Fotos a siete pesetas
RETRATOSEl 2 de junio de 1927 naci¨® en Coria del R¨ªo (Sevilla) Gumersindo M¨¢rquez. En su familia no hab¨ªa ning¨²n fot¨®grafo, pero a los 20 a?os ¨¦l ya era aficionado a las c¨¢maras y unos amigos acabaron introduci¨¦ndole en el oficio, el ¨²nico que no ha abandonado a lo largo de su vida. Y la que hubiera sido su profesi¨®n de no haber tenido nueve bocas que alimentar. Se volvi¨® polifac¨¦tico. Primero trabaj¨® para una empresa de seguros revelando radiograf¨ªas. ?se fue su primer laboratorio fotogr¨¢fico. Por aquella ¨¦poca, M¨¢rquez se echaba la c¨¢mara a cuestas, "de esas que se colocan en el est¨®mago", y se paseaba Sevilla retratando a la gente. Tres fotos unidas, de seis por nueve, costaban siete pesetas. Si el cliente quer¨ªa adem¨¢s la ampliaci¨®n tama?o postal, deb¨ªa desembolsar un duro por ella. Recuerda: "En aquella ¨¦poca ¨¦ramos muchos los que nos dedic¨¢bamos a esto. Sal¨ªamos a las plazas, a los puentes, nos llamaban los leikeros. Los domingos me iba a La Pa?oleta porque all¨ª estaba la plaza de toros y muchas familias comiendo en el campo. Les preguntaba si quer¨ªan una foto y luego un repartidor las llevaba a domicilio. Yo le daba una comisi¨®n". Antes de todo esto, a Gumersindo M¨¢rquez se le cruz¨® el servicio militar, un par¨¦ntesis en su afici¨®n-profesi¨®n. En los a?os sesenta dej¨® la empresa donde trabajaba y se coloc¨® de camarero. En esa ¨¦poca comienza a hacer reportajes de bodas, excursiones, reuniones. Ya ten¨ªa una hija cuando se marcha a Barcelona para trabajar de alba?il, de camarero... Pero su mujer le arrastra de nuevo a Sevilla, donde entra a trabajar en Hispano Aviaci¨®n, en la cadena de montaje de frigor¨ªficos. Tambi¨¦n estuvo empleado en Mercasevilla, en el control de entrada. Y siempre con las c¨¢maras a cuestas. De retratar gente pas¨® a hacer reproducciones de fotos antiguas que encontraba en los libros. "Yo he trabajado cuatro temas: Sevilla antigua, arte flamenco, arte taurino y f¨²tbol. Luego las vend¨ªa en el mercado de La Alameda los domingos. Los que m¨¢s compran son los bares". M¨¢rquez atesora un archivo de 2.000 negativos y un sinf¨ªn de reproducciones de artistas, toreros y equipos de f¨²tbol de los del calz¨®n largo, "nadie tiene fotos igual". Hace tres a?os sufri¨® una trombosis que ha reducido en gran medida su actividad. Las cubetas de revelado est¨¢n tapadas y los negativos ordenados en cajas. Los hijos no han heredado su pasi¨®n por las c¨¢maras y ¨¦l intenta vender todo lo que le queda porque nadie quiere quedarse con el negocio. Para completar su curr¨ªculo laboral, M¨¢rquez abre una maleta verde arrumbada en el pasillo y saca la ¨²ltima sorpresa: un gran manojo de ?tirantes! Es su ¨²ltimo entretenimiento. Los vende tambi¨¦n en el mercadillo junto a sus reproducciones de fotos. "A 500 pesetas. En la tienda est¨¢n a 900". Un sobrino suyo le vendi¨® metros de cinta el¨¢stica que tiene apilada. En Barcelona localiz¨® la f¨¢brica de las pinzas y las correderas y se puso a fabricar tirantes para sujetar pantalones. "Son muy pr¨¢cticos, pero yo s¨®lo los uso en invierno, debajo de la ropa, para que no se vean. A m¨ª no me gustan". A ¨¦l lo que le ha gustado siempre es sacar fotos, hacer retratos y reproducciones de la Sevilla antigua, cuando hab¨ªa palacios donde ahora hay centros comerciales, ¨¢rboles en lugar de edificios y plazas y fuentes ahora convertidas en asfalto repleto de coches.
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