Un hostelero acusa a la juez Ram¨ªrez de parar una demanda millonaria

Patrice Scemama, un empresario de hosteler¨ªa franc¨¦s, perdi¨® el patrimonio de su familia en una operaci¨®n inmobiliaria en Marbella con Felice Cultrera y Gianni Mennino, los presuntos miembros de la Mafia siciliana a los que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n vincula con Jes¨²s Gil. Su reclamaci¨®n de 540 millones de pesetas la instruy¨® la juez Pilar Ram¨ªrez, a la que acusa de "haber dejado dormir el asunto", que acab¨® sin sentencia por caducidad.

El hotel El Saladillo Beach Club, en Estepona (Marbella), parec¨ªa un remanso de paz. Estaba situado en primera l¨ªnea de playa y era el buque insignia de un complejo de 40 bungal¨®s regentado por la familia Scemama. Maurice, un empresario franc¨¦s de 73 a?os, hab¨ªa llegado a Espa?a en los a?os setenta y comprado por 25 millones de pesetas una parcela de 25.000 metros cuadrados en primera l¨ªnea de playa. All¨ª levant¨® su discreto imperio hostelero. Su hijo Patrice se ocupaba de regentar el hotel. Todo transcurr¨ªa bien hasta que el joven Patrice, que so?aba con hacer crecer el negocio familiar, conoci¨® a Felice Cultrera y a Gianni Mennino, dos italianos afincados en Marbella, a los que la polic¨ªa vincula con el clan mafioso de Santapaola. A partir de ese encuentro, un c¨²mulo de errores y circunstancias les llev¨® a la ruina, seg¨²n relata este ¨²ltimo a EL PA?S desde Miami (Florida). Patrice, de 43 a?os, reconoce que en 1987 los italianos le impresionaron: "Me presentaron a Mennino. Quer¨ªa construir 56 apartamentos en nuestros terrenos. Me llev¨® a Quo Vadis, la casa de Cultrera. Hab¨ªa un Rolls-Royce y cuadros fabulosos. Parec¨ªan gente importante. Acordamos que financiar¨ªan con 200 millones la construcci¨®n de los bungal¨®s y nosotros aportar¨ªamos el terreno". Pero el dinero prometido por Cultrera y Mennino nunca lleg¨®. El ¨²nico signo de que la oferta de los italianos iba en serio fueron unas excavadoras que trabajaron durante unos d¨ªas en los terrenos de El Saladillo hasta que las protestas de varios vecinos consiguieron parar sus motores. Patrice asegura que ten¨ªa licencia de obras y proyecto de ejecuci¨®n. El primer trato fue entre Spanam, sociedad de los Scemama, y Promociones Urbanas, SA, una de las m¨²ltiples sociedades que Juan Ram¨ªrez, ex oficial de juzgados y padre de la juez decana de Marbella, cre¨® para los italianos. "No lleg¨® el dinero, pero nos ofrecieron comprarnos todo el complejo. Ofertaron 540 millones, pero dijeron que la operaci¨®n la har¨ªamos con una sociedad distinta, llamada Alpina Traiding, propiedad de Paolo Bortolami". Los Scemama mordieron el anzuelo y aceptaron, tambi¨¦n, el segundo acuerdo. Patrice fue al notario acompa?ado de Mennino, "que actuaba como si fuera mi abogado y me dec¨ªa que estaba all¨ª para defender mis intereses". All¨ª firmaron una venta de acciones de Spanam, propietaria de los terrenos, a Alpina Trading. Se establecieron cuatro plazos. Los 540 millones estar¨ªan liquidados en seis meses y el dinero llegar¨ªa de una cuenta en el Overland Trust de Lugano (Suiza). Un socio de Bortolami ten¨ªa que enviarlo a un banco en Puerto Ban¨²s. Al d¨ªa siguiente de cumplirse el primer plazo, los Scemama no hab¨ªan recibido ni un c¨¦ntimo. "Al protestar, Mennino me dijo que Cultrera quer¨ªa verme. En su casa comprend¨ª que lo hab¨ªa perdido todo. Cultrera argument¨® que se iba a quedar con el dinero del pago porque exist¨ªan varios pleitos con algunos vecinos y hasta que no se resolvieran quer¨ªa garantizar al comprador. Una excusa falsa, porque los contenciosos eran menores". Al salir de Quo Vadis, el joven empresario franc¨¦s se fue a buscar a un abogado y present¨® una demanda civil contra Cultrera en un juzgado de Estepona. Le reclam¨® los 540 millones que no hab¨ªa cobrado. Era septiembre de 1988. Alpina Trading plante¨®, entonces, que el caso se juzgara en Marbella. Los italianos consiguieron que el asunto pasara a los juzgados de esa ciudad, un terreno en el que, gracias a Juan Ram¨ªrez, su asesor y amigo, se mov¨ªan como pez en el agua. Tras pasar por el Juzgado n¨²mero 1, donde su titular anul¨® un intento "desesperado" de los Scemama de vender sus terrenos al due?o de la urbanizaci¨®n El Para¨ªso, la reclamaci¨®n de los 540 millones fue a parar a manos de Pilar Ram¨ªrez, la hija del amigo y asesor del denunciado. La decana no se abstuvo e instruy¨® el caso. Patrice, se lamenta: "Ya me advirti¨® mi abogado que no ten¨ªamos nada que hacer porque el caso estaba en sus manos. Pero entonces no sab¨ªamos lo que se ha destapado ahora. S¨®lo eran rumores". El empresario franc¨¦s ignoraba que este asunto se convertir¨ªa en el de mayor cuant¨ªa de los 16 que instruy¨® Ram¨ªrez pese a afectar a los intereses de los italianos, clientes de su familia, y por los que ha sido expedientada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Scemama asegura: "Desde que el asunto cay¨® en las manos de Ram¨ªrez qued¨® dormido. Nunca me llamaron al juzgado. Hubo una par¨¢lisis total pese a tratarse de un asunto de mucho dinero. Ahora entiendo por qu¨¦ lo dej¨® morir". Seg¨²n la versi¨®n de Patrice, los italianos traspasaron todos los bienes de Alpina Trading a una sociedad en Gibraltar y luego la vendieron. "Lo perdimos todo. No nos pagaron ni una peseta. No pudimos ni seguir pagando a nuestro abogado". En 1995, Ram¨ªrez archiv¨® la reclamaci¨®n de los Scemama sin sentencia por caducidad.