El Ministerio del Interior, en el punto de mira
Si hay un cargo poco envidiable en Ir¨¢n es el de ministro del Interior. Al frente de una cartera en teor¨ªa poderosa, la persona elegida debe mentalizarse para sobrellevar todo el peso del cargo sin casi ninguna de sus prerrogativas. La principal de ellas, el mando de las fuerzas de orden p¨²blico, recae, por imperativo constitucional, en el "gu¨ªa espiritual de la Revoluci¨®n", verdadero l¨ªder supremo del pa¨ªs. El actual responsable del delicado departamento, Abdolvahed Musav¨ª Lar¨ª, est¨¢ hoy, sin duda alguna, en la cuerda floja. El titular de Interior es uno de los que sufre un escrutinio m¨¢s estricto por parte del Parlamento. No en vano en sus manos reposa la organizaci¨®n de los procesos electorales previstos durante su mandato. El actual presidente, Mohamed Jatam¨ª, que lleg¨® al poder hace dos a?os con un programa de reformas sociales y pol¨ªticas que le granje¨® el apoyo de un 70% del electorado, tuvo grandes dificultades para lograr que el legislativo diera el visto bueno definitivo a su primer ministro de Interior, Abdol¨¢ Nur¨ª, una persona muy cercana a su figura. Aun as¨ª, el l¨ªder supremo, Al¨ª Jamenei, nunca le cedi¨® el mando de los cuerpos policiales.
En menos de un a?o, una moci¨®n de censura por haber autorizado unas manifestaciones estudiantiles (que, aunque menores que las de ahora, tambi¨¦n produjeron agrios enfrentamientos entre reformistas y conservadores en el pasado mayo de 1998), le desaloj¨® del puesto. Hoy ocupa un sill¨®n de concejal en el Ayuntamiento de Teher¨¢n, para el que fue uno de los candidatos m¨¢s votados en las pasadas elecciones municipales.
Compromiso reformista
Desde el pasado agosto, Musav¨ª Lar¨ª le sucedi¨® al frente del edificio de la calle Doctor F?temi. El nuevo ministro fue instrumental para Jatam¨ª en la organizaci¨®n de las elecciones municipales del pasado mes de febrero, pero sobre todo demostr¨® su compromiso con las reformas emprendidas al desmantelar esta primavera una trama dentro de los servicios secretos para asesinar a escritores e intelectuales liberales.En los pr¨®ximos meses, el ministro del Interior tiene ante s¨ª la a¨²n m¨¢s delicada tarea de preparar las elecciones legislativas, previstas para el pr¨®ximo mes de febrero del 2000, una cita que hasta ahora se consideraba crucial en la lucha por el poder entre los grupos encabezados por los reformistas y por sus oponentes conservadores. Ahora, tras haber sido ninguneado por sus oficiales de polic¨ªa durante los disturbios de la ¨²ltima semana, Musav¨ª Lar¨ª debe cuidar muy bien sus espaldas.
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