Ca n"Anglada tiene el 10% de poblaci¨®n magreb¨ª, la mayor parte ilegal
Las viviendas m¨¢s baratas de Terrassa se encuentran en el barrio de Ca n"Anglada.Est¨¢ repleto de casas con aluminosis. El paro y la desestructuraci¨®n mandan en las calles. Pero es un lugar discreto y con escaso control policial, ideal para ser utilizado como primer destino de llegada de magreb¨ªes en Europa. Todo esto explica que sean casi el 10% de la poblaci¨®n de Ca n"Anglada. Unos 1.500 vecinos, de los que s¨®lo 500 est¨¢n censados. El estallido de violencia demuestra que hab¨ªa larvado un clima de tensi¨®n racial que ha estallado, en pleno verano, por un peque?o incidente.
En Ca n"Anglada, los reci¨¦n llegados encuentran una red de protecci¨®n que les proporciona seguridad, trabajo y un lugar para vivir, aunque sea en condiciones muy precarias (a veces 12 personas en un peque?o piso). Los "moros" (nadie en el barrio utiliza otro t¨¦rmino para referirse a los emigrantes magreb¨ªes) se avalan entre ellos y van controlando las viviendas m¨¢s baratas y degradadas de un barrio en el que escasean las parejas j¨®venes y donde el que puede se marcha, incluso los magreb¨ªes con suerte. Desde hace tres a?os se tem¨ªa una explosi¨®n por el crecimiento regular del n¨²mero de magreb¨ªes reci¨¦n llegados, muchos sin papeles. "Tuve tres meses en clase a una ni?a que no hablaba ni una palabra de espa?ol, como muchos otros. ?C¨®mo esperan que se integre?", explica un profesor de uno de los tres colegios p¨²blicos del barrio. Aprovechando que algunos magreb¨ªes llegaron hace muchos a?os a Ca n"?nglada -antes ponderado por su solidaridad-, los ilegales lo utilizan ahora de plataforma. All¨ª encuentran trabajo como basureros, repartidores de butano o subcontratados de aut¨®nomos, a precios de esclavos. A pesar de que no existen denuncias concretas, desde hace un a?o y medio, vecinos de Ca n"?nglada empiezan a afirmar que los j¨®venes magreb¨ªes "molestan". Los vecinos hablan de obscenidades dirigidas a las chicas o de que escupen a algunas se?oras. "Yo tuve que intervenir un d¨ªa para evitar que maltrataran a una ni?a de su propia gente. Hay que entender que ellos desprecian a la mujer", afirma Jes¨²s Navarro, el p¨¢rroco de Sant Crist¨°fol, que ayer ped¨ªa serenidad en su homil¨ªa y advert¨ªa: "La violencia s¨®lo engendra violencia". Los j¨®venes magreb¨ªes no pueden estar en sus casas y no tienen trabajo, por lo que deambulan por el barrio, especialmente por la plaza, donde la iglesia compite en la plaza de Ca n"Anglada con dos mezquitas y una pe?a del Real Madrid. All¨ª la presencia de grupos de norteafricanos "era agobiante", seg¨²n un parroquiano del local de IU, a medias entre bar y tertulia. La situaci¨®n explot¨® porque un chaval de 12 a?os recibi¨® un navajazo en una oreja durante la fiesta mayor. Aquello encendi¨® el polvor¨ªn. Muchos vecinos recuerdan sus carreras delante de la polic¨ªa de hace 30 a?os. Ahora tambi¨¦n los hay que repiten carreras similares, pero despu¨¦s de tirar piedras contra la carnicer¨ªa isl¨¢mica situada en una calle con nombre de virgen cat¨®lica, como hay decenas en Ca n"Anglada. Un elemento a?adido es que en el barrio tambi¨¦n hay cabezas rapadas y pintadas visibles: "Nazis, s¨ª". La explosi¨®n era previsible. Es un clima presente tambi¨¦n en las escuelas. "Las broncas en el colegio est¨¢n a la orden del d¨ªa, desde hace mucho", reconoce un adolescente, encantado con el ambiente de far west que hay en su calle. El propietario de una de las escasas tiendas rotuladas en catal¨¢n no acepta la violencia, aunque cree que deber¨ªan expulsar a los ilegales. "En el estallido hay mucho de envidia. Se ve en las caras de muchos, cuando ven a un moro con coche". Ese resentimiento no lo pueden combatir ni los servicios de C¨¢ritas, que trabajan en un 90% de los casos con magreb¨ªes, ni el modern¨ªsimo centro c¨ªvico Montserrat Roig, que Bienestar Social tiene en Ca n"Anglada.
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