Mohamed VI se cas¨® con una mujer bereber para afianzar la unidad nacional

El matrimonio del nuevo rey de Marruecos, Mohamed VI, celebrado el viernes 23 de julio -y que una fuente del Palacio Real neg¨® el lunes- obedece no s¨®lo al respeto de la tradicional Alahlia que exige al heredero responder a cinco criterios para asumir el trono, entre ellos el de estar casado, sino que persigue mantener y reforzar la unidad del pa¨ªs, de sus territorios y de sus tribus.Aunque en un primer momento se filtr¨® el nombre de la esposa como el de la hija menor del actual ministro de Exteriores, Mohamed Benaissa, la confusi¨®n se debi¨® a que ¨¦sta form¨® parte durante un tiempo del estrecho y cerrado c¨ªrculo de amistades del pr¨ªncipe Mohamed.

En realidad, Mohamed Ben Hassan, seg¨²n las ¨²ltimas noticias, contrajo nupcias con una mujer bereber de origen saharaui, de nombre Amina, originaria de la regi¨®n de Tafilalelt, de donde procede la dinastia alau¨ª. Una mujer joven que ha vivido en el palacio.

Los adules, testigos que firmaron el compromiso, han sido dos de los veteranos de la guerra de liberaci¨®n, uno de ellos bereber y el otro islamista. El primero es Mahyubi Aherdan, verdadero l¨ªder del mundo rural. El otro, es Abdelkarim el Jatib, m¨¦dico personal de Hassan II durante muchos a?os y actual presidente del movimiento islamista moderado Partido de la Justicia y del Desarrollo.

La cremonia fue realizada con precipitacion el viernes por la noche en el Palacio Real. La presenci¨® un reducido n¨²cleo de dirigentes religiosos de la ciudad santa de Fez vinculados a la Universidad Isl¨¢mica de Karauiyin, y altos funcionarios del Estado. El fin del matrimonio era cumplir con el requisito de la Alahlia e impedir un posible vac¨ªo de poder prolongado. Se trataba de una ceremonia protocolaria y de significado ritual, que la mayor¨ªa de los marroqu¨ªes ha visto normal y saludable, destinada a mantener la continuidad del r¨¦gimen y el equilibrio del poder.