciones nacionalistas en el pr¨®spero norte del pa¨ªs.
Junto a la desaparici¨®n de la DC destaca la irrupci¨®n de los liberales y de los ecologistas, hasta ahora marginados de las coaliciones del poder, mientras los socialistas contin¨²an en el n¨²cleo duro de la pol¨ªtica belga. "Es la primera vez en 100 a?os que los liberales obtienen tanta voz", declar¨® el nuevo primer ministro.
El programa gubernamental ha sido cuidadosamente equilibrado tras enormes discusiones. Los ecologistas han salvado el principio de que las siete centrales nucleares deben ser desactivadas al llegar a los 40 a?os de vida, lo que suceder¨¢ en el a?o 2014. La liberalizaci¨®n de la econom¨ªa y la obediencia a la austeridad presupuestaria y al Pacto de Estabilidad del euro proseguir¨¢n, si conviene con alguna privatizaci¨®n adicional, pero al mismo tiempo con acentos sociales: el objetivo oficial de un empleo para cada joven, el transporte gratuito para menores de 12 a?os y mayores de 65, y una posibilidad abierta hacia la reducci¨®n del tiempo de trabajo, pero menos concreta de lo que pretendi¨® la izquierda
Otra gran novedad es la presencia de mujeres en puestos clave. Ocupar¨¢n dos de las cuatro vicepresidencias. La socialista Laurette Onkelinx se encargar¨¢ de Empleo, y la ecologista Isabelle Durant, de Movilidad y Transportes. Los otros vicepresidentes son Louis Michel (liberal), Asuntos Exteriores, y el veterano socialista Johan van de Lanotte, Presupuesto y Econom¨ªa Social. La n¨®mina de altos cargos aumenta, pero no su costo. La Constituci¨®n impone un m¨¢ximo de 15 ministros en el Ejecutivo. Pues bien, respetando ese l¨ªmite, los nuevos coligados han aumentado en uno el n¨²mero de secretarios de Estado, que ascender¨¢ a tres. Y se han inventado un cargo nuevo: los "comisarios", encargados de pol¨ªticas espec¨ªficas, como la dioxina, la ciudad y la simplificaci¨®n administrativa, que dispondr¨¢n de un peque?o gabinete ministerial. Sin embargo, y en aras del rigor presupuestario, los gastos de los gabinetes se mantendr¨¢n congelados.
La nueva coalici¨®n belga es muy espec¨ªfica de este pa¨ªs, en cuanto a su fabricaci¨®n, al mantenimiento de los equilibrios, a su car¨¢cter tripartito y al hecho de que un gran partido -antes, los liberales; ahora, los democris- tianos- queda fuera, quiz¨¢ como alternativa futura. Pero al mismo tiempo sigue el movimiento registrado en otros pa¨ªses, como Alemania, especialmente por la incorporaci¨®n de los verdes al ¨¢rea de responsabilidades gubernamentales, aunque tambi¨¦n aqu¨ª esta novedad producir¨¢ tensiones entre un sector m¨¢s realista y otro m¨¢s fundamentalista.
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