Prisiones en riesgo

LAS PROTESTAS de los funcionarios de prisiones en reclamaci¨®n de mejoras laborales, salariales y de aumento de plantilla han coincidido con la publicaci¨®n de un severo informe sobre la situaci¨®n de las c¨¢rceles elaborado por la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Espa?a (APDH). Ambas cuestiones tienen una relaci¨®n evidente, pues parece l¨®gico que un razonable bienestar de los funcionarios y una plantilla adecuada de los mismos redunde en el bienestar general de las prisiones, y muy especialmente de los internos. Pero las prisiones espa?olas no s¨®lo han sido noticia ¨²ltimamente por las protestas de los funcionarios. Lo han sido sobre todo por la advertencia que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha hecho al Congreso y al Gobierno sobre la situaci¨®n "insostenible" que puede darse en ellas a causa del aumento del n¨²mero de presos por la aplicaci¨®n del C¨®digo Penal de 1995. En apenas tres a?os, Espa?a ha pasado a acupar uno de los puestos de cabeza en Europa: m¨¢s de 45.000 presos en 1998, es decir, 113 por cada 100.000 habitantes. El aumento del tiempo efectivo de condena y la supresi¨®n de la redenci¨®n de penas por el trabajo han llevado a que las c¨¢rceles se llenen como nunca y que, como advierte el CGPJ, puedan seguir llen¨¢ndose.Es leg¨ªtimo defender un modelo penal y penitenciario que abogue por condenas m¨¢s largas. El Gobierno opt¨® claramente por ese modelo cuando se hallaba en la oposici¨®n con su campa?a a favor del cumplimiento ¨ªntegro de las penas por terrorismo, o cuando encabez¨® la protesta contra los permisos penitenciarios. Luego no ha sido consecuente con su opci¨®n penitenciaria. M¨¢s presos significan m¨¢s c¨¢rceles, m¨¢s funcionarios, m¨¢s servicios, y en definitiva, m¨¢s inversi¨®n en infraestructuras y en personal. Si esa inversi¨®n no llega, o llega con retraso, la situaci¨®n en las c¨¢rceles se puede hacer "insostenible", como advierte el CGPJ.

El informe de la APDH describe un panorama nada tranquilizador en un n¨²mero importante de c¨¢rceles: hacinamiento, deficiente atenci¨®n sanitaria, incremento de denuncias por malos tratos, desmotivaci¨®n de los presos por la supresi¨®n de la redenci¨®n de penas por el trabajo y, sobre todo, abandono del principio b¨¢sico del actual sistema penitenciario: el tratamiento individualizado con vistas a la resinserci¨®n social del recluso.

Algunas de estas carencias vienen de lejos y son anteriores al actual Gobierno. Pero ahora siguen agrav¨¢ndose. El principio una celda, un preso, con el que se pretendi¨® acabar con el hacinamiento y facilitar la reinserci¨®n social, sigue cada vez m¨¢s lejos de cumplirse. No es una situaci¨®n "mod¨¦lica", como la ha calificado el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, para contrarrestar el informe de la APDH. Este informe, como la advertencia del CGPJ, deber¨ªan ser tomados por el Gobierno como lo que son: un serio toque de atenci¨®n sobre el presente de las prisiones, pero, sobre todo, un aviso para el futuro.