Hassan II muere en Rabat por un paro cardiaco
Sidi Mohamed asume como nuevo rey un pa¨ªs sacudido por una gran conmoci¨®n
Con un semblante desencajado y profundamente afectado, el pr¨ªncipe heredero de Marruecos, Sidi Mohamed, anunci¨® anoche por la televisi¨®n el fallecimiento de su padre, el rey Hassan II. Junto a ¨¦l se encontraba, unos metros detr¨¢s, su hermano menor, el pr¨ªncipe Mulay Rachid. Sidi Mohamed se limit¨® a leer un escueto comunicado acerca de la muerte del rey encomendando su alma a Dios. La nota f¨²nebre ten¨ªa m¨¢s de una recitaci¨®n religiosa que de un comunicado de Estado. En la misma, el pr¨ªncipe exhortaba a la poblaci¨®n a mantener la calma. Esto suced¨ªa cuatro horas despu¨¦s de que Hassan II sucumbiese a una "neumopat¨ªa aguda", aunque la versi¨®n oficiosa habla de paro cardiaco. Los funerales de Hassan ser¨¢n celebrados el domingo, al t¨¦rmino del rezo del mediod¨ªa, y su cuerpo ser¨¢ enterrado en el mausoleo de Rabat, junto a los de su padre Mohamed V y su hermano Mulay Abdallah.
Hassan fue internado al final de la ma?ana en el hospital de Avicena de Rabat, pero los m¨¦dicos no pudieron hacer nada por su vida. Seg¨²n fuentes pr¨®ximas al palacio real, el monarca fue intervenido quir¨²rgicamente. A su llegada al hospital se le aplic¨® un sistema de respiraci¨®n artificial y de ayuda cardiaca. Pero todo fue en vano; horas despu¨¦s, exactamente a las 16.30 de Rabat (18.30 hora peninsular espa?ola), fallec¨ªa.
El Ministerio de la Casa Real del Protocolo emiti¨® un comunicado sobre su internamiento, pero cuando el rey ya se encontraba en coma profundo e irreversible: Eran las cuatro de la tarde. La muerte le sobrevino poco despu¨¦s. Fueron necesarias varias horas para que el pr¨ªncipe heredero, Sidi Mohamed, leyese el comunicado f¨²nebre por la televisi¨®n.
El fallecimiento de Hassan II ha dejado el pa¨ªs sumido en un estado de consternaci¨®n. El rumor circul¨® como un reguero por las calles de la capital. Muchos comercios echaron el cierre. En algunos barrios, agentes de la autoridad visitaron tienda por tienda, caf¨¦ por caf¨¦, invitando a sus propietarios a clausurar sus negocios. No era una actitud violenta, pero s¨ª firme.
La primera reacci¨®n de la poblaci¨®n al difundirse la noticia por la televisi¨®n y la radio fue la de guardar cola en las tiendas de alimentos a¨²n abiertas para acaparar harina, az¨²car, sal y otros productos de primera necesidad. Las panader¨ªas acabaron con sus existencias en pocos minutos.
La gente parec¨ªa anoche tranquila; no hab¨ªa tumultos ni ning¨²n tipo de manifestaci¨®n exterior de sus sentimientos; pero la tensi¨®n se palpaba en la ciudad. Algunos rememoraban en voz alta su pasado, como cuando muri¨® el sult¨¢n Mohamed V, padre de Hassan: en pocos minutos se llenaron las calles de gente, que se manifestaba y gritaba su dolor por la muerte del padre de la independencia. Era el a?o 1961.
Sin expresiones de dolor
Desde entonces, os 38 a?os de reinado de Hassan han endurecido el coraz¨®n de los marroqu¨ªes. Esta vez, no hay expresiones p¨²blicas de dolor; la procesi¨®n, en todo caso, se vive por dentro.
La clase pol¨ªtica, tras a?os de rumores sobre el estado de salud del monarca, se ha visto sorprendida por su fallecimiento. Ayer hab¨ªa preocupaci¨®n por el futuro a corto plazo. "La fuerte crisis social y econ¨®mica que arrastra Marruecos presagia tiempos dif¨ªciles", asegura Mohamed Bensidi, un profesor de la Universidad de Rabat. "Si a ello se a?ade el vac¨ªo de poder, puede suceder lo peor".
La muerte del rey se ha producido de manera inesperada y ha creado una sensaci¨®n de temor generalizado entre la gente. Hassan II se encontraba en el palacio de verano de Sjirat, donde hace dos semanas celebr¨® su 70 cumplea?os. Y aunque en las ¨²ltimas apariciones p¨²blicas se le ve¨ªa muy cansado y caminando con dificultad, nadie en la calle se esperaba un desenlace tan r¨¢pido. Sus dolencias eran objeto a menudo de comentarios en voz baja. Incluso cuando, meses atr¨¢s, Hassan realiz¨® un viaje en secreto a Estados Unidos para ser intervenido quir¨²rgicamente, los marroqu¨ªes estaban al corriente. Se hallaba entonces en Marraquech, y ese viaje a EE UU, no fue anunciado oficialmente, pero el tel¨¦fono ¨¢rabe funcion¨®.
El heredero, Sidi Mohamed, de 35 a?os, hijo primog¨¦nito del fallecido, recibi¨® ayer la pleites¨ªa de los principales dignatarios de Marruecos en un acto celebrado en el sal¨®n del trono del palacio real de Rabat, seg¨²n anunci¨® anoche la agencia oficial marroqu¨ª MAP. El primero en rendir pleites¨ªa al nuevo monarca fue su propio hermano Mulay Rachid, el hijo menor de Hassan II. A la ceremonia tambi¨¦n acudi¨® el primer ministro Abderram¨¢n Yussufi y otros miembros del Gobierno as¨ª como componentes de las Fuerzas Armadas.
A los dos hijos del rey fallecido, Mohamed y Rachid, se les considera muy apegados a la cultura del pa¨ªs. El primog¨¦nito Mohamed es sensible al mundo religioso, mientras que al segundo se le considera m¨¢s en¨¦rgico, ambicioso y dotado de una fuerte personalidad.
Mulay Hicham, el sobrino de Hassan II que tambi¨¦n figuraba en la l¨ªnea sucesoria, es considerado un aperturista; un defensor de los derechos humanos y que no hace mucho se pronunci¨® sin rodeos por la democratizaci¨®n del mundo ¨¢rabe; tambi¨¦n de Marruecos. Sin embargo, sus relaciones con la realidad sociocultural del pa¨ªs son escasas.
Varios miles de marroqu¨ªes se congregaron ya de noche frente al palacio real de Rabat, donde reposan los restos del rey. Hombres y mujeres entonaban sin cesar c¨¢nticos religiosos y coreaban lemas dedicados al soberano, informan France Presse y Efe.
La ceremonia f¨²nebre se celebrar¨¢ ma?ana en Rabat. Al acto acudir¨¢n los principales dirigentes mundiales. El presidente estadounidense, Bill Clinton, anunci¨® ayer su presencia. El presidente franc¨¦s Jacques Chirac, recortar¨¢ su gira africana para viajar a Rabat.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.