S¨ªndrome de Redmond
JAVIER UGARTE No s¨¦ a usted, pero a m¨ª la foto, la imagen, me produjo un profundo desagrado, un espont¨¢neo rechazo moral. Sobre todo moral, pero tambi¨¦n est¨¦tico. ?Qu¨¦ hac¨ªa ese personaje, que en su tosquedad a duras penas lograba pasar por un directivo trajeado, sentado en la hierba y rodeado de j¨®venes alternativos? En fin, para qu¨¦ explicarlo: todos vimos a Sabin Intxaurraga sentado entre j¨®venes de Gazte Ekimena, encerrados en San Sebasti¨¢n en apoyo de los presos de ETA. Todo estaba desquiciado en esa foto: un satisfecho cincuent¨®n entre cariacontecidos e incomodados chavales con camisetas rockers y radikales. Estaba claro que sobraba el de la chaqueta. Para todos, tanto para los unos como para los otros. Sobre la repugnancia moral ya se ha dicho suficiente y no es cosa de repetir. Un consejero de Justicia que nunca ha mostrado la m¨¢s m¨ªnima sensibilidad para con las v¨ªctimas del terrorismo de sentada junto a un reci¨¦n excarcelado (Imanol Ostolaza, "ex preso pol¨ªtico vasco", le llamaba Gara, ungi¨¦ndole de una dignidad que negaba a Intxaurraga), resulta verdaderamente lamentable. Pero hecha esa lectura, hay otra no menos espinosa. Tras el reajuste en el seno de HB y su ¨¦xito relativo en las urnas, el nacionalismo moderado, castigado en ¨¦stas, se mueve. Parece que el s¨ªndrome Redmond comienza a hacer mella entre nuestros pol¨ªticos. John Redmond encabezaba el Partido Irland¨¦s, mayoritario en la isla. Coligado con los liberales brit¨¢nicos, negociaba con ¨¦stos en 1916 la Ley de Autonom¨ªa para Irlanda. Su negativa a aceptar una propuesta que no abarcara todo el territorio de la isla (incluidos los seis condados) puso fin a las negociaciones -cuando ya los unionistas del Ulster hab¨ªan aceptado el principio de autogobierno-. El fracaso constitucional de Redmond y la m¨ªstica creada tras la brutal represi¨®n del levantamiento de Pascua irland¨¦s de ese a?o, radicalizaron definitivamente a los nacionalistas. El partido de Redmond pas¨® de ser ampliamente mayoritario a tener 6 esca?os en las elecciones de 1918, mientras que los unionistas obten¨ªan 26, y 73 el Sinn Fein de Edmond Varela. La historia posterior es conocida. Al nacionalismo vasco moderado comienza a preocuparle su propia situaci¨®n frente a la nueva "respetabilidad" adquirida por EH. ?Les ocurrir¨¢ lo que a Redmond? Ante esto hay quien elige las opciones m¨¢s modernas y de centralidad social, mientras que otros parecen correr sin mucho disimulo hacia la radicalidad abertzale. Esto est¨¢ ocurriendo en el PNV (resultan llamativas, en ese sentido, las resueltas manifestaciones a favor del Estatuto hechas en un acto universitario por el ex diputado general de ?lava Emilio Guevara, un hombre hoy perif¨¦rico al aparato, pero l¨²cido y de fuerte tir¨®n social en la provincia). Ocurre en el PNV, dec¨ªa, pero muy claramente en EA, aquejado de claros s¨ªntomas de invisibilidad electoral. Ante la proximidad de su congreso (octubre), los distintos sectores corren a posicionarse (algunos por la v¨ªa del gesto simb¨®lico). Es en ese contexto en el que debe entenderse el mal gesto del consejero Intxaurraga (quien confunde, por lo dem¨¢s, sus pugnas partidarias con la representaci¨®n que ostenta). Frente a unas posiciones mayoritarias en Guip¨²zcoa, que buscan situar al partido en una l¨®gica socialdem¨®crata abierta y de nacionalismo posibilista -cubriendo en la escena pol¨ªtica la posici¨®n de izquierda serena y vasquista que no ocupan ni el PNV ni EH-, y que caminar¨ªa probablemente hacia un entendimiento con el PNV seg¨²n el modelo catal¨¢n de CiU, se sit¨²an los vizca¨ªnos, como Sabin Intxaurraga (cuyo gesto ha indignado profundamente a los primeros), que ven su futuro en un claro acercamiento a EH. En medio, Carlos Garaikoetxea, fundador y presidente, que ser¨¢ quien definitivamente incline la balanza, pero a quien todo acercamiento al PNV se le hace cuesta arriba. P¨®lvora para octubre. Y mientras tanto, ?qu¨¦ ocurre en Ajuria Enea? ?Reacciona el lehendakari frente a la nueva situaci¨®n? No lo parece. ?Se habr¨¢ contagiado del "inmovilismo" contra el que hiciera aquella huelga bufa?
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