El ni?o que conmovi¨® al mundo
John Jr. ten¨ªa s¨®lo tres a?os cuando su padre fue asesinado en Dallas y salud¨® con solemnidad el paso del f¨¦retro
John Kennedy estaba a punto de cumplir tres a?os cuando su padre fue asesinado en Dallas el 23 de noviembre de 1963. El 26, tres d¨ªas despu¨¦s de la gran emoci¨®n que sacudi¨® EEUU y el mundo, las l¨¢grimas volvieron a brotar cuando millones de personas vieron la escena del paso de los restos del presidente por las calles de Washington, camino del cementerio de Arlington: un ni?o peque?o vestido con un abrigo corto que estaba distra¨ªdo y cansado por la espera y que, de repente, se llev¨® la mano a la frente y salud¨® con solemnidad infantil el paso de un f¨¦retro envuelto en la bandera de las barras y las estrellas sin entender que se hab¨ªa quedado sin padre.
Ligeramente adelantado con respecto a Jacqueline, de luto riguroso y con velo, y a su hermana Caroline, que, con seis a?os era m¨¢s consciente de su orfandad y de la tragedia y se agarraba a las faldas de su madre, John, con el sol de noviembre de Washington d¨¢ndole en la cara, se despidi¨® as¨ª del padre que no hab¨ªa disfrutado.
Desde entonces y durante toda su vida, John Kennedy Jr. fue propiedad p¨²blica de Estados Unidos. No pod¨ªa ser de otra manera para millones que se desesperaron con el asesinato de su padre, que lloraron con el ni?o del abriguito, que volvieron a mirar al cielo con desaliento cuando su t¨ªo Robert cay¨® asesinado, que se sintieron casi traicionados con la boda de su madre con Onassis, que la velaron despu¨¦s como a una gran dama cuando muri¨® y que siguieron su carrera profesional y su vida personal atra¨ªdos por el mismo magnetismo que despertaba su padre.
?Recuerda aquellos momentos, los que toda una generaci¨®n tiene impresos para siempre, cuando salud¨® el paso de los restos del presidente?, le pregunt¨® Larry King en la CNN el 28 de noviembre de 1995, cuando cumpli¨® 35 a?os y cuando se evocaban, como cada a?o, los tr¨¢gicos d¨ªas de noviembre de 1963: "Yo creo que lo que ocurre es que se ve una imagen tantas veces que lo que se acaba recordando es la imagen, m¨¢s que la realidad, que no estoy muy seguro de recordarla", contest¨® John Kennedy Jr.
En aquel entonces, John Kennedy era John-John. Hab¨ªa nacido el 25 de noviembre en Washington y la serie de fotos en las que aparece jugando en su casa -la Casa Blanca- rejuveneci¨® al pa¨ªs. EEUU abr¨ªa la d¨¦cada con el presidente m¨¢s joven de la historia y con ni?os que corr¨ªan y jugaban en la residencia presidencial, que se escond¨ªan y romp¨ªan l¨¢mparas, y de los que las c¨¢maras de fotos y la televisi¨®n -como hab¨ªan hecho con su padre en las elecciones de 1960- estaban enamorados. Despu¨¦s de la tragedia del magnicido de Dallas, su madre, Jacqueline -una de las mujeres m¨¢s elegantes de Am¨¦rica, casada despu¨¦s con el millonario griego Arist¨®teles Onassis y fallecida de c¨¢ncer en 1994- trat¨® de protegerle, a ¨¦l y a su hermana, de la curiosidad y del morbo. Lo logr¨® a medias. John estudi¨® Derecho en la Universidad Brown, en Rhode Island. Le cost¨® m¨¢s de lo que ¨¦l cre¨ªa aprobar el examen final. Trabaj¨® brevemente como ayudante en la Oficina del Fiscal del Distrito en Nueva York. El trabajo le gustaba, pero su idea de actividad profesional no se encaminaba por los senderos del derecho. Mientras tanto, y al tiempo que luchaba para mantener su intimidad a salvo, la figura de John Kennedy era familiar para muchos neoyorquinos en diversas facetas callejeras: en bicicleta, patinando con tabla en central Park, paseando a su perro...
En 1995, John Kennedy lanz¨®, con gran aparato publicitario y expectaci¨®n en medios pol¨ªticos y culturales, la revista George, una publicaci¨®n mensual con contenidos pol¨ªticos, historias de celebridades y atenci¨®n a las nuevas tendencias que se anunciaba "m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica de toda la vida". George se ha mantenido con ¨¦xito durante los ¨²ltimos cuatro a?os y John se ha volcado en la revista, en la que lleg¨® a aparecer en una ocasi¨®n pr¨¢cticamente sin ropa. El ¨²ltimo n¨²mero, con la mexicana Salma Hayek en portada, dedicaba su historia principal al ¨¦xito de la nueva generaci¨®n de latinos en la pol¨ªtica, los espect¨¢culos, el deporte y la sociedad en EE UU. Seg¨²n su director -John Kennedy- los hispanos encarnan "la vitalidad del sue?o americano". Con George, John parec¨ªa realizado. Despu¨¦s de una larga relaci¨®n con la actriz Daryl Hannah, John dej¨® de ser el soltero de oro de EEUU y se cas¨® en septiembre de 1996 con Carolyn Bessette, 33 a?os ahora, que trabajaba como relaciones p¨²blicas para Calvin Klein. La boda fue precedida por una sonora pelea entre los dos, tomada por las c¨¢maras de televisi¨®n, en Central Park. Harto del escrutinio y la presi¨®n de los paparazzi, Kennedy se tom¨® muy en serio la discreci¨®n en su boda, y eligi¨® para casarse la isla de Cumberland, en las costas de Georgia, al sureste de EEUU. Despu¨¦s de la boda, John y Carolyn vivieron en Tribeca, uno de los barrios de moda en Nueva York..
Inteligente, rico, guapo -la revista People le nombr¨® en 1996 el hombre m¨¢s sexy de la tierra-, John Kennedy sinti¨® siempre la presi¨®n de sus compatriotas y de los medios de comunicaci¨®n en cuanto a su futuro como pol¨ªtico. Sin descartarlo, cre¨ªa que ten¨ªa tiempo para disfrutar de la vida y sab¨ªa muy bien a lo que se expon¨ªa, en el mejor de los casos: "A partir del momento en el que te presentas a unas elecciones, es como si estuvieras en el Ej¨¦rcito. Es mejor estar muy seguro de que eso es lo que quieres hacer, porque tienes que pasarte el resto de tu vida ajust¨¢ndote a ello. Y tiene un precio sobre tu personalidad y sobre la vida de tu familia. Yo lo he comprobado personalmente".
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