Vidas ejemplares
Querido se?or Monteseir¨ªn, flamante alcalde de Sevilla: He estado siguiendo con asombro en los peri¨®dicos de los ¨²ltimos d¨ªas c¨®mo usted, en un gesto de honradez, humildad y caridad, renunciaba a una subida salarial de m¨¢s de 100.000 pesetas mensuales, porque con lo que gana ya tiene bastante. Actitud muy loable por su parte, aunque in¨²til si dicha suma regresa a las arcas p¨²blicas. Le ruego que para que dicha gesta sirva de algo, no renuncie a tan miserable subida y nos la ceda a mi familia y a m¨ª, que las estamos pasando canutas y nuestro futuro es m¨¢s que incierto. Compartir es de sabios. Le pido nos ingrese su sobresueldo en la cuenta n¨²mero 2103 0321 95 00100006540, as¨ª su gesta no caer¨¢ en saco roto y le prometemos que cambiaremos el retrato de don Juan Carlos I, que preside nuestros sue?os, por el de vuecencia. Se?ores responsables de nuestras vidas, repartan de una vez la riqueza, que la miseria es muy f¨¢cil de compartir. Atentamente y en espera de noticias.- Jos¨¦ Luis Ruiz Gonz¨¢lez. Orcera (Ja¨¦n).
Vampiros
En relaci¨®n con el art¨ªculo publicado el d¨ªa 19 de julio de 1999, bajo el t¨ªtulo Vampiros de poca monta, este Consejo General de Colegios Veterinarios lamenta profundamente que se frivolice con un problema de salud p¨²blica de tanta trascendencia, como la prevenci¨®n de la rabia. Precisamente en Andaluc¨ªa, comunidad que por su car¨¢cter fronterizo con ?frica es el filtro natural de epizoot¨ªas y zoonosis procedentes de este continente hacia Europa. La rabia urbana es una zoonosis presente en Marruecos, tanto en humanos como animales. Asimismo, se acoge al derecho de r¨¦plica al entender que en el mismo se veja a la profesi¨®n veterinaria y se la excluye intencionadamente de dar su punto de vista en un asunto de su entera responsabilidad. El riesgo sanitario real de la rabia para el ser humano no debe nunca confundirse con los datos y estudios cient¨ªficos que, por otra parte, en el art¨ªculo mencionado no est¨¢n actualizados. Adjuntamos para su informaci¨®n documentaci¨®n procedente de la OMS que avala la preocupaci¨®n de este Consejo General ante la evoluci¨®n epidemiol¨®gica del virus r¨¢bico en el murci¨¦lago, que deber¨ªa ser estudiado, tanto su relaci¨®n con la especie Eptesicus serotinus (involucrada en casi todas las agresiones a humanos), como la posible mutaci¨®n de los serotipos del virus r¨¢bico que puedan transmitir. As¨ª como el hecho mismo de que los murci¨¦lagos agredan y ataquen sin mediar provocaci¨®n del hombre, comportamiento que debe ser analizado y que quiz¨¢s tambi¨¦n se est¨¢n dando con los animales, como ocurre con otras especies americanas. La organizaci¨®n colegial veterinaria manifiesta su indignaci¨®n porque se aleguen intereses economicistas en un asunto de prevenci¨®n sanitaria de plena responsabilidad veterinaria. Responsabilidad que la profesi¨®n veterinaria comparte con las autoridades de la Junta de Andaluc¨ªa. Este Consejo General de Colegios Veterinarios de Espa?a pide la vacunaci¨®n antirr¨¢bica obligatoria de perros y gatos en Andaluc¨ªa, como medida preventiva de salud p¨²blica y como recomienda la OMS. Vacunaci¨®n que puede ser realizada de forma gratuita por la Junta o a cargo de los propietarios de los animales. La inmunizaci¨®n contra la rabia de perros y gatos debe hacerse de forma obligatoria por imperativos de salud p¨²blica todos los a?os.- Antonio Borreg¨®n Mart¨ªnez. Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios de Espa?a.
Ni?os saharauis
Pretendo dar respuesta a los rid¨ªculos argumentos que emplean quienes nunca han hecho nada por nada ni por nadie. Al aeropuerto de M¨¢laga, adem¨¢s de reyezuelos y personajes admirados por su riqueza y ostentaci¨®n, est¨¢n llegando 3.000 ni?os saharauis procedentes de los campos de refugiados de Tinduf (Argelia). Llegan enfermos, desnutridos, descalzos, sin ropas, sin nada. Vienen a ser alimentados, operados, a conocer otra forma de vida a la que tienen derecho, a saber que todo no acaba en la desesperanza de la hammada. Ellos son los emisarios de un mundo que se quiere olvidar y del que se negar¨ªa su existencia si no los vi¨¦ramos por las calles. Alta pol¨ªtica con el invasor marroqu¨ª, que negociaba con los bienes de una tierra que no es suya, que pese a las sucesivas resoluciones de la ONU impidi¨® un refer¨¦ndum en el S¨¢hara Occidental por una independencia que debiera haberse logrado cuando a¨²n era provincia espa?ola, como se les prometi¨®. Mientras en el desierto clama el problema saharaui, ¨¦l vivi¨® ofreciendo a los mansos su lujo silenciador y en nuestra cicatera sociedad m¨¢s de uno se da ¨ªnfulas de humanidad con escr¨²pulos morales y dice: "?Qu¨¦ crueldad, traerlos a nuestro mundo y luego devolverlos!". No les escandalizar¨¢ su vuelta a la nada, les preocupa su bienestar pasajero, no el abandono cr¨®nico; les suponen habituados al sufrimiento. "Hay que solucionar el problema en su lugar de origen", pero tampoco son ellos los que van a trabajar en los campos de refugiados. "?All¨ª no hay medios!", pero no colaboran para conseguirlos. "?Aqu¨ª tambi¨¦n hay necesidades!", pero tampoco dedican un minuto de ayuda a un compatriota. Califican de "lavados de conciencia" cualquier acci¨®n altruista y como "caridad" el hecho de adherirse a una causa sin beneficio propio.- Ana Hacar Rodr¨ªguez. Monachil (Granada).
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