Ahora o nunca
Milosevic y su r¨¦gimen autoritario se enfrentan a una oposici¨®n fragmentada. El bloque del poder consiste en una coalici¨®n que abarca desde neoestalinistas a neofascistas: el Partido Socialista de Serbia (SPS) de Milosevic, los marxistas de Izquierda Unida (JUL) de su esposa Mira Markovic y los ultranacionalistas del Partido Radical (SRS) de Vojislav Seselj. Frente a esta coalici¨®n -de la que se asegura podr¨ªa formar un Bloque Patri¨®tico ante unas posibles elecciones anticipadas-, est¨¢ la oposici¨®n que, en Serbia, es una colecci¨®n de siglas de partidos, cuyos miembros caben, en muchos casos, en un par de autobuses. Y por ende, mal avenidos: involucrados en una pugna de egolatr¨ªas y vanidades insatisfechas.La Alianza para los Cambios y la Alianza de Partidos Democr¨¢ticos aglutinan a buena parte de esa sopa de letras opositora. Las dos alianzas han iniciado una campa?a de manifestaciones en el interior de Serbia bajo el lema Ahora o nunca, para exigir la dimisi¨®n de Milosevic. Todav¨ªa no se atreven a medir sus fuerzas en Belgrado. Esto podr¨ªa suceder en oto?o, con la vuelta de los estudiantes a la universidad. Ser¨ªa un intento de reeditar la arremetida contra el r¨¦gimen del invierno de 1996 a 1997, cuando durante m¨¢s de tres meses se manifestaron contra el fraude en las elecciones locales. Milosevic s¨®lo cedi¨® el poder en 14 municipios y tambi¨¦n aguant¨® los 78 d¨ªas de bombardeos de la OTAN. Esto pone de manifiesto su capacidad de resistencia.
Se atribuye a Mira Markovic, la poderosa esposa de Milosevic, la frase de que los comunistas llegaron al poder con derramamiento de sangre y que ¨¦ste ser¨ªa el ¨²nico camino para abandonarlo. Por eso, el tr¨¢nsito hacia una transici¨®n en Serbia no parece f¨¢cil. Entre la oposici¨®n en la calle y el r¨¦gimen intenta abrirse paso el veleidoso Vuk Draskovic, con su Movimiento Serbio de Renovaci¨®n (SPO). Draskovic, opositor desde el principio a Milosevic, acept¨® a finales del a?o pasado entrar en el Gobierno de Serbia con el cargo de viceprimer ministro, que tuvo que dejar tras su destituci¨®n fulminante. Intenta Draskovic situarse como un hombre de centro entre la oposici¨®n abierta y el r¨¦gimen. Pide la dimisi¨®n de Milosevic, pero no exige que vaya a la c¨¢rcel y tiende la mano a los socialistas (SPS) o marxistas de JUL que quieran unirse a su programa.
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