"Llegamos a Madrid en un cami¨®n tras pagar 85.000 pesetas"

VIENE DE LA P?GINA 1 Muchos de los componentes de las 11 familias rumanas ni siquiera conoc¨ªan su destino final cuando se montaron en el cami¨®n. "Sab¨ªamos que ¨ªbamos a un pa¨ªs de la Europa desarrollada, pero no a cu¨¢l", explic¨® Milkov Tanase. S¨®lo estaban seguros de que se marchaban del pa¨ªs. Y eso les bastaba. "Aunque aqu¨ª estamos mal, porque vivimos en chabolas, en Rumania est¨¢bamos peor. All¨ª, los gitanos sufren una constante marginaci¨®n social y la polic¨ªa nos persigue", explic¨® Tanase.

Otros ya hab¨ªan entrado en contacto, normalmente a trav¨¦s de tel¨¦fonos m¨®viles, con familiares y amigos que se hab¨ªan escapado del pa¨ªs y ya iban con un destino fijo.

Cuando el veh¨ªculo arranc¨®, los viajeros, aunque apretados, so?aron con una ilusi¨®n que se hac¨ªa realidad. Las 40 personas hicieron el viaje de pie en el tr¨¢iler. "?bamos muy apretados, apenas nos pod¨ªamos mover y ten¨ªamos que llevar a nuestros hijos en brazos", a?adi¨® Tanase, con gestos de evidente agobio al recordarlo.

El cami¨®n cruz¨® media Europa sin detenerse y en su traves¨ªa logr¨® esquivar la vigilancia policial de varias fronteras. Lleg¨® al destino en dos d¨ªas y una noche, tras un calvario de 60 horas. Cuando las puertas se abrieron, los rumanos estaban en Madrid.

Una vez en la ciudad, Tanase y los reci¨¦n llegados se dirigieron al peri¨®dico La Farola en busca de un trabajo. Es el primer recurso de los rumanos al llegar. No saben hablar castellano y el ¨²nico empleo que encuentran es ¨¦se.

Cuando consiguen el empleo se reparten por distintas ciudades de Espa?a. Los que logran entrar en contacto con sus familias se suman a sus caravanas y viajan juntos. Van de ciudad en ciudad. Se intercambian los destinos para no saturar las ciudades de vendedores del peri¨®dico de los indigentes. Ellos mismos se distribuyen para no saturar el mercado. Pero la mayor¨ªa prefiere quedarse en Madrid.