El ocaso de los Wagner
FESTIVALES DE VERANOBerl¨ªnPor sus tempestuosas relaciones, los diarios alemanes comparan a los miembros del clan Wagner con los protagonistas del culebr¨®n norteamericano Dallas y con la familia real brit¨¢nica. Si de transferir la direcci¨®n del festival se trata, Wolfgang es la reina Isabel de Inglaterra. Al papel de pr¨ªncipe Carlos aspiran varios parientes, en su mayor¨ªa mujeres. Wolfgang Wagner, el director de los festivales de Bayreuth, ha sentido de repente miedo al cambio que el mismo impuls¨® en marzo, cuando anunci¨® su intenci¨®n de dejar las responsabilidades que ejerce en solitario desde la muerte de su hermano Wieland, en 1966. A punto de cumplir 80 a?os, el nieto del compositor Richard Wagner y de su mujer, C¨®sima, la hija de Franz Liszt y ex esposa de Hans von B¨¹low, el disc¨ªpulo predilecto del autor de El ocaso de los dioses, busca pretextos para seguir en su puesto y encauzar as¨ª el relevo generacional que est¨¢ maduro desde hace ya tiempo. El patriarca de la familia busca una soluci¨®n que le permita seguir organizando entre bastidores el culto a la obra de Wagner, que, desde 1876, se repite puntualmente cada verano en Baviera, con una sola interrupci¨®n de seis a?os (1945-1950), hasta que fue posible reciclar la memoria del compositor para la posguerra democr¨¢tica. Cualquiera que sea la novedad o el acartonamiento de las puestas en escena, las representaciones de los festivales de Bayreuth tienen un p¨²blico incondicional, y las entradas, como los encargos de una obra de artesan¨ªa, se reservan con ocho a?os de antelaci¨®n. El verdadero reto que se plantea ante los herederos del maestro tiene que ver con la capacidad de superar los rituales fosilizados y ofrecer un producto art¨ªstico abierto hacia el futuro. Los recortes presupuestarios anunciados por el ministro de Estado de Cultura, Michael Naumann, han dado a Wolfgang una excusa para tratar de justificar su continuidad al frente del festival. Se trata ciertamente de una excusa, ya que los organizadores est¨¢n dispuestos a encarecer los precios de las entradas (inferiores, por cierto, a los de otros festivales musicales de prestigio en el ¨¢mbito cultural alem¨¢n). Los responsables estiman que los recortes ascienden a casi medio mill¨®n de marcos, pero el ministro Naumann ha dado la cifra de 239.000 marcos, y alega que esto supone el 1% del presupuesto del festival y una cantidad muy inferior al 7,4% de reducci¨®n que el plan de austeridad gubernativo prev¨¦ para el presupuesto de cultura de Alemania en su conjunto. Aunque Wolfgang hace proyectos para el a?o 2003 y anuncia nuevas puestas en escena, el proceso de sucesi¨®n est¨¢ en marcha. El resultado es una cuesti¨®n de tiempo, de maniobras y de capacidad para ganar la mayor¨ªa en el Consejo de la Fundaci¨®n Richard Wagner, que debatir¨¢ sobre los candidatos en oto?o. La fundaci¨®n es una entidad creada en 1973 en la que el Estado federal, el land de Baviera y la familia Wagner est¨¢n representados con cinco votos cada uno. Los otros cinco -hasta 20- se reparten entre distintas instituciones y la ciudad de Bayreuth. La prioridad a la hora de adjudicar el puesto de director de festival la tienen los miembros de la familia. Wolfgang y Wieland, los hijos de Siegfried (el hijo de Richard y C¨®sima) y Winifred Wagner, han marcado la ¨¦poca que comenz¨® en la posguerra de Bayreuth. Desde la muerte de Wieland, Wolfgang ha sido el m¨¢ximo depositario de la memoria hist¨®rica de la familia. ?l acompa?aba a su madre cuando Adolf Hitler (para los chicos, "el t¨ªo Wolf") visitaba a su admirada Winifred en la casa familiar de Wahnfried (financiada por Ludwig II de Baviera). Wolfgang ha controlado los archivos familiares, que contienen documentos tan significativos como la afable correspondencia que Siegfried y Winifred mantuvieron con el l¨ªder nazi entre 1923 y 1944, una edici¨®n impresa en letras doradas de Mein Kampf que Hitler dedic¨® a Winifred en 1923 con la inscripci¨®n "De Wolf para Winnie". Pese a la penuria de guerra, el f¨¹hrer procur¨® siempre que Bayreuth estuviera convenientemente subvencionado. En la lucha por la sucesi¨®n, Wolfgang favorece a su esposa Gudrun, una core¨®grafa de 55 a?os, para que act¨²e junto a la hija de ambos, Katharina, de 21 a?os. Nike Wagner (la hija de Wieland y otra de las candidatas) ha humillado en p¨²blico a Gudrun calific¨¢ndola de "secretaria con idiomas" de su t¨ªo Wolfgang. Para la direcci¨®n de los festivales se necesita "una personalidad del mundo del arte y la cultura", ha dicho Nike, que estudi¨® arte en Viena y que se ha especializado en la obra de su bisabuelo. Nike ya ha anunciado su programa si pasa a dirigir los festivales, a saber, una nueva concepci¨®n art¨ªstica, nuevos repartos y nuevos contenidos. "Estoy interesada en una dramaturgia de Bayreuth que en la actualidad no existe", ha dicho, sin dar detalles. Otra candidata es Eva Wagner, de 54 a?os, hija del primer matrimonio de Wolfgang, que es especialista en gesti¨®n oper¨ªstica. La lista se complementa con Wieland Lafferentz, un sobrino que es gerente en la fundaci¨®n Mozarteum de Salzburgo. Para asumir la direcci¨®n del clan no est¨¢ disponible Gottfried Wagner, escritor residente en Italia, que ha seguido un rumbo distinto al resto de su familia. Gottfried, hijo de Wolfgang, es fundador del grupo de di¨¢logo posholocausto, y, en una obra aparecida en 1997, critic¨® la complaciente actitud de su padre ante el pasado y sus complicidades con el nacionalsocialismo. Gottfried, que dice haberse despedido definitivamente de Bayreuth, ha pedido una democratizaci¨®n del festival y la publicaci¨®n de una nueva versi¨®n cr¨ªtica de las obras de Wagner sin intervenci¨®n del clan familiar. El tiempo no pasa en vano ni siquiera para una familia hist¨®rica como los Wagner, y as¨ª, mientras el abuelo ha sido rehabilitado musicalmente incluso en Isarael, hay quien empienza a considerar probable que el pr¨®ximo director del Festival de Bayreuth no pertenezca a la saga.
Babelia
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