Un grupo armado lanza una granada contra un barrio serbio del norte de Kosovo

ENVIADO ESPECIALUn grupo de hombres con armas de fuego y una granada atacaron la noche del s¨¢bado una zona residencial serbia en la ciudad de Kosovska Mitrovica (norte de Kosovo), seg¨²n anunci¨® ayer un portavoz de la fuerza internacional de paz para Kosovo (Kfor). Los soldados franceses de la Kfor fueron requeridos y presenciaron "un ataque con una granada" y armas de fuego, seg¨²n declar¨® el portavoz, el mayor Jan Joosten. Los soldados dispararon sobre los asaltantes y aparentemente hirieron a uno de ellos, precis¨® el portavoz.

"Un alban¨¦s ha sido detenido y se ha abierto una investigaci¨®n", a?adi¨® Joosten. Este hecho tiene lugar tras los incidentes durante todo el d¨ªa del s¨¢bado entre soldados franceses de la Kfor y manifestantes albanokosovares que intentaban penetrar en la parte serbia de Kosovska Mitrovica, la principal ciudad del norte de Kosovo. Las tropas francesas bloquearon el paso a los manifestantes albanokosovares que intentaban por todos los medios franquear el puente que separa la parte albanesa de la ciudad de la parte serbia. "Para evitar un enfrentamiento violento, los soldados franceses no les permitieron [a los albanokosovares] cruzar hasta el sector serbio y cuatro manifestantes fueron detenidos", precis¨® el portavoz.Durante la noche del s¨¢bado, las fuerzas de la Kfor informaron de diversos ataques con granadas en la provincia serbia. Las agresiones fueron principalmente contra propiedades serbias, y como resultado m¨¢s de diez personas resultaron heridas.

Dif¨ªcil tarea de la Kfor

Todos estos incidentes ponen de relieve la dificultad de la tarea asumida por la comunidad internacional al cumplirse dos meses de la entrada de las tropas de la OTAN en la provincia yugoslava y la retirada de las fuerzas serbias. Lo cierto es que tras el resplandor inicial producido por la alegr¨ªa albanokosovar, las sombras se ciernen sobre la dif¨ªcil misi¨®n de garantizar, como m¨ªnimo, que Kosovo sea un lugar seguro y que sus habitantes tengan un lugar digno para vivir.Sin agua, luz, tel¨¦fono, dinero ni trabajo, el m¨¢s de mill¨®n y medio de albanokosovares que han regresado a su tierra han comenzado a darse cuenta de que, lejos de haberse solucionado, su situaci¨®n es verdaderamente dif¨ªcil. Los 40.000 soldados de la Kfor tratan a marchas forzadas no s¨®lo de poner orden, sino tambi¨¦n de establecer una infraestructura m¨ªnima antes de la llegada de las bajas temperaturas. En lo que deber¨ªa ser el escaparate de la Administraci¨®n de Naciones Unidas, Pristina, es habitual no disponer ni de agua ni luz en todo el d¨ªa. La telefon¨ªa b¨¢sica no funciona y la m¨®vil es controlada desde Belgrado que, con frecuencia, corta el servicio.

La llegada de numerosas organizaciones internacionales ha provocado la creaci¨®n de un abismo en el nivel de ingresos de los ciudadanos albanokosovares. Los que trabajan para organismos como Naciones Unidas, la OSCE o la pl¨¦yade de entidades humanitarias presentes en el pa¨ªs ganan cuatro y cinco veces m¨¢s del que era el sueldo medio hasta el comienzo de la guerra, en marzo pasado. Por el contrario, la mayor¨ªa de sus compatriotas no tiene d¨®nde trabajar y debe subsistir de los ahorros de toda una vida, la ayuda internacional y los trabajos ocasionales que encuentran.

Los que mejor han salido favorecidos son los que se defienden en ingl¨¦s y tienen conocimientos, aunque sean rudimentarios, del manejo de un ordenador. Como ejemplo, un traductor antes de los ataques de la OTAN ganaba unos 250 marcos alemanes al mes (unas 21.200 pesetas). Ahora, dependiendo de para qui¨¦n trabaje, puede obtener lo mismo en cuatro d¨ªas.

En la ¨²ltima semana han aparecido dos fen¨®menos nuevos en las calles de Pristina que indican que el man¨¢ llegado de fuera no alcanza para todos. En numerosos coches se puede leer en alban¨¦s un cartel con la leyenda "se vende" y algunas personas se han visto abocadas a la mendicidad y piden a los numerosos extranjeros que les den algunos dinares.

Moneda infravalorada

?stos no tienen inconveniente en regalar la infravalorada moneda yugoslava, pero no son conscientes de que, por ejemplo, 50 dinares (menos de 400 pesetas) equivalen a la mitad de lo que gana en un d¨ªa un camarero que trabaja 14 horas seguidas.En los pueblos, la situaci¨®n es mucho peor. En una importante proporci¨®n no ha sido posible restablecer, al menos durante algunas horas, el fluido el¨¦ctrico a pesar de que se trabaja a marchas forzadas. En ocasiones, aunque se logre reparar la l¨ªnea general, el efecto positivo es nulo, ya que las instalaciones el¨¦ctricas de las viviendas han quedado destruidas a causa de los incendios. En el 60% de los pueblos, seg¨²n datos proporcionados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) es imposible encontrar aceite, trigo, az¨²car, fruta y caf¨¦. El 92% de los habitantes de las aldeas no tiene carne que comer.