Progreso, mill¨®n y marcha atr¨¢s
JUVENAL SOTO El alcalde de Sevilla ha formado un gobierno de progreso. Como primera medida de desarrollo el pleno acord¨® el progreso de los sueldos de los concejales. El alcalde, por su parte, evalu¨® su sueldo, su progreso, y tir¨® de presupuesto: de 9 a 11... dos millones de pesetas m¨¢s por a?o. As¨ª progresan, principalmente, las cuentas bancarias del se?or alcalde y las de los se?oritos concejales del se?or alcalde, despu¨¦s progresan los ni?os y la se?ora del se?or alcalde, y las se?oras y los ni?os de los se?oritos concejales, y, por fin, progresan el resto de los deudos y allegados de la corporaci¨®n municipal de Sevilla. Tambi¨¦n progresar¨¢n -digo yo- los acreedores de estos corporativos progresistas, lo cual permitir¨¢ incluso que el churrero de la esquina cobre por fin los tejeringos apuntados en la cuenta del se?or alcalde. De esta forma, la parte m¨¢s sensible del cuerpo humano del se?or alcalde -o sea, su excelent¨ªsimo bolsillo- ha puesto en marcha un motor de progreso cuyo ralent¨ª en caliente suena a aforismo: mis primeros parientes son mis dientes. Despu¨¦s, ya en fr¨ªo y acongojado quiz¨¢s por el peso de tanto derrape cerebral, Monteseir¨ªn de Sevilla y ol¨¦ descubri¨® que el progreso tambi¨¦n tiene marcha atr¨¢s. O sea que nada, que los billetes se los lleva el viento, que pelillos al Guadalquivir. He aqu¨ª la renovaci¨®n sevillana del leninismo puro: dos millones adelante y un paso atr¨¢s. ?Que viva Zapata! Puestos a progresar, me imagino c¨®mo estar¨¢ progresando la sonrisa sard¨®nica de la concejal Soledad Becerril -inquietante su parecido con Carlos II el Hechizado- cuando cruce por los pasillos del Ayuntamiento sevillano su garbo de notario de la Casa de Austria con el de ese otro Chorrojumo andaluz, Alejandro (Rojas Marcos) de Macedonia. Sobre el altar del progreso este s¨¢trapa de la B¨¦tica jur¨® ser el emperador del metro de Sevilla, y Monteseir¨ªn -astucia y portento renovados- le ech¨® un gui?o de compadre. ?Tu metro por mi vara de alcalde? ?Vale, que le vayan dando a la Becerril! Ahora hay que hacer equilibrios entre el nacionalismo con pandereta de don Blas y la progres¨ªa de morc¨®n ca?¨ª, de modo que nada mejor que echarse unos duros al landre para ir tirando. Lo de siempre: la cabra para el monte, y el progresista renovado para el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de San Fernando, que es, probablemente, donde va a terminar el Ayuntamiento de Sevilla cuando Monteseir¨ªn inaugure, trincando la cintura de un Alejandro Rojas-Marcos travestido de Cal¨ªgula, el metro de una Sevilla a la que pueden hacerle hasta una Torre del Oro subterr¨¢nea. Vivir para ver. Y viendo Monteseir¨ªn que se le echaba el gent¨ªo a la calle por mor de los dos millones de progresos de curso legal que estaba dispuesto a embolsarse, descubri¨® que el ¨¦xito de progresar consiste en un taconeo del freno eludiendo las curvas y dando un poquito para atr¨¢s, por favor. De manera que ah¨ª los tenemos: Monteseir¨ªn-Rojas-Marcos, pedazo de motocarro con progreso, mill¨®n y marcha atr¨¢s. Que venga la Ford a mejorarlo.
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