"La vanguardia no interesa en Espa?a"
Cada vez que quiere desfilar en Londres, Amaya Arzuaga tiene que pasar una prueba. En septiembre desfilar¨¢ all¨ª por cuarta vez. Empez¨® en la pasarela Gaud¨ª y continu¨® en Cibeles, pero dice que donde m¨¢s c¨®moda se siente es en la capital inglesa. Lamenta que en Espa?a la mujer, cuando quiere vestir bien, s¨®lo sepa ponerse el traje de chaqueta. Aunque nacida en Lerma, un pueblo burgal¨¦s de 2.700 habitantes, vive en una casa en Madrid con las paredes blancas y rodeada de pocos muebles: mesa de Norman Foster, chaisse-longue de Mies Van de Rohe y librer¨ªa de Ron Arad. Pregunta. ?C¨®mo se viste en Espa?a?Respuesta. Importan mucho las apariencias. La gente prefiere llenarse de oro y eso se nota a la hora de vestir. El traje de chaqueta cuesta mucho romperlo, somos muy conservadores y es una l¨¢stima. Se arriesga poco. Adem¨¢s, se tiende a confundir lo moderno con lo exagerado, cuando la forma de vestir debe ser sutil, un detalle.
P. Entonces, para un modisto pasar por moderno en Espa?a es f¨¢cil.
R. La vanguardia no interesa en Espa?a. Si haces algo diferente no te dejan desfilar. Las pasarelas son muy correctas, falta crear inter¨¦s hacia algo nuevo. Aqu¨ª hay una menor riqueza cultural, Espa?a no est¨¢ hecha de mezclas como Par¨ªs, Londres o Nueva York. Pero tambi¨¦n creo que aqu¨ª hay fondo y encuentras gente joven que tiene un aspecto interesante, bastante m¨¢s que hace cinco a?os.
P. ?No se vende lo mismo en cualquier capital del mundo?
R. Las marcas, como Zara, Gucci o Prada, est¨¢n en todos los sitios, pero fuera encuentras j¨®venes dise?adores que aqu¨ª no llegan. Es verdad que todo tiende a ser lo mismo: la arquitectura, la comida, lo que se piensa y lo que se viste. Esto es aburrido y las ciudades est¨¢n perdiendo su identidad. Adem¨¢s, es un movimiento inexorable y no hay nada que hacer.
P. ?Es dif¨ªcil dise?ar sin copiar a otros?
R. Yo lo intento. La primera condici¨®n que se exige a un dise?ador es que sea original. En todo caso, lo que yo dise?o lo hago a la vez que otros, no despu¨¦s. Las mangas largas las hice hace un a?o y hoy las lleva todo el mundo. Tambi¨¦n hago piezas de cuero, como los delantales, e investigo con los colores.
P. ?Qu¨¦ ha significado en su carrera tener una madre modista? ?Le ha sido m¨¢s f¨¢cil?
R. Ella tiene su infraestructura y yo la m¨ªa. Es cierto que he nacido ah¨ª y que me ha ense?ado muchas cosas, pero el resto no tiene que ver. Mi ropa llega a las tiendas porque al p¨²blico le gusta. Tengo 200 puntos de venta y creo que son bastantes, y exporto el 80% de lo que produzco. Vendo tambi¨¦n en los grandes almacenes y, a trav¨¦s de mis oficinas en Par¨ªs y Londres, llego a otros lugares como B¨¦lgica y EEUU, aunque mi principal cliente es Espa?a.
P. Precisamente, en las tiendas espa?olas su ropa se vende dispersa, prendas sueltas.
R. Es un problema de riesgo. Las tiendas no compran toda la colecci¨®n porque piensan que no la van a vender y s¨®lo compran prendas sueltas. Por eso voy a abrir mi propia tienda en Madrid, y despu¨¦s quiz¨¢ en Londres.
P. ?Se gana mucho dinero con la ropa?
R. Se puede hacer mucho; yo, todav¨ªa, no, porque estoy empezando, y montar las oficinas cuesta bastante, pero no me quejo. El dinero no es una prioridad; eso te puede llevar a quemar una marca y es algo que a m¨ª no me interesa.
P. ?Qu¨¦ modistas le gustan?
R. Helmut Lang, Martin Margiela y Junya Watanabe.
P. ?C¨®mo cree que ser¨¢ la moda del siglo XXI?
R. Lo que uno se imagina y todav¨ªa no es. La moda es c¨ªclica y est¨¢ hecha de peque?os cambios, nada radical. Va a haber una variaci¨®n respecto a los vol¨²menes, algo en lo que estoy trabajando para mi pr¨®xima colecci¨®n.
P. ?Seguiremos con el negro?
R. S¨ª, y en cualquier caso los colores ser¨¢n muy rotundos.
P. ?Qu¨¦ opina del conflicto sobre las tallas peque?as en la aparici¨®n de la anorexia? R. No lo entiendo. Dicen que las trucamos para que las mujeres crean que tienen menos talla, pero yo, desde luego, no lo hago. Comercialmente, me parece una barbaridad. ?De qu¨¦ te sirve inventar la talla 34 si luego no la vendes? Y respecto a la anorexia creo que es una enfermedad mental en la que est¨¢n implicadas muchas cosas, no s¨®lo la moda. Yo he conocido dos chicas anor¨¦xicas y no les interesaba nada la ropa ni la moda.
P. ?Elige personalmente a las modelos?
R. S¨ª, y prefiero las modelos que tienen aspecto saludable. De todas maneras, las modelos no son esquel¨¦ticas, tienen sus formas; si no, la ropa no les sentar¨ªa bien. Yo elijo las que tienen buen cuerpo y es fundamental que sepan andar; no busco que sean necesariamente guapas, sino que tengan una cara que diga algo. Por suerte, el mito de las supermodelos est¨¢ cambiando, por saturaci¨®n y por las tarifas que impon¨ªan.
P. ?Qu¨¦ talla se vende m¨¢s?
R. Yo parto de la 36, pero s¨®lo la hago para Jap¨®n. Aqu¨ª las que m¨¢s salida tienen son la 38 y, sobre todo, la 40.
P. ?Qu¨¦ opina de su generaci¨®n nacida con la democracia?
R. No tiendo a unificar a la gente por nada. No me imagino vivir sin democracia.
P. ?Se define pol¨ªticamente?
R. S¨ª, pero no lo hago p¨²blico, no creo que sea necesario y no quiero dar ninguna pista.
P. ?Participa en alg¨²n acto reivindicativo, en alguna ONG?
R. No, s¨®lo alguna vez hago mis peque?as protestas como hacer camisetas en favor de la libertad de fumar o de los toros.
P. ?Le tiemblan las piernas antes de un desfile?
R. Mucho, y cada d¨ªa lo paso peor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.