Hassan entr¨® en coma al mediod¨ªa del viernes por una s¨²bita complicaci¨®n cardiaca
Las ¨²ltimas horas del largo reinado de Hassan II y las primeras del nuevo de Mohamed VI se van pareciendo a un rompecabezas gris y opaco que se va recomponiendo a medida que pasan los d¨ªas. La vida oscura y secreta del palacio va dejando traslucir lo que realmente ocurri¨® ese viernes 23 de julio en Marruecos. De momento se sabe que Hassan II muri¨® horas antes de que se comunicara oficialmente su fallecimiento. Adem¨¢s se conoce que el repentino empeoramiento de la salud del monarca fue una sorpresa incluso para su equipo m¨¦dico, que se vio sobrepasado por la crisis.
"Entre el palacio de Sjirat y el hospital de Rabat ha ocurrido algo..., no es normal..., le pas¨® como a su padre, que entr¨® en la cl¨ªnica para una simple operaci¨®n y sali¨® muerto...". Quien dice estas palabras no es un diplom¨¢tico, ni un miembro del servicio de espionaje marroqu¨ª, ni un jerarca pol¨ªtico o del Gobierno. No. Es una mujer sencilla y humilde de uno de los barrios perif¨¦ricos de Rabat, todav¨ªa impactada por el fallecimiento de Hassan II. La noticia se ha difundido como la p¨®lvora. Servidores de palacio, guardias, soldados de la caballer¨ªa real, criados, conductores..., cualquiera de ellos habla todos los d¨ªas con la gente del pueblo, con sus familias. El recinto del Mechuar, atrincherado en otro tiempo y apartado del mundanal ruido, ha perdido su aislamiento tras la muerte del monarca.El rey Hassan cen¨® el pasado mi¨¦rcoles con el presidente de Yemen, Al¨ª Abdal¨¢ Saleh, en Sjirat (a unos 20 kil¨®metros de Rabat), donde pasaba sus vacaciones de verano. Ambos conversaron y bromearon hasta bien entrada la noche. Sin embargo, el jueves por la tarde ya empez¨® a sentir molestias. En la madrugada del viernes, alrededor de las tres, tuvo dolores de cabeza y de garganta muy fuertes y llam¨® a su otorrino, el coronel mayor Bumehdi, seg¨²n la agencia France Presse . ?ste no estim¨® la dolencia grave. Minutos despu¨¦s, el rey not¨® problemas en su coraz¨®n.
Aunque en el palacio de Sjirat dispon¨ªa de una unidad de primeros auxilios, los m¨¦dicos decidieron trasladarle a la cl¨ªnica real de la capital, instalada en el interior del palacio y dotada de medios modernos. Era de madrugada cuando el rey lleg¨® a Rabat. Pas¨® toda la ma?ana bajo observaci¨®n.
Fue tan s¨®lo hacia el mediod¨ªa cuando la salud de Hassan empeor¨® repentinamente, perdi¨® el conocimiento y entr¨® en coma. El p¨¢nico se adue?¨® del entorno real. Los m¨¦dicos no sab¨ªan qu¨¦ hacer. Nadie parec¨ªa tomar decisiones. En los aposentos de palacio reinaba el caos.
El equipo m¨¦dico le aplic¨® respiraci¨®n artificial y asistencia cardiaca y se decidi¨® trasladarle al hospital civil Avicena. Se le diagnostic¨® una neumopat¨ªa aguda, lo que indicaba un mal presagio. De hecho, el coma que sufr¨ªa lo dejaba a las puertas de la muerte cl¨ªnica.
Toda la quinta planta del hospital, donde est¨¢ instalado el Centro de Cardiolog¨ªa, al mando del profesor Benomar, fue inmediatamente cerrada y el conjunto cl¨ªnico se transform¨® en una fortaleza. Nadie pod¨ªa salir ni entrar, ni m¨¦dicos, ni enfermeros, ni pacientes.
A esas alturas, el rey hab¨ªa entrado en coma profundo, del que ya no saldr¨ªa. Su coraz¨®n y sus pulmones no respond¨ªan. Despu¨¦s de tres horas de vanos intentos de reanimar las actividades vitales m¨ªnimas, el equipo m¨¦dico tir¨® la toalla. El rey estaba cl¨ªnicamente muerto desde hac¨ªa horas y nada ni nadie pod¨ªa hacer ya nada por ¨¦l. Un "infarto de miocardio masivo, complicado con un fuerte choque cardiog¨¦nico" le llev¨® a la tumba.
La descripci¨®n del relato m¨¦dico, sin embargo, no explica todo. Porque, como ocurriera ya en Nueva York en octubre de 1995, cuando el rey fue aquejado de una neumon¨ªa, los m¨¦dicos no son quienes toman las ¨²ltimas decisiones. Sus prescripciones y consejos pueden ser o no aplicados por quienes tienen en sus manos la ¨²ltima palabra. Las preguntas que se escuchan en las calles son: ?qu¨¦ ocurri¨® esa ma?ana en el palacio real?, ?se pudo haber tomado alguna decisi¨®n antes del mediod¨ªa?, ?de qui¨¦n depend¨ªa el hacerlo?, ?estaba el rey en condiciones de mantener la centralizaci¨®n del poder?, ?estaba l¨²cido?, ?o sus movimientos ya depend¨ªan de otros?
Fallos en el sistema
Seg¨²n la Constituci¨®n marroqu¨ª, cuando el rey no puede ejercer el poder, ¨¦ste se traspasa autom¨¢ticamente al pr¨ªncipe heredero. Pero el sistema, al parecer, tuvo sus fallos, no estaba preparado para un problema de salud de esta magnitud. Hab¨ªa varios centros de decisi¨®n. No hubo unanimidad. Algunos miembros de la familia real, seg¨²n la ya mencionada nota de Frace Presse, "est¨¢n convencidos de que se pudo salvar al rey". Pero ?qui¨¦n, cu¨¢ndo y c¨®mo deb¨ªa decidir? Era una situaci¨®n de crisis, de emergencia, no prevista. Rein¨® la duda y la incertidumbre. Despu¨¦s se estima que Hassan II pudo haber sido trasladado a Francia o a Estados Unidos, y, en ese caso, ser salvado. ?Es realmente una suposici¨®n a posteriori o fue una propuesta abortada?Para terminar de complicar la situaci¨®n, la sabidur¨ªa popular est¨¢ convencida de que "el rey muri¨® en el momento mejor para ir al para¨ªso". Sucumbi¨®, seg¨²n el comunicado oficial, al t¨¦rmino de la oraci¨®n de El Asar y un viernes, el d¨ªa sagrado para los musulmanes.
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